La
juventud siempre ha jugado un papel importante en los distintos
procesos revolucionarios en América Latina y en el resto del mundo. En
palabras de un gran dirigente de la revolución alemana de 1918 “la juventud es la llama de la revolución proletaria” (Carlos Liebknecht).
El proceso revolucionario que vive Venezuela tiene sus raíces directas en las contradicciones de un sistema orgánicamente en crisis en todo el mundo, que solo puede mantenerse a base de guerra, hambre y miseria. Se trata de la incapacidad del capitalismo para seguir desarrollando las fuerzas productivas y resolver los problemas acuciantes de las masas.
Esto tiene un fuerte efecto en la juventud. Cuando hablamos de este sector nos referimos a los hijos de los trabajadores y campesinos, quienes muchas veces se ven forzados a dejar los estudios. Bien sea por las condiciones socio-económicos en su seno familiar, viéndose en la obligación de laborar en pésimas condiciones (mano de obra super-barata para las multinacionales, empleos temporales, cadenas de tiendas, comida rápida, etc.) para poder colaborar económicamente en su hogar; o bien sea por la creciente privatización de la educación, haciendo de la educación un privilegio de elite para quienes puedan pagarla.
Todo esto crea una vida agobiante que conducen a muchos jóvenes a la desesperación y extiende entre la juventud lacras tales como la drogadicción, la violencia, la delincuencia, la prostitución, etc. A fin de cuentas el capitalismo significa para nosotros los jóvenes provenientes de la clase obrera y el campesinado ¡la lumpenización!
La Revolución Bolivariana
Producto de la acumulación de contradicciones en el seno de la sociedad capitalista, se vino gestando un proceso por años que vino a estallar dando lugar a la Revolución Bolivariana.
La revolución bolivariana ha entrado en su fase decisiva, caracterizada por la agudización de las contradicciones en líneas de clases (totalmente antagónicas) en el seno del movimiento bolivariano, a izquierda y derecha, es decir la lucha entre reforma o revolución. La derrota en el referéndum de la reforma constitucional fue una seria advertencia para las bases revolucionarias y de la que debemos sacar toda una serie de conclusiones: en primer lugar que la revolución está en peligro. Si no terminamos la tarea, si la revolución no resuelve de manera clara y concluyente todos los problemas de las masas: creando empleo digno y estable (erradicando la explotación, precariedad e informalidad), resolviendo el problema de la falta de vivienda, acabando con la inseguridad y la pobreza, ofreciendo una educación, salud y futuro dignos y de calidad a todos los explotados, la contrarrevolución podrá levantar cabeza.
La principal causa del resultado del referéndum del 2 de diciembre, como ha explicado el teórico marxista británico y fundador de la Corriente Marxista Internacional, Alan Woods en su artículo “¿Qué significa la derrota en el referéndum?”, fue que tras diez años de revolución estos problemas que antes citábamos siguen sin ser resueltos. Sólo sobre esta base el saboteo de la quinta columna burocrática y de los capitalistas (desabastecimiento, etc.), así como la brutal campaña mediática, pudieron tener un efecto desmoralizador sobre un sector de las masas. Pero el resultado también demuestra que la gran mayoría del pueblo venezolano sigue estando con Chávez y la revolución: 4 millones y medio votaron SÌ a pesar de todo y 3 millones no se pasaron a la oposición sino que se abstuvieron. Esta abstención representa un aviso, una luz roja a la que debemos prestar atención. La cuenta atrás ha empezado. O la revolución acaba de forma urgente con el poder económico de los capitalistas y transforma de manera decisiva las condiciones de vida de las masas, o si se imponen las ideas reformistas que plantean moderar la marcha de la revolución, pactar con la burguesía, etc. la situación será cada vez más difícil.
La no renovación de la concesión a RCTV además de una medida justa, que significa que una empresa privada al servicio de la contrarrevolución capitalista, no podrá seguir utilizando el espectro radioeléctrico público (propiedad del pueblo venezolano) para su beneficio privado y sus fines golpistas, también representó un desafío a la burguesía venezolana y a la burguesía internacional. Después de la impresionante victoria del presidente Chávez en las elecciones del 3 de diciembre de 2006, con el mayor apoyo que haya alcanzado ningún presidente venezolano (63%) y posteriormente la nacionalización de CANTV, Electricidad de Caracas, la Faja del Orinoco (aunque finalmente se diese bajo la forma de compra), o el llamado del Presidente a desarrollar empresas socialistas, la nacionalización de SIDOR después de la gran movilización por parte de los trabajadores, la nacionalización de las empresas del cemento (Lafargue, Holcim y Cemex) y la firme posición de nacionalizar el Banco de Venezuela dejaron claro al imperialismo y a los capitalistas que tanto Chávez como el pueblo revolucionario no estamos dispuestos a frenar la revolución.
Es precisamente por este hecho, y porque la revolución venezolana, cada vez más, se convierte en un ejemplo para los oprimidos de todo el mundo, por lo cual las distintas burguesías imperialistas junto a la burguesía venezolana han decidido lanzar una nueva ofensiva contrarrevolucionaria contra nuestro proceso revolucionario. Han utilizado todo tipo de campañas: desde el golpe de estado, la “falta de libertad de expresión”, y todo tipo de estrategias asquerosas. La respuesta de decenas de miles de jóvenes revolucionarios en todo el país así como la movilización de la clase obrera, los campesinos y el pueblo todo en defensa de la revolución ha demostrado que somos muchos más, y que la correlación de fuerzas es ampliamente favorable para nosotros.
Pero para ello es imprescindible que nos organicemos y nos dotemos de un programa para ir al socialismo, y que sirva para romper el control que mantienen todavía sobre el poder económico y político los capitalistas. Este último, el poder político, lo han perdido, en gran medida, por lo que su estrategia principal en estos momentos es la de actuar sobre todo mediante el ala derecha de movimiento bolivariano ¡como de hecho ya lo están haciendo!. Tanto los capitalistas venezolanos como extranjeros, utilizan sistemáticamente su poder económico y sus crecientes vínculos e influencia sobre sectores de la burocracia estatal para sabotear y desestabilizar la revolución. La oligarquía nunca entregará su poder y privilegios sin una lucha feroz.
La ofensiva contrarrevolucionaria después de nuestra derrota en el referéndum de la reforma constitucional y los problemas de saboteo económico, desabastecimiento, especulación, subidas de precios, etc. demuestran que la burguesía (a pesar de su enorme debilidad desde el punto de vista de apoyo social) mantiene el control de la gran mayoría de las empresas, de una parte importante de los medios de comunicación y de buena parte de las universidades privadas y públicas elitizadas, y además muestra también que están utilizando todas las formas de lucha. Todas estas posiciones (si las seguimos dejando en sus manos) seguirán siendo utilizadas para sabotear el avance de la revolución, intentar minar las bases de apoyo a la misma e intentar recuperar el pleno control del estado, el gobierno y de la sociedad aplastando el movimiento revolucionario de las masas.
La excusa de la autonomía universitaria y la negativa sistemática a permitir a los estudiantes y trabajadores de las universidades tengan derecho a participar en la gestión de la universidad y que su voto valga lo mismo que el de la meritocracia universitaria ha permitido hacer de muchas universidades públicas un coto privado de los ricos que ahora además intentan convertir en feudo de la contrarrevolución. Y todo ello con cuantiosos recursos del estado.
El argumento de los sectores reformistas que existen dentro del movimiento bolivariano de que no podemos ir muy rápido, tomar medidas decisivas contra esta situación (o contra el saboteo económico de los empresarios o los medios golpistas) porque podríamos darle excusas al imperialismo ha demostrado ser una falacia. La decisión de nacionalizar empresas lo están haciendo incluso en los países capitalistas, no porque sean socialistas, sino por la profunda recesión que vive el sistema capitalista actual pero la burguesía venezolana ha montado su show mediático con la “libertad de empresa”.
Todo esto para los jóvenes marxistas que nos agrupamos en la Corriente Marxista Revolucionaria que edita el periódico El Militante (Vocero marxista del PSUV), demuestra que los revolucionarios debemos aprovechar este momento en que somos mucho más fuertes que ellos, y que el imperialismo está empantanado en Irak y Afganistán para llevar la revolución hasta el final y solucionar los problemas del pueblo: educación y salud pública de calidad, vivienda y empleo dignos para todos, desarrollo endógeno, soberanía productiva y alimentaría, participación de los trabajadores, los campesinos, los jóvenes y el pueblo en la gestión de la sociedad, erradicando el burocratismo y la corrupción.
Nuestra revolución no será irreversible mientras los capitalistas mantengan el poder económico que hoy tienen. Sólo venceremos si expropiamos a los capitalistas empezando por las principales palancas de las que depende la economía nacional: la banca, las principales industrias y la tierra, y ponemos estas en manos del estado. Al mismo tiempo que hacemos esto es imprescindible desmantelar el actual estado (que como ha dicho el Presidente Chávez sigue siendo en esencia el viejo estado burgués) y sustituirlo por un genuino estado revolucionario, una democracia de los trabajadores. Este estado revolucionario debe basarse en el desarrollo de Consejos de Trabajadores formados por voceros elegibles y revocables en todo momento por asambleas en todos los centros de trabajo. Este modelo de organización de abajo hacia arriba debe extenderse a los centros de estudio, cuarteles, etc. y vincularse a los Consejos Comunales creando estructuras revolucionarias que se unifiquen a nivel local, estatal y nacional. Esto serviría como base de un genuino estado revolucionario.
La Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela (J-PSUV)
Pero más allá de todo esto hay una necesidad real, y es que los jóvenes necesitan una organización revolucionaria que los unifique para defender sus intereses. Durante la revolución ha faltado este órgano como punto de referencia.
Particularmente el movimiento de los jóvenes y estudiantes no ha contado con una dirección capaz de canalizar toda su fuerza. La historia de las organizaciones juveniles ha estado muy afectada por el sectarismo, políticas pequeño burguesas y oportunismo. Lo que ha llevado a cometer muchos errores dividiendo las luchas. La juventud ha votado sucesivamente de forma masiva a favor de la revolución en los diferentes procesos electorales. Aunque la cuestión no se plantea de manera electoralista. En diferentes etapas las elecciones pueden ser un instrumento para agudizar la lucha de clases, o bien para medir la temperatura en la sociedad. En todo caso la experiencia de estos diez años de revolución ha demostrado la necesidad de construir una organización que unifique a los jóvenes que apoyamos la revolución.
Partiendo de esta realidad el presidente Hugo Chávez cree necesario fundar una organización para darle la unidad que necesita a la juventud, lo cual es correcto. Con trabajo en las comunidades, unido a las misiones sociales, en fin a través del trabajo social y la formación política e ideológica. La revolución necesita una organización juvenil que agrupe a los mejores cuadros de vanguardia para llevar adelante la profundización del socialismo. Para eso la J-PSUV debe dotarse de un programa correcto basado en las ideas, métodos y tradiciones del movimiento obrero mundial. Ese programa solo lo puede ofrecer el marxismo.
Para los marxistas es vital defender la discusión democrática dentro de cada una de las asambleas de la J-PSUV y debatir el programa que debe defender la juventud trabajadora. Los jóvenes debemos conformarnos como los cuadros necesarios para que la revolución bolivariana pueda dotarse definitivamente de un verdadero programa socialista que acabe con el poder de la burguesía. Solo una organización de clase puede expresar las verdaderas aspiraciones de la juventud trabajadora, denunciando a la burguesía y sus sirvientes reformistas.
En la actualidad el sistema capitalista es incapaz de desarrollar la sociedad en ninguna parte del mundo. Venezuela es un verdadero ejemplo del carácter reaccionario de la burguesía. Todos los llamados a “alianzas estratégicas” con la burguesía solo pueden terminar en un rotundo fracaso como ha pasado con el llamado al “Reimpulso Productivo” donde había presencia de empresarios como Lorenzo Mendoza de empresas Polar quien dijo que “iba a apoyar al gobierno en el abastecimiento de alimentos y que estaba muy preocupado por la crisis mundial de alimentos”, pero luego el presidente del Indepabis, Eduardo Samán, tuvo que poner una multa de 2000 unidades tributarias por acaparamiento de alimentos e irrespeto de los precios regulados por parte de empresas Polar. Ese es el carácter de la oligarquía, son incapaces de desarrollar la economía del país, sólo son capaces de sabotear cualquier medida revolucionaria y burlarse del Presidente Chávez y de los millones de jóvenes y trabajadores que le apoyamos. Frente al sabotaje de los capitalistas al desarrollo económico del país el Presidente Chávez ha decidió lanzar toda una serie de nacionalizaciones a lo largo de estos años como Sidor, CANTV, INVEVAL, etc. Todas ellas empresas cerradas o infrautilizadas por sus patronos y en conflicto con sus trabajadores. La última fue nacionalizar el Banco de Venezuela. Este es el camino para construir el socialismo: que el estado nacionalice la banca, la gran industria y la tierra bajo el control de los trabajadores, las comunidades y los jóvenes para organizar la economía en función de un plan para satisfacer las necesidades de la mayoría y no el afán de lucro privado de un puñado de parásitos capitalistas.
¿Debemos los marxistas estar en la J-PSUV?
La respuesta inmediata a esta interrogante es ¡si! Los marxistas debemos ser los primeros y los más entusiastas militantes en participar en la construcción de la juventud. Debemos ser los primeros en las discusiones, las asambleas, y debemos jugar un papel determinante en las discusiones de los estatutos y los textos políticos como seguridad alimentaría, petróleo y defensa territorial del país. En el debate sobre todos estos temas los marxistas decimos que la burguesía es totalmente incapaz de desarrollar la industria alimenticia del país; solo la expropiación de la industria, de las tierras y de los monopolios será posible desarrollar la industria alimenticia. Con respecto a la defensa territorial del país los jóvenes debemos ser los primeros en conformar la Milicia Nacional Bolivariana para defender la revolución de cualquier ataque externo e interno.
Pero estas ideas no son compartidas por algunos sectores reformistas que plantean que los capitalistas deben seguir teniendo el control y propiedad de sectores fundamentales de la economía del país. Tampoco son compartidas por sectores burocráticos que ven en el poder de los trabajadores y el conjunto de los oprimidos organizados una amenaza a sus privilegios y su control de determinadas parcelas de poder. Esto significa que la lucha entre reformismo y revolución que vemos en el movimiento revolucionario tendrá también su expresión en el seno del PSUV y también en la J-PSUV.
En diferentes momentos a lo largo de esta revolución y en las diferentes organizaciones juveniles hemos experimentado diferentes luchas internas y en algunos casos de carácter ideológico, pero a menudo esta lucha se ha dado sin un método correcto. En ocasiones vemos que para luchar contra la burocracia y el reformismo algunos creen que el mejor método es denunciar públicamente a tal o cual dirigente, llamarle traidor, etc. Sin embargo no basta con denunciar, es casi una ley que frecuentemente surge el efecto contrario. En vez de afectar al funcionario burócrata, termina afectando al mismo denunciante, que es acusado por el burócrata en cuestión o el aparato que éste controla como contrarrevolucionario o acusado él mismo de corrupción. esto se puede observar repetidas veces. Y el remedio termina siendo peor que la enfermedad. Justamente el problema esta en el método, este que se aplica esta mas que demostrado que lo único que hace es llevar siempre directo a la derrota. Ejemplos hay muchísimos y lo saben mas que nadie quienes se enfrentan con ella en el día a día Entonces hay los que preguntan ¿nos quedamos de brazos cruzados y que hagan lo quieran? La respuesta es ¡no!
La única forma que existe de enfrentarse contra el reformismo es bajo las ideas, programas, métodos y tradiciones del marxismo. Incluso podemos tener las ideas y programas correctos pero si no tenemos el método adecuado, esas mismas ideas y programa puede verse fácilmente distorsionados, lo cual le hace el camino más fácil a quienes solo viven de la revolución para atacar a la vanguardia. Además no solo es el método sino también la situación de la lucha de clases de un determinado momento histórico concreto. Y ahora somos más fuertes que ellos.
¡Lo que es evidente para la vanguardia no lo es para el resto de las masas!
Esta frase se puede considerar como una ley. Lo que en muchas ocasiones la vanguardia ve, sólo lo sabe ella misma y no lo sabe el resto del movimiento. La conformación de la J-PSUV se está llevando a cabo en un momento importante para la revolución donde la juventud debe jugar un rol vital. Ante los ojos de la mayoría del pueblo y del mismo Chávez es una organización revolucionaria de vanguardia. La J-PSUV debe convertirse en la cantera de cuadros que necesita la revolución, cualitativa y cuantitativamente. La calidad de los cuadros es vital y la cantidad de los camaradas que deben pertenecer a la juventud también. Sin embargo, como ha pasado anteriormente con otras organizaciones juveniles, la J-PSUV va a estar sujeta a fuertes presiones por parte de la burocracia. La burocracia reformista hará todo lo posible por influenciar a los jóvenes. Esto hará que un sector de la vanguardia critiqué a los reformistas y polarizará las tendencias a izquierda y derecha. Por eso la necesidad de conformar la Corriente Marxista dentro de la Juventud: pero para eso es necesario un método correcto.
Las masas actúan y piensan como los obreros. En el sentido de que usan una herramienta de trabajo y la reparan cada vez que no funciona adecuadamente. Y lo hacen muy a menudo, hasta que llega el instante en que esta se rompe, entonces si llega a la conclusión de que no sirve y la tira a la basura. De la misma forma pasa con el movimiento de masas, en este caso el de los jóvenes. Los jóvenes revolucionarios necesitan una herramienta que los unifique. Harán todo lo que puedan, con todo lo que tengan a su alcance, para al final hacer de la J-PSUV su herramienta.
Cuando el presidente Chávez lanzó la idea de construir el PSUV lo planteó como herramienta para completar la revolución, construir el socialismo y luchar contra lacras como el burocratismo y la corrupción que -tal como el propio Presidente ha explicado muchas veces- existen también en el seno de las organizaciones revolucionarias. Millones de jóvenes respondimos a ese llamado y nos inscribimos. Esos millones de jóvenes que hoy estamos llamados a construir la J-PSUV queremos luchar contra el burocratismo y la corrupción y convertir a nuestra organización en punta de lanza para esa lucha. Pero muchos camaradas se preguntan: ¿Cómo derrotar las presiones de la ideología y las prácticas capitalistas, el burocratismo, el reformismo, la corrupción que han atacado a lo largo de la historia otras organizaciones revolucionarias? ¿Cómo hacer para que el PSUV y la J-PSUV se vean libres de estas prácticas y sean el instrumento revolucionario que el Presidente Chávez y los jóvenes y trabajadores revolucionarios queremos?
Como decíamos antes, debemos empezar por centrar el debate en el terreno de las ideas y presentar propuestas concretas para avanzar hacia el socialismo y acabar no con tal o cual burócrata aislado sino con la burocracia como quinta columna del capitalismo en el seno de la revolución. Debemos defender, como hizo Lenin basándose en las enseñanzas de la Comuna de París (el primer estado obrero, revolucionario, de la historia) la elegibilidad y revocabilidad de todos los cargos en todo momento y que estos no cobren un salario superior al de un trabajador cualificado.
Pero sobre todo debemos entender que para poder acabar con la burocracia es necesario conformar una estructura del estado diferente y construir una dirección revolucionaria formada por cuadros que hayan sabido ganarse el apoyo y la confianza de las masas explicando pacientemente sus ideas y demostrando en cada lucha que son capaces de aplicar esas ideas. En el movimiento de masas, ellas dejan o rompen con sus viejas direcciones cuando ven que estas ya están degeneradas. Y esto solo pasa a través de grandes acontecimientos que ponen a cada organización o partido al desnudo.
Como explicaba el gran revolucionario Trotsky, una dirección puede mantenerse en el poder incluso cuando ya ha demostrado su degeneración si todavía a los ojos de las masas no aparece con claridad una dirección alternativa que se haya mostrado capaz de sustituirla. Nosotros, los jóvenes y trabajadores del PSUV y de la J-PSUV, debemos construir esa alternativa marxista.
En dado caso si un determinado dirigente ataca, expulsa o intenta expulsar a cualquier luchador por defender estas ideas y programas (que no son más que para profundizar la J-PSUV convirtiéndola en lo que todos quieren, es decir, en su herramienta revolucionaria), la tarea es dirigirse al conjunto de la militancia y hacer una campaña bien contra la expulsión o por entrar de nuevo. Debemos explicar esto a las bases del Partido y de la Juventud porque la tarea central de los revolucionarios es luchar dentro del PSUV y del movimiento bolivariano por las ideas y el programa del genuino socialismo.
¿Que hacer? ¡¡¡Tenacidad, tenacidad, tenacidad!!!
Ahora surge otra pregunta ¿Qué debemos hacer?
Dar una batalla dentro de la J-PSUV por que sea el autentico instrumento para la construcción del socialismo en Venezuela, a través de la única vía posible, la expropiación de la burguesía, la construcción de un autentico estado revolucionario así cómo la extensión de la revolución del socialismo a nivel de toda Latinoamérica y del mundo. El socialismo no se puede construir dentro de las fronteras nacionales de un solo país. El capitalismo es un sistema de saqueo y explotación mundial, así la lucha contra el mismo debe ser mundial. Venezuela está a la cabeza de la lucha por el socialismo mundial pero para vencer la revolución socialista debe extenderse al mundo entero.
Al mismo tiempo la juventud debe ser la vanguardia en la lucha ideológica contra el burocratismo y el reformismo que es su expresión ideológica. Es necesario que la J-PSUV aprenda y asimile las autenticas ideas del socialismo científico, las ideas del marxismo que son la única base ideológica sobre la que se puede llevar la revolución a la victoria.
Al mismo tiempo la J-PSUV debe ser un modelo de democracia interna. Debemos proponer a los dirigentes que sean elegidos por el Congreso y a cada funcionario que ocupe un puesto dirigente en el aparato del estado o en una organización revolucionaria ir hacia adelante y aplicar las ideas revolucionarias en su accionar diario. Y si se resisten entonces que se lo expliquen al conjunto de la organización, ante las asambleas donde las bases debemos estar organizadas para que los dirigentes estén bajo nuestro control. Al mismo tiempo cualquier joven miembro de las J-PSUV que tenga un cargo institucional dentro o fuera de las juventudes debería cobrar un salario medio de un trabajador venezolano. No salarios millonarios que los separan de las condiciones de vida de los pobres y los trabajadores y los acercan a la manera de vivir de los capitalistas. Los altos salarios, los viáticos sin ningún control ni justificación son una de las fuentes más importantes de corrupción y burocratización dentro del movimiento bolivariano y dentro de las juventudes debemos poner todos los medios para impedirlo.
La lucha contra el reformismo, el burocratismo y el sectarismo
Todas las organizaciones juveniles anteriores han estado marcadas por la burocratización y el sectarismo. En ellas se fue desarrollando un elemento peligroso para toda organización, y es la falta de control de las bases sobre sus dirigentes. La falta de control desde abajo unido al activismo sin cesar, ha constituido un elemento el cual ha permitido que una capa de burócratas se enquiste poco a poco en la dirección de la misma usurpándola a nombre de la revolución.
Jóvenes honestos se han encontrado con la contradicción que cuando quieren hacer una crítica no se les permite, acusándolos de ir en contra de la dirección y por lo tanto contra el proceso. El hecho de que quienes están arriba no quieran recibir ningún tipo de críticas constituye un elemento muy peligroso. Lo que ha llevado al joven a encontrarse con la contradicción que hay, cuando el presidente habla de que los jóvenes que poseen un pensamiento fresco y libre de prejuicios son capaz de aportar mucho, a que no pueden hacer uso libre de sus opiniones sobre cualquier organización juvenil revolucionaria, es decir de como debería mejorarse su estructura, funcionamiento y el trabajo. Situación que ha conducido a que no pocos jóvenes ¡miles! hayan dejado estas organizaciones. No para pasar al bando de la contrarrevolución, sino para encontrar una mejor herramienta con la cual trabajar sin ser constantemente vigilado bajo una lupa.
Cualquier plataforma con sus mejores intenciones que nazca desde arriba sin el control de la base tiende a repetir los mismos viejos vicios del sistema operante en la sociedad.
Los jóvenes debemos estar en cada una de las organizaciones de base de la revolución: consejos comunales, consejos de fábrica, sindicatos revolucionarios, consejos campesinos, consejos indígenas, milicias bolivarianas. Estos son creados (los consejos) para profundizar la revolución, y como en su discurso en la Asamblea Nacional el año pasado dijo que estos están direccionados en aras de destruir el viejo estado IV republicano, es decir “El Estado Burgués Capitalista” en las palabras de Chávez. Estamos hablando de la transformación de la sociedad en líneas socialistas. En este sentido nosotros debemos ocupar el papel que nos corresponde y responder positivamente a la confianza que el presidente tiene en los jóvenes y estudiantes.
¡Debemos estar a la cabeza de los Consejos Comunales y de cada unos de las organizaciones de base! Para luchar contra las tendencias que puedan sabotear el rumbo de dichos organismos. Gritarle a viva voz ¡¡¡ayúdanos a luchar contra quienes quieran sabotear!!!¡¡¡Las comunidades y los sectores populares nos necesitan!!!¡¡¡Tenemos que estar junto a ellos como Chávez lo ha dicho!!!
Hacer una campaña nacional ¡llegar hasta el último joven! en esta línea, organizando asambleas y recogiendo firmas para organizar a la mayor parte de la juventud revolucionaria venezolana dentro de las J-PSUV. Ganaríamos mucho terreno y prácticamente obligaríamos a los burócratas a tener que aceptar la voluntad de los jóvenes. Si ellos no quieren que entremos a los Consejos, entonces que los expliquen a las bases. Más que denunciar se trata de trasladar la batalla a las condiciones que queremos, y ponerles toneladas de presión para socavarla. Solo así lograremos poco a poco ganar el oído de la mayoría del conjunto de la organización para aplastar a la burocracia.
Requisito indispensable es creer firmemente en lo que defendemos, y lo más importante la confianza en el movimiento de los trabajadores y el pueblo. Confiar en la voluntad de los jóvenes y estudiantes para derrotar a la contrarrevolución. Al principio puede que seamos pocos pero es inevitable que la lucha entre reforma o revolución se agudice. En la medida que tengamos las ideas, programas, métodos y tradiciones correctas en el momento correcto, podemos ganar mucha influencia en el movimiento. Sobre todo a medida que esta lucha ponernos al frente. Ganarnos el derecho a ser reconocidos como la dirección política, y no proclamarnos como tal.
La juventud burguesa y pequeña burguesa al servicio de la “Libertad de Expresión”
Ahora los empresarios, los medios de comunicación y los partidos de la derecha utilizan a los jóvenes pequeño-burgueses de las “universidades públicas” y privadas para sus propios propósitos. Grandes campañas y dinero del imperialismo se han utilizado para las sucias campañas de la derecha. Pero a la vez, las reivindicaciones mínimas de los estudiantes universitarios han quedado de segundo plano para los “defensores de la libertad y democracia”. ¿Defienden la libertad y democracia los sifrinos? Ya sabemos la respuesta. ¿Dónde quedan las luchas por más becas? ¿Y donde quedan las luchas para que los hijos de los trabajadores y campesinos puedan entrar a las Universidades? ¿Por qué no hacen una marcha a favor de los estudiantes que se han graduado en Misión Ribas para que puedan entrar a la Universidad? ¿Dónde quedan las luchas porque los estudiantes tengan un servicio de transporte de calidad? ¿Y los comedores? ¿Porque no marchan para que las estudiantes jóvenes madres puedan tener una beca espacial mientras se gradúan? ¿Por qué no se manifiestan por el derecho al aborto por parte de la mujer trabajadora? Esas so tareas de la J-PSUV.
Lo que vemos es que las Universidades públicas con la excusa de la “autonomía universitaria” es grandes presupuestos para financiar las campañas de la derecha. El término “autonomía universitaria” es un concepto amorfo, un cascaron vacío que puede ser llenado con cualquier contenido. Y la derecha está aprovechando para llenarlo con su propio contenido de clase. Las ideas más reaccionarias de la sociedad burguesa son incluidas con la excusa de la “autonomía universitaria”. Los presupuestos han servido para que rectores de Universidades como Lester Rodríguez de la Universidad de los Andes pueda financiar su campaña a alcalde de la ciudad de Mérida. La derecha ha aprovechado para influenciar a un sector del estudiantado pequeño-burgués a que defiendan los intereses de la oligarquía y así dejar de lado las anteriores luchas estudiantiles. Hoy vemos como las Universidades públicas se han convertido en verdaderos antros donde las autoridades universitarias hacen los que le da la gana. Debemos decirlo claramente: Para las autoridades la “autonomía universitaria” se convierte en “autonomía del presupuesto”.
Los jóvenes socialistas debemos defender un sistema educativo público y de calidad que este acorde con los cambios y transformaciones que necesita la sociedad. Esta debe ser nuestra tarea diaria. Si las autoridades hablan de “autonomía” nosotros debemos decir: Autonomía de las Universidades contra las bandas fascistas que hacen vida en ella. Autonomía de las Universidades contra las ideas reaccionarias. Las autoridades utilizan los medios privados de comunicación para movilizar a los sectores más atrasados de la sociedad que hacen vida en las universidades públicas para defender las ideas más retrogradas del sistema capitalista. Bajo la bandera de la supuesta “libertad de expresión” que ellos defienden han sacado a los jóvenes sifrinos de colegios y universidades privadas y públicas elitizadas. Pero nosotros nos preguntamos ¿Cuál es esa “libertad de expresión” por la cual tanto luchan? En el gobierno oligárquico Carlos Andrés Pérez cerró el canal RCTV por una referencia hacia al entonces presidente. No fue que se le negó la concesión ¡simplemente la cerró! ¿Porque no hicieron una campaña como la de ahora?
Todo esto es solo una excusa para animar su descompuesta base social usando a estos sifrinos, para generar un clima de ingobernabilidad y con una fuerte campaña a nivel mundial para justificar una intervención contra Venezuela. Estos jóvenes responden a los intereses de la clase social a la que pertenecen.
La lucha estudiantil en la década de los 60, 70 y 80, en la que murieron y fueron perseguidos y torturados muchos compañeros, se caracterizo por ser altamente combativa con una gran incidencia en la lucha social en contra de los aumentos de pasaje, de la gasolina, contra la inflación, el alto costo de la vida, etc. Y por supuesto por la consecución de reivindicaciones de mejoras en los servicios estudiantiles y en las condiciones de estudio por el bienestar para la comunidad universitaria, de esta manera es como logran arrancarle al viejo estado venezolano importantes logros. Los estudiantes universitarios llegaron a convertirse en un referente político aliado de los sectores desfavorecidos económicamente en contra de las medidas neoliberales de los gobiernos cuartorepublicanos. De esta forma tiene razón el presidente Chávez cuando señaló que “la historia del movimiento estudiantil venezolano está ligado a las más profundas luchas revolucionarias del pueblo venezolano”.
Estos sifrinos no defienden reivindicaciones, ya que si las defendieran irían contra su propia clase. A estos sectores les interesa mantener la educación privada y de elite, uno para hacer negocios, y dos para producir los cuadros que irán a las instituciones, ministerios u otros organismos de su sistema de explotación, y ello es incompatible con la revolución socialista.
La unidad de los obreros y estudiantes
La dinámica del capitalismo a través del mercado y la educación mercantilista lleva a los hijos de los trabajadores a una educación precaria. Comprar costosos libros, educación de mala calidad, mala infraestructura, falta de equipos, etc. ya que esto es un privilegio de todos aquellos que pueden pagarse una escuela o universidad privada o en las universidades públicas donde solo pueden entrar los hijos de papi mami ¡los mismo que están al servicio de la “libertad de expresión”!
Para luchar por una educación digna y de calidad hace falta quitar todas estas trabas para poder transformarla. Pero esta última es una rama del Estado Burgués, y no se puede transformar sin antes hacer lo mismo con dicha estructura social. Y el Estado Burgués es el ordenamiento social que le permite salvaguardar los intereses a los capitalistas. Y en el marco de la economía capitalista sólo la Clase Obrera quien por su papel que juega en la producción puede derrocar a la Burguesía, siendo esta su tarea histórica. Tarea histórica que no puede cumplir por si sola, sino en alianza con los campesinos, jóvenes y demás sectores oprimidos de la sociedad.
Los jóvenes y estudiantes debemos unirnos a la Clase Obrera en nuestros centros de estudios junto a los sindicatos clasistas, y a los profesores revolucionarios, para empujar dentro de las instituciones educativas. Debemos apoyar con todas nuestras fuerzas las huelgas, las tomas de fábricas, luchas campesinas e indígenas.
Impulsemos la Corriente Marxista de los jóvenes en el PSUV
Dentro de las grandes batallas que debemos dar los trabajadores, campesinos, jóvenes y el pueblo está la de construir una herramienta revolucionaria, que sirva para unificar las luchas en torno a un programa revolucionario para trazar el puente hacia la victoria final. Ese es el reto que se nos abre con la conformación del Partido Socialista Unido de Venezuela, donde ya se han inscritos más de 5 millones como aspirantes a militantes. La atención del movimiento esta en el PSUV. Pero los burócratas reformistas intentaran desvirtuar el contenido real y revolucionario que debe defender como partido de la revolución. Los jóvenes junto a los trabajadores, campesinos y el resto del pueblo debemos entrar con nuestra vanguardia. No para disolvernos sino para actuar como el ala marxista revolucionaria, que sea capaz de ganar a la mayoría de los militantes para un genuino programa socialista ¡contra el reformismo!, y así convertir el PSUV en lo que Chávez y el pueblo quiere la herramienta con la cual completaremos la Revolución Bolivariana en el Socialismo.
Por un programa marxista para los jóvenes y estudiantes
¿Que defendemos?
1- Como jóvenes marxistas defendemos los intereses de los hijos de los trabajadores y campesinos al nivel mundial.
2- Luchamos junto a los obreros, campesinos y el resto de los oprimidos de la sociedad contra el capitalismo, y por el socialismo.
Sobre la educación
La educación representa igualmente una rama del estado, por lo tanto otro medio de dominación y de alineación de la burguesía. Por ello queremos cambiar el tipo de educación individualista y egoísta del capitalismo. Sustituirla por una que este al servicio del progreso de la sociedad.
En las universidades y liceos
1- Eliminación de la educación privada. En las palabras de Alí Primera “Una nueva sociedad sin colegios privados, sin haciendas, sin patrón”, es decir la educación no debe ser mercantil o estar al servicio de los negocios. Sino que debe ser un recurso humano, para ponerla al servicio del progreso de la toda la humanidad.
2- Para ellos es necesario llevar a cabo medidas en las universidades y liceos que sirvan para ponerla en control desde las asambleas de trabajadores, estudiantes y docentes.
3- Que estas instancias (asambleas) sean el máximo órgano de poder, que desde ahí se elija o revoque en todo momento a todos los cargos de dirección tales como el rector (o director del plantel en el caso de los liceos), jefes de programas y de curso, etc. En el marco del poder desde las bases.
4- Rendición periódica de cuentas antes quienes los eligieron.
5- Discusión democráticamente a través de todos los factores que convergen en los institutos educativos acerca del presupuesto, como y cuanto se utiliza.
6- Al mismo tiempo debatir y aprobar que tipo de educación queremos.
7- Supervisar las becas de cuanto debe ser, y quienes realmente las necesitan. Para acabar con el amiguismo, evitar que se las distribuyan entre familiares u otros métodos burocráticos.
8- La dotación de los materiales necesarios.
9- La mejora de las infraestructuras.
10- El número de profesores por estudiantes y que tipo de perfil deben poseer.
En las misiones educativas
Las misiones educativas son logros y conquistas de la Revolución Bolivariana por lo tanto debemos defenderlas, profundizándolas para mejorarlas y fortalecerlas, en aras de convertirlas en el modelo de educación revolucionaria y socialista para las cuales han sido creadas.
1- Elegibilidad y revocabilidad de los puestos de dirección (Coordinadores, etc.) mediante asambleas de estudiantes y facilitadotes. Y que dicha asamblea sea el máximo órgano de poder.
2- Discusión democráticamente a través de todos los factores que convergen acerca del presupuesto, como y cuanto de utiliza.
3- Rendición periódica de cuentas antes quienes los eligieron.
4- Los coordinadores y facilitadores deben estar a tiempo completo para la misión, y devengar un sueldo mínimo equivalente al resto de los trabajadores. No puede haber diferencia entre ellos y los demás trabajadores del país, al mismo tiempo garantizarles todos sus derechos laborales que les corresponden como cualquier otro trabajador. Convertir las misiones no solo en modelo de educación sino en uno de dignificación revolucionaria de las condiciones laborales de quienes ahí laboran.
5- Los estudiantes de las misiones tienen su legítimo derecho a conformar Consejos de Estudiantes mediante las asambleas revolucionarias para defender sus intereses unidos al movimiento bolivariano, como lo ha dicho el propio presidente Hugo Chávez los consejos de estudiantes, junto a los consejos de trabajadores y a los consejos comunales. Al mismo tiempo sirve para unificar las luchas.
6- Estos estudiantes también tienen su legítimo derecho a gozar del beneficio del Ticket Estudiantil, no debe haber separación entre estos estudiantes y los demás que estudian en las universidades y liceos. Igualmente son hijos de trabajadores y campesinos, es decir hijos del pueblo, por lo tanto no debe haber diferencia entre ellos, el socialismo es igualdad para todos jóvenes y estudiantes que proviene de la Clase Obrera y el campesinado.
7- La dotación de los materiales necesarios.
8- La mejora de las infraestructuras.
9- El número de profesores por estudiantes y que tipo de perfil deben poseer.
La juventud obrera
1. Contra la explotación de los capitalistas de nuestros jóvenes defendemos la creación de sindicatos revolucionarios en todas las empresas.
El proceso revolucionario que vive Venezuela tiene sus raíces directas en las contradicciones de un sistema orgánicamente en crisis en todo el mundo, que solo puede mantenerse a base de guerra, hambre y miseria. Se trata de la incapacidad del capitalismo para seguir desarrollando las fuerzas productivas y resolver los problemas acuciantes de las masas.
Esto tiene un fuerte efecto en la juventud. Cuando hablamos de este sector nos referimos a los hijos de los trabajadores y campesinos, quienes muchas veces se ven forzados a dejar los estudios. Bien sea por las condiciones socio-económicos en su seno familiar, viéndose en la obligación de laborar en pésimas condiciones (mano de obra super-barata para las multinacionales, empleos temporales, cadenas de tiendas, comida rápida, etc.) para poder colaborar económicamente en su hogar; o bien sea por la creciente privatización de la educación, haciendo de la educación un privilegio de elite para quienes puedan pagarla.
Todo esto crea una vida agobiante que conducen a muchos jóvenes a la desesperación y extiende entre la juventud lacras tales como la drogadicción, la violencia, la delincuencia, la prostitución, etc. A fin de cuentas el capitalismo significa para nosotros los jóvenes provenientes de la clase obrera y el campesinado ¡la lumpenización!
La Revolución Bolivariana
Producto de la acumulación de contradicciones en el seno de la sociedad capitalista, se vino gestando un proceso por años que vino a estallar dando lugar a la Revolución Bolivariana.
La revolución bolivariana ha entrado en su fase decisiva, caracterizada por la agudización de las contradicciones en líneas de clases (totalmente antagónicas) en el seno del movimiento bolivariano, a izquierda y derecha, es decir la lucha entre reforma o revolución. La derrota en el referéndum de la reforma constitucional fue una seria advertencia para las bases revolucionarias y de la que debemos sacar toda una serie de conclusiones: en primer lugar que la revolución está en peligro. Si no terminamos la tarea, si la revolución no resuelve de manera clara y concluyente todos los problemas de las masas: creando empleo digno y estable (erradicando la explotación, precariedad e informalidad), resolviendo el problema de la falta de vivienda, acabando con la inseguridad y la pobreza, ofreciendo una educación, salud y futuro dignos y de calidad a todos los explotados, la contrarrevolución podrá levantar cabeza.
La principal causa del resultado del referéndum del 2 de diciembre, como ha explicado el teórico marxista británico y fundador de la Corriente Marxista Internacional, Alan Woods en su artículo “¿Qué significa la derrota en el referéndum?”, fue que tras diez años de revolución estos problemas que antes citábamos siguen sin ser resueltos. Sólo sobre esta base el saboteo de la quinta columna burocrática y de los capitalistas (desabastecimiento, etc.), así como la brutal campaña mediática, pudieron tener un efecto desmoralizador sobre un sector de las masas. Pero el resultado también demuestra que la gran mayoría del pueblo venezolano sigue estando con Chávez y la revolución: 4 millones y medio votaron SÌ a pesar de todo y 3 millones no se pasaron a la oposición sino que se abstuvieron. Esta abstención representa un aviso, una luz roja a la que debemos prestar atención. La cuenta atrás ha empezado. O la revolución acaba de forma urgente con el poder económico de los capitalistas y transforma de manera decisiva las condiciones de vida de las masas, o si se imponen las ideas reformistas que plantean moderar la marcha de la revolución, pactar con la burguesía, etc. la situación será cada vez más difícil.
La no renovación de la concesión a RCTV además de una medida justa, que significa que una empresa privada al servicio de la contrarrevolución capitalista, no podrá seguir utilizando el espectro radioeléctrico público (propiedad del pueblo venezolano) para su beneficio privado y sus fines golpistas, también representó un desafío a la burguesía venezolana y a la burguesía internacional. Después de la impresionante victoria del presidente Chávez en las elecciones del 3 de diciembre de 2006, con el mayor apoyo que haya alcanzado ningún presidente venezolano (63%) y posteriormente la nacionalización de CANTV, Electricidad de Caracas, la Faja del Orinoco (aunque finalmente se diese bajo la forma de compra), o el llamado del Presidente a desarrollar empresas socialistas, la nacionalización de SIDOR después de la gran movilización por parte de los trabajadores, la nacionalización de las empresas del cemento (Lafargue, Holcim y Cemex) y la firme posición de nacionalizar el Banco de Venezuela dejaron claro al imperialismo y a los capitalistas que tanto Chávez como el pueblo revolucionario no estamos dispuestos a frenar la revolución.
Es precisamente por este hecho, y porque la revolución venezolana, cada vez más, se convierte en un ejemplo para los oprimidos de todo el mundo, por lo cual las distintas burguesías imperialistas junto a la burguesía venezolana han decidido lanzar una nueva ofensiva contrarrevolucionaria contra nuestro proceso revolucionario. Han utilizado todo tipo de campañas: desde el golpe de estado, la “falta de libertad de expresión”, y todo tipo de estrategias asquerosas. La respuesta de decenas de miles de jóvenes revolucionarios en todo el país así como la movilización de la clase obrera, los campesinos y el pueblo todo en defensa de la revolución ha demostrado que somos muchos más, y que la correlación de fuerzas es ampliamente favorable para nosotros.
Pero para ello es imprescindible que nos organicemos y nos dotemos de un programa para ir al socialismo, y que sirva para romper el control que mantienen todavía sobre el poder económico y político los capitalistas. Este último, el poder político, lo han perdido, en gran medida, por lo que su estrategia principal en estos momentos es la de actuar sobre todo mediante el ala derecha de movimiento bolivariano ¡como de hecho ya lo están haciendo!. Tanto los capitalistas venezolanos como extranjeros, utilizan sistemáticamente su poder económico y sus crecientes vínculos e influencia sobre sectores de la burocracia estatal para sabotear y desestabilizar la revolución. La oligarquía nunca entregará su poder y privilegios sin una lucha feroz.
La ofensiva contrarrevolucionaria después de nuestra derrota en el referéndum de la reforma constitucional y los problemas de saboteo económico, desabastecimiento, especulación, subidas de precios, etc. demuestran que la burguesía (a pesar de su enorme debilidad desde el punto de vista de apoyo social) mantiene el control de la gran mayoría de las empresas, de una parte importante de los medios de comunicación y de buena parte de las universidades privadas y públicas elitizadas, y además muestra también que están utilizando todas las formas de lucha. Todas estas posiciones (si las seguimos dejando en sus manos) seguirán siendo utilizadas para sabotear el avance de la revolución, intentar minar las bases de apoyo a la misma e intentar recuperar el pleno control del estado, el gobierno y de la sociedad aplastando el movimiento revolucionario de las masas.
La excusa de la autonomía universitaria y la negativa sistemática a permitir a los estudiantes y trabajadores de las universidades tengan derecho a participar en la gestión de la universidad y que su voto valga lo mismo que el de la meritocracia universitaria ha permitido hacer de muchas universidades públicas un coto privado de los ricos que ahora además intentan convertir en feudo de la contrarrevolución. Y todo ello con cuantiosos recursos del estado.
El argumento de los sectores reformistas que existen dentro del movimiento bolivariano de que no podemos ir muy rápido, tomar medidas decisivas contra esta situación (o contra el saboteo económico de los empresarios o los medios golpistas) porque podríamos darle excusas al imperialismo ha demostrado ser una falacia. La decisión de nacionalizar empresas lo están haciendo incluso en los países capitalistas, no porque sean socialistas, sino por la profunda recesión que vive el sistema capitalista actual pero la burguesía venezolana ha montado su show mediático con la “libertad de empresa”.
Todo esto para los jóvenes marxistas que nos agrupamos en la Corriente Marxista Revolucionaria que edita el periódico El Militante (Vocero marxista del PSUV), demuestra que los revolucionarios debemos aprovechar este momento en que somos mucho más fuertes que ellos, y que el imperialismo está empantanado en Irak y Afganistán para llevar la revolución hasta el final y solucionar los problemas del pueblo: educación y salud pública de calidad, vivienda y empleo dignos para todos, desarrollo endógeno, soberanía productiva y alimentaría, participación de los trabajadores, los campesinos, los jóvenes y el pueblo en la gestión de la sociedad, erradicando el burocratismo y la corrupción.
Nuestra revolución no será irreversible mientras los capitalistas mantengan el poder económico que hoy tienen. Sólo venceremos si expropiamos a los capitalistas empezando por las principales palancas de las que depende la economía nacional: la banca, las principales industrias y la tierra, y ponemos estas en manos del estado. Al mismo tiempo que hacemos esto es imprescindible desmantelar el actual estado (que como ha dicho el Presidente Chávez sigue siendo en esencia el viejo estado burgués) y sustituirlo por un genuino estado revolucionario, una democracia de los trabajadores. Este estado revolucionario debe basarse en el desarrollo de Consejos de Trabajadores formados por voceros elegibles y revocables en todo momento por asambleas en todos los centros de trabajo. Este modelo de organización de abajo hacia arriba debe extenderse a los centros de estudio, cuarteles, etc. y vincularse a los Consejos Comunales creando estructuras revolucionarias que se unifiquen a nivel local, estatal y nacional. Esto serviría como base de un genuino estado revolucionario.
La Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela (J-PSUV)
Pero más allá de todo esto hay una necesidad real, y es que los jóvenes necesitan una organización revolucionaria que los unifique para defender sus intereses. Durante la revolución ha faltado este órgano como punto de referencia.
Particularmente el movimiento de los jóvenes y estudiantes no ha contado con una dirección capaz de canalizar toda su fuerza. La historia de las organizaciones juveniles ha estado muy afectada por el sectarismo, políticas pequeño burguesas y oportunismo. Lo que ha llevado a cometer muchos errores dividiendo las luchas. La juventud ha votado sucesivamente de forma masiva a favor de la revolución en los diferentes procesos electorales. Aunque la cuestión no se plantea de manera electoralista. En diferentes etapas las elecciones pueden ser un instrumento para agudizar la lucha de clases, o bien para medir la temperatura en la sociedad. En todo caso la experiencia de estos diez años de revolución ha demostrado la necesidad de construir una organización que unifique a los jóvenes que apoyamos la revolución.
Partiendo de esta realidad el presidente Hugo Chávez cree necesario fundar una organización para darle la unidad que necesita a la juventud, lo cual es correcto. Con trabajo en las comunidades, unido a las misiones sociales, en fin a través del trabajo social y la formación política e ideológica. La revolución necesita una organización juvenil que agrupe a los mejores cuadros de vanguardia para llevar adelante la profundización del socialismo. Para eso la J-PSUV debe dotarse de un programa correcto basado en las ideas, métodos y tradiciones del movimiento obrero mundial. Ese programa solo lo puede ofrecer el marxismo.
Para los marxistas es vital defender la discusión democrática dentro de cada una de las asambleas de la J-PSUV y debatir el programa que debe defender la juventud trabajadora. Los jóvenes debemos conformarnos como los cuadros necesarios para que la revolución bolivariana pueda dotarse definitivamente de un verdadero programa socialista que acabe con el poder de la burguesía. Solo una organización de clase puede expresar las verdaderas aspiraciones de la juventud trabajadora, denunciando a la burguesía y sus sirvientes reformistas.
En la actualidad el sistema capitalista es incapaz de desarrollar la sociedad en ninguna parte del mundo. Venezuela es un verdadero ejemplo del carácter reaccionario de la burguesía. Todos los llamados a “alianzas estratégicas” con la burguesía solo pueden terminar en un rotundo fracaso como ha pasado con el llamado al “Reimpulso Productivo” donde había presencia de empresarios como Lorenzo Mendoza de empresas Polar quien dijo que “iba a apoyar al gobierno en el abastecimiento de alimentos y que estaba muy preocupado por la crisis mundial de alimentos”, pero luego el presidente del Indepabis, Eduardo Samán, tuvo que poner una multa de 2000 unidades tributarias por acaparamiento de alimentos e irrespeto de los precios regulados por parte de empresas Polar. Ese es el carácter de la oligarquía, son incapaces de desarrollar la economía del país, sólo son capaces de sabotear cualquier medida revolucionaria y burlarse del Presidente Chávez y de los millones de jóvenes y trabajadores que le apoyamos. Frente al sabotaje de los capitalistas al desarrollo económico del país el Presidente Chávez ha decidió lanzar toda una serie de nacionalizaciones a lo largo de estos años como Sidor, CANTV, INVEVAL, etc. Todas ellas empresas cerradas o infrautilizadas por sus patronos y en conflicto con sus trabajadores. La última fue nacionalizar el Banco de Venezuela. Este es el camino para construir el socialismo: que el estado nacionalice la banca, la gran industria y la tierra bajo el control de los trabajadores, las comunidades y los jóvenes para organizar la economía en función de un plan para satisfacer las necesidades de la mayoría y no el afán de lucro privado de un puñado de parásitos capitalistas.
¿Debemos los marxistas estar en la J-PSUV?
La respuesta inmediata a esta interrogante es ¡si! Los marxistas debemos ser los primeros y los más entusiastas militantes en participar en la construcción de la juventud. Debemos ser los primeros en las discusiones, las asambleas, y debemos jugar un papel determinante en las discusiones de los estatutos y los textos políticos como seguridad alimentaría, petróleo y defensa territorial del país. En el debate sobre todos estos temas los marxistas decimos que la burguesía es totalmente incapaz de desarrollar la industria alimenticia del país; solo la expropiación de la industria, de las tierras y de los monopolios será posible desarrollar la industria alimenticia. Con respecto a la defensa territorial del país los jóvenes debemos ser los primeros en conformar la Milicia Nacional Bolivariana para defender la revolución de cualquier ataque externo e interno.
Pero estas ideas no son compartidas por algunos sectores reformistas que plantean que los capitalistas deben seguir teniendo el control y propiedad de sectores fundamentales de la economía del país. Tampoco son compartidas por sectores burocráticos que ven en el poder de los trabajadores y el conjunto de los oprimidos organizados una amenaza a sus privilegios y su control de determinadas parcelas de poder. Esto significa que la lucha entre reformismo y revolución que vemos en el movimiento revolucionario tendrá también su expresión en el seno del PSUV y también en la J-PSUV.
En diferentes momentos a lo largo de esta revolución y en las diferentes organizaciones juveniles hemos experimentado diferentes luchas internas y en algunos casos de carácter ideológico, pero a menudo esta lucha se ha dado sin un método correcto. En ocasiones vemos que para luchar contra la burocracia y el reformismo algunos creen que el mejor método es denunciar públicamente a tal o cual dirigente, llamarle traidor, etc. Sin embargo no basta con denunciar, es casi una ley que frecuentemente surge el efecto contrario. En vez de afectar al funcionario burócrata, termina afectando al mismo denunciante, que es acusado por el burócrata en cuestión o el aparato que éste controla como contrarrevolucionario o acusado él mismo de corrupción. esto se puede observar repetidas veces. Y el remedio termina siendo peor que la enfermedad. Justamente el problema esta en el método, este que se aplica esta mas que demostrado que lo único que hace es llevar siempre directo a la derrota. Ejemplos hay muchísimos y lo saben mas que nadie quienes se enfrentan con ella en el día a día Entonces hay los que preguntan ¿nos quedamos de brazos cruzados y que hagan lo quieran? La respuesta es ¡no!
La única forma que existe de enfrentarse contra el reformismo es bajo las ideas, programas, métodos y tradiciones del marxismo. Incluso podemos tener las ideas y programas correctos pero si no tenemos el método adecuado, esas mismas ideas y programa puede verse fácilmente distorsionados, lo cual le hace el camino más fácil a quienes solo viven de la revolución para atacar a la vanguardia. Además no solo es el método sino también la situación de la lucha de clases de un determinado momento histórico concreto. Y ahora somos más fuertes que ellos.
¡Lo que es evidente para la vanguardia no lo es para el resto de las masas!
Esta frase se puede considerar como una ley. Lo que en muchas ocasiones la vanguardia ve, sólo lo sabe ella misma y no lo sabe el resto del movimiento. La conformación de la J-PSUV se está llevando a cabo en un momento importante para la revolución donde la juventud debe jugar un rol vital. Ante los ojos de la mayoría del pueblo y del mismo Chávez es una organización revolucionaria de vanguardia. La J-PSUV debe convertirse en la cantera de cuadros que necesita la revolución, cualitativa y cuantitativamente. La calidad de los cuadros es vital y la cantidad de los camaradas que deben pertenecer a la juventud también. Sin embargo, como ha pasado anteriormente con otras organizaciones juveniles, la J-PSUV va a estar sujeta a fuertes presiones por parte de la burocracia. La burocracia reformista hará todo lo posible por influenciar a los jóvenes. Esto hará que un sector de la vanguardia critiqué a los reformistas y polarizará las tendencias a izquierda y derecha. Por eso la necesidad de conformar la Corriente Marxista dentro de la Juventud: pero para eso es necesario un método correcto.
Las masas actúan y piensan como los obreros. En el sentido de que usan una herramienta de trabajo y la reparan cada vez que no funciona adecuadamente. Y lo hacen muy a menudo, hasta que llega el instante en que esta se rompe, entonces si llega a la conclusión de que no sirve y la tira a la basura. De la misma forma pasa con el movimiento de masas, en este caso el de los jóvenes. Los jóvenes revolucionarios necesitan una herramienta que los unifique. Harán todo lo que puedan, con todo lo que tengan a su alcance, para al final hacer de la J-PSUV su herramienta.
Cuando el presidente Chávez lanzó la idea de construir el PSUV lo planteó como herramienta para completar la revolución, construir el socialismo y luchar contra lacras como el burocratismo y la corrupción que -tal como el propio Presidente ha explicado muchas veces- existen también en el seno de las organizaciones revolucionarias. Millones de jóvenes respondimos a ese llamado y nos inscribimos. Esos millones de jóvenes que hoy estamos llamados a construir la J-PSUV queremos luchar contra el burocratismo y la corrupción y convertir a nuestra organización en punta de lanza para esa lucha. Pero muchos camaradas se preguntan: ¿Cómo derrotar las presiones de la ideología y las prácticas capitalistas, el burocratismo, el reformismo, la corrupción que han atacado a lo largo de la historia otras organizaciones revolucionarias? ¿Cómo hacer para que el PSUV y la J-PSUV se vean libres de estas prácticas y sean el instrumento revolucionario que el Presidente Chávez y los jóvenes y trabajadores revolucionarios queremos?
Como decíamos antes, debemos empezar por centrar el debate en el terreno de las ideas y presentar propuestas concretas para avanzar hacia el socialismo y acabar no con tal o cual burócrata aislado sino con la burocracia como quinta columna del capitalismo en el seno de la revolución. Debemos defender, como hizo Lenin basándose en las enseñanzas de la Comuna de París (el primer estado obrero, revolucionario, de la historia) la elegibilidad y revocabilidad de todos los cargos en todo momento y que estos no cobren un salario superior al de un trabajador cualificado.
Pero sobre todo debemos entender que para poder acabar con la burocracia es necesario conformar una estructura del estado diferente y construir una dirección revolucionaria formada por cuadros que hayan sabido ganarse el apoyo y la confianza de las masas explicando pacientemente sus ideas y demostrando en cada lucha que son capaces de aplicar esas ideas. En el movimiento de masas, ellas dejan o rompen con sus viejas direcciones cuando ven que estas ya están degeneradas. Y esto solo pasa a través de grandes acontecimientos que ponen a cada organización o partido al desnudo.
Como explicaba el gran revolucionario Trotsky, una dirección puede mantenerse en el poder incluso cuando ya ha demostrado su degeneración si todavía a los ojos de las masas no aparece con claridad una dirección alternativa que se haya mostrado capaz de sustituirla. Nosotros, los jóvenes y trabajadores del PSUV y de la J-PSUV, debemos construir esa alternativa marxista.
En dado caso si un determinado dirigente ataca, expulsa o intenta expulsar a cualquier luchador por defender estas ideas y programas (que no son más que para profundizar la J-PSUV convirtiéndola en lo que todos quieren, es decir, en su herramienta revolucionaria), la tarea es dirigirse al conjunto de la militancia y hacer una campaña bien contra la expulsión o por entrar de nuevo. Debemos explicar esto a las bases del Partido y de la Juventud porque la tarea central de los revolucionarios es luchar dentro del PSUV y del movimiento bolivariano por las ideas y el programa del genuino socialismo.
¿Que hacer? ¡¡¡Tenacidad, tenacidad, tenacidad!!!
Ahora surge otra pregunta ¿Qué debemos hacer?
Dar una batalla dentro de la J-PSUV por que sea el autentico instrumento para la construcción del socialismo en Venezuela, a través de la única vía posible, la expropiación de la burguesía, la construcción de un autentico estado revolucionario así cómo la extensión de la revolución del socialismo a nivel de toda Latinoamérica y del mundo. El socialismo no se puede construir dentro de las fronteras nacionales de un solo país. El capitalismo es un sistema de saqueo y explotación mundial, así la lucha contra el mismo debe ser mundial. Venezuela está a la cabeza de la lucha por el socialismo mundial pero para vencer la revolución socialista debe extenderse al mundo entero.
Al mismo tiempo la juventud debe ser la vanguardia en la lucha ideológica contra el burocratismo y el reformismo que es su expresión ideológica. Es necesario que la J-PSUV aprenda y asimile las autenticas ideas del socialismo científico, las ideas del marxismo que son la única base ideológica sobre la que se puede llevar la revolución a la victoria.
Al mismo tiempo la J-PSUV debe ser un modelo de democracia interna. Debemos proponer a los dirigentes que sean elegidos por el Congreso y a cada funcionario que ocupe un puesto dirigente en el aparato del estado o en una organización revolucionaria ir hacia adelante y aplicar las ideas revolucionarias en su accionar diario. Y si se resisten entonces que se lo expliquen al conjunto de la organización, ante las asambleas donde las bases debemos estar organizadas para que los dirigentes estén bajo nuestro control. Al mismo tiempo cualquier joven miembro de las J-PSUV que tenga un cargo institucional dentro o fuera de las juventudes debería cobrar un salario medio de un trabajador venezolano. No salarios millonarios que los separan de las condiciones de vida de los pobres y los trabajadores y los acercan a la manera de vivir de los capitalistas. Los altos salarios, los viáticos sin ningún control ni justificación son una de las fuentes más importantes de corrupción y burocratización dentro del movimiento bolivariano y dentro de las juventudes debemos poner todos los medios para impedirlo.
La lucha contra el reformismo, el burocratismo y el sectarismo
Todas las organizaciones juveniles anteriores han estado marcadas por la burocratización y el sectarismo. En ellas se fue desarrollando un elemento peligroso para toda organización, y es la falta de control de las bases sobre sus dirigentes. La falta de control desde abajo unido al activismo sin cesar, ha constituido un elemento el cual ha permitido que una capa de burócratas se enquiste poco a poco en la dirección de la misma usurpándola a nombre de la revolución.
Jóvenes honestos se han encontrado con la contradicción que cuando quieren hacer una crítica no se les permite, acusándolos de ir en contra de la dirección y por lo tanto contra el proceso. El hecho de que quienes están arriba no quieran recibir ningún tipo de críticas constituye un elemento muy peligroso. Lo que ha llevado al joven a encontrarse con la contradicción que hay, cuando el presidente habla de que los jóvenes que poseen un pensamiento fresco y libre de prejuicios son capaz de aportar mucho, a que no pueden hacer uso libre de sus opiniones sobre cualquier organización juvenil revolucionaria, es decir de como debería mejorarse su estructura, funcionamiento y el trabajo. Situación que ha conducido a que no pocos jóvenes ¡miles! hayan dejado estas organizaciones. No para pasar al bando de la contrarrevolución, sino para encontrar una mejor herramienta con la cual trabajar sin ser constantemente vigilado bajo una lupa.
Cualquier plataforma con sus mejores intenciones que nazca desde arriba sin el control de la base tiende a repetir los mismos viejos vicios del sistema operante en la sociedad.
Los jóvenes debemos estar en cada una de las organizaciones de base de la revolución: consejos comunales, consejos de fábrica, sindicatos revolucionarios, consejos campesinos, consejos indígenas, milicias bolivarianas. Estos son creados (los consejos) para profundizar la revolución, y como en su discurso en la Asamblea Nacional el año pasado dijo que estos están direccionados en aras de destruir el viejo estado IV republicano, es decir “El Estado Burgués Capitalista” en las palabras de Chávez. Estamos hablando de la transformación de la sociedad en líneas socialistas. En este sentido nosotros debemos ocupar el papel que nos corresponde y responder positivamente a la confianza que el presidente tiene en los jóvenes y estudiantes.
¡Debemos estar a la cabeza de los Consejos Comunales y de cada unos de las organizaciones de base! Para luchar contra las tendencias que puedan sabotear el rumbo de dichos organismos. Gritarle a viva voz ¡¡¡ayúdanos a luchar contra quienes quieran sabotear!!!¡¡¡Las comunidades y los sectores populares nos necesitan!!!¡¡¡Tenemos que estar junto a ellos como Chávez lo ha dicho!!!
Hacer una campaña nacional ¡llegar hasta el último joven! en esta línea, organizando asambleas y recogiendo firmas para organizar a la mayor parte de la juventud revolucionaria venezolana dentro de las J-PSUV. Ganaríamos mucho terreno y prácticamente obligaríamos a los burócratas a tener que aceptar la voluntad de los jóvenes. Si ellos no quieren que entremos a los Consejos, entonces que los expliquen a las bases. Más que denunciar se trata de trasladar la batalla a las condiciones que queremos, y ponerles toneladas de presión para socavarla. Solo así lograremos poco a poco ganar el oído de la mayoría del conjunto de la organización para aplastar a la burocracia.
Requisito indispensable es creer firmemente en lo que defendemos, y lo más importante la confianza en el movimiento de los trabajadores y el pueblo. Confiar en la voluntad de los jóvenes y estudiantes para derrotar a la contrarrevolución. Al principio puede que seamos pocos pero es inevitable que la lucha entre reforma o revolución se agudice. En la medida que tengamos las ideas, programas, métodos y tradiciones correctas en el momento correcto, podemos ganar mucha influencia en el movimiento. Sobre todo a medida que esta lucha ponernos al frente. Ganarnos el derecho a ser reconocidos como la dirección política, y no proclamarnos como tal.
La juventud burguesa y pequeña burguesa al servicio de la “Libertad de Expresión”
Ahora los empresarios, los medios de comunicación y los partidos de la derecha utilizan a los jóvenes pequeño-burgueses de las “universidades públicas” y privadas para sus propios propósitos. Grandes campañas y dinero del imperialismo se han utilizado para las sucias campañas de la derecha. Pero a la vez, las reivindicaciones mínimas de los estudiantes universitarios han quedado de segundo plano para los “defensores de la libertad y democracia”. ¿Defienden la libertad y democracia los sifrinos? Ya sabemos la respuesta. ¿Dónde quedan las luchas por más becas? ¿Y donde quedan las luchas para que los hijos de los trabajadores y campesinos puedan entrar a las Universidades? ¿Por qué no hacen una marcha a favor de los estudiantes que se han graduado en Misión Ribas para que puedan entrar a la Universidad? ¿Dónde quedan las luchas porque los estudiantes tengan un servicio de transporte de calidad? ¿Y los comedores? ¿Porque no marchan para que las estudiantes jóvenes madres puedan tener una beca espacial mientras se gradúan? ¿Por qué no se manifiestan por el derecho al aborto por parte de la mujer trabajadora? Esas so tareas de la J-PSUV.
Lo que vemos es que las Universidades públicas con la excusa de la “autonomía universitaria” es grandes presupuestos para financiar las campañas de la derecha. El término “autonomía universitaria” es un concepto amorfo, un cascaron vacío que puede ser llenado con cualquier contenido. Y la derecha está aprovechando para llenarlo con su propio contenido de clase. Las ideas más reaccionarias de la sociedad burguesa son incluidas con la excusa de la “autonomía universitaria”. Los presupuestos han servido para que rectores de Universidades como Lester Rodríguez de la Universidad de los Andes pueda financiar su campaña a alcalde de la ciudad de Mérida. La derecha ha aprovechado para influenciar a un sector del estudiantado pequeño-burgués a que defiendan los intereses de la oligarquía y así dejar de lado las anteriores luchas estudiantiles. Hoy vemos como las Universidades públicas se han convertido en verdaderos antros donde las autoridades universitarias hacen los que le da la gana. Debemos decirlo claramente: Para las autoridades la “autonomía universitaria” se convierte en “autonomía del presupuesto”.
Los jóvenes socialistas debemos defender un sistema educativo público y de calidad que este acorde con los cambios y transformaciones que necesita la sociedad. Esta debe ser nuestra tarea diaria. Si las autoridades hablan de “autonomía” nosotros debemos decir: Autonomía de las Universidades contra las bandas fascistas que hacen vida en ella. Autonomía de las Universidades contra las ideas reaccionarias. Las autoridades utilizan los medios privados de comunicación para movilizar a los sectores más atrasados de la sociedad que hacen vida en las universidades públicas para defender las ideas más retrogradas del sistema capitalista. Bajo la bandera de la supuesta “libertad de expresión” que ellos defienden han sacado a los jóvenes sifrinos de colegios y universidades privadas y públicas elitizadas. Pero nosotros nos preguntamos ¿Cuál es esa “libertad de expresión” por la cual tanto luchan? En el gobierno oligárquico Carlos Andrés Pérez cerró el canal RCTV por una referencia hacia al entonces presidente. No fue que se le negó la concesión ¡simplemente la cerró! ¿Porque no hicieron una campaña como la de ahora?
Todo esto es solo una excusa para animar su descompuesta base social usando a estos sifrinos, para generar un clima de ingobernabilidad y con una fuerte campaña a nivel mundial para justificar una intervención contra Venezuela. Estos jóvenes responden a los intereses de la clase social a la que pertenecen.
La lucha estudiantil en la década de los 60, 70 y 80, en la que murieron y fueron perseguidos y torturados muchos compañeros, se caracterizo por ser altamente combativa con una gran incidencia en la lucha social en contra de los aumentos de pasaje, de la gasolina, contra la inflación, el alto costo de la vida, etc. Y por supuesto por la consecución de reivindicaciones de mejoras en los servicios estudiantiles y en las condiciones de estudio por el bienestar para la comunidad universitaria, de esta manera es como logran arrancarle al viejo estado venezolano importantes logros. Los estudiantes universitarios llegaron a convertirse en un referente político aliado de los sectores desfavorecidos económicamente en contra de las medidas neoliberales de los gobiernos cuartorepublicanos. De esta forma tiene razón el presidente Chávez cuando señaló que “la historia del movimiento estudiantil venezolano está ligado a las más profundas luchas revolucionarias del pueblo venezolano”.
Estos sifrinos no defienden reivindicaciones, ya que si las defendieran irían contra su propia clase. A estos sectores les interesa mantener la educación privada y de elite, uno para hacer negocios, y dos para producir los cuadros que irán a las instituciones, ministerios u otros organismos de su sistema de explotación, y ello es incompatible con la revolución socialista.
La unidad de los obreros y estudiantes
La dinámica del capitalismo a través del mercado y la educación mercantilista lleva a los hijos de los trabajadores a una educación precaria. Comprar costosos libros, educación de mala calidad, mala infraestructura, falta de equipos, etc. ya que esto es un privilegio de todos aquellos que pueden pagarse una escuela o universidad privada o en las universidades públicas donde solo pueden entrar los hijos de papi mami ¡los mismo que están al servicio de la “libertad de expresión”!
Para luchar por una educación digna y de calidad hace falta quitar todas estas trabas para poder transformarla. Pero esta última es una rama del Estado Burgués, y no se puede transformar sin antes hacer lo mismo con dicha estructura social. Y el Estado Burgués es el ordenamiento social que le permite salvaguardar los intereses a los capitalistas. Y en el marco de la economía capitalista sólo la Clase Obrera quien por su papel que juega en la producción puede derrocar a la Burguesía, siendo esta su tarea histórica. Tarea histórica que no puede cumplir por si sola, sino en alianza con los campesinos, jóvenes y demás sectores oprimidos de la sociedad.
Los jóvenes y estudiantes debemos unirnos a la Clase Obrera en nuestros centros de estudios junto a los sindicatos clasistas, y a los profesores revolucionarios, para empujar dentro de las instituciones educativas. Debemos apoyar con todas nuestras fuerzas las huelgas, las tomas de fábricas, luchas campesinas e indígenas.
Impulsemos la Corriente Marxista de los jóvenes en el PSUV
Dentro de las grandes batallas que debemos dar los trabajadores, campesinos, jóvenes y el pueblo está la de construir una herramienta revolucionaria, que sirva para unificar las luchas en torno a un programa revolucionario para trazar el puente hacia la victoria final. Ese es el reto que se nos abre con la conformación del Partido Socialista Unido de Venezuela, donde ya se han inscritos más de 5 millones como aspirantes a militantes. La atención del movimiento esta en el PSUV. Pero los burócratas reformistas intentaran desvirtuar el contenido real y revolucionario que debe defender como partido de la revolución. Los jóvenes junto a los trabajadores, campesinos y el resto del pueblo debemos entrar con nuestra vanguardia. No para disolvernos sino para actuar como el ala marxista revolucionaria, que sea capaz de ganar a la mayoría de los militantes para un genuino programa socialista ¡contra el reformismo!, y así convertir el PSUV en lo que Chávez y el pueblo quiere la herramienta con la cual completaremos la Revolución Bolivariana en el Socialismo.
Por un programa marxista para los jóvenes y estudiantes
¿Que defendemos?
1- Como jóvenes marxistas defendemos los intereses de los hijos de los trabajadores y campesinos al nivel mundial.
2- Luchamos junto a los obreros, campesinos y el resto de los oprimidos de la sociedad contra el capitalismo, y por el socialismo.
Sobre la educación
La educación representa igualmente una rama del estado, por lo tanto otro medio de dominación y de alineación de la burguesía. Por ello queremos cambiar el tipo de educación individualista y egoísta del capitalismo. Sustituirla por una que este al servicio del progreso de la sociedad.
En las universidades y liceos
1- Eliminación de la educación privada. En las palabras de Alí Primera “Una nueva sociedad sin colegios privados, sin haciendas, sin patrón”, es decir la educación no debe ser mercantil o estar al servicio de los negocios. Sino que debe ser un recurso humano, para ponerla al servicio del progreso de la toda la humanidad.
2- Para ellos es necesario llevar a cabo medidas en las universidades y liceos que sirvan para ponerla en control desde las asambleas de trabajadores, estudiantes y docentes.
3- Que estas instancias (asambleas) sean el máximo órgano de poder, que desde ahí se elija o revoque en todo momento a todos los cargos de dirección tales como el rector (o director del plantel en el caso de los liceos), jefes de programas y de curso, etc. En el marco del poder desde las bases.
4- Rendición periódica de cuentas antes quienes los eligieron.
5- Discusión democráticamente a través de todos los factores que convergen en los institutos educativos acerca del presupuesto, como y cuanto se utiliza.
6- Al mismo tiempo debatir y aprobar que tipo de educación queremos.
7- Supervisar las becas de cuanto debe ser, y quienes realmente las necesitan. Para acabar con el amiguismo, evitar que se las distribuyan entre familiares u otros métodos burocráticos.
8- La dotación de los materiales necesarios.
9- La mejora de las infraestructuras.
10- El número de profesores por estudiantes y que tipo de perfil deben poseer.
En las misiones educativas
Las misiones educativas son logros y conquistas de la Revolución Bolivariana por lo tanto debemos defenderlas, profundizándolas para mejorarlas y fortalecerlas, en aras de convertirlas en el modelo de educación revolucionaria y socialista para las cuales han sido creadas.
1- Elegibilidad y revocabilidad de los puestos de dirección (Coordinadores, etc.) mediante asambleas de estudiantes y facilitadotes. Y que dicha asamblea sea el máximo órgano de poder.
2- Discusión democráticamente a través de todos los factores que convergen acerca del presupuesto, como y cuanto de utiliza.
3- Rendición periódica de cuentas antes quienes los eligieron.
4- Los coordinadores y facilitadores deben estar a tiempo completo para la misión, y devengar un sueldo mínimo equivalente al resto de los trabajadores. No puede haber diferencia entre ellos y los demás trabajadores del país, al mismo tiempo garantizarles todos sus derechos laborales que les corresponden como cualquier otro trabajador. Convertir las misiones no solo en modelo de educación sino en uno de dignificación revolucionaria de las condiciones laborales de quienes ahí laboran.
5- Los estudiantes de las misiones tienen su legítimo derecho a conformar Consejos de Estudiantes mediante las asambleas revolucionarias para defender sus intereses unidos al movimiento bolivariano, como lo ha dicho el propio presidente Hugo Chávez los consejos de estudiantes, junto a los consejos de trabajadores y a los consejos comunales. Al mismo tiempo sirve para unificar las luchas.
6- Estos estudiantes también tienen su legítimo derecho a gozar del beneficio del Ticket Estudiantil, no debe haber separación entre estos estudiantes y los demás que estudian en las universidades y liceos. Igualmente son hijos de trabajadores y campesinos, es decir hijos del pueblo, por lo tanto no debe haber diferencia entre ellos, el socialismo es igualdad para todos jóvenes y estudiantes que proviene de la Clase Obrera y el campesinado.
7- La dotación de los materiales necesarios.
8- La mejora de las infraestructuras.
9- El número de profesores por estudiantes y que tipo de perfil deben poseer.
La juventud obrera
1. Contra la explotación de los capitalistas de nuestros jóvenes defendemos la creación de sindicatos revolucionarios en todas las empresas.
2. No a la precariedad en el empleo. Convertir el empleo informal en empleo formal. Que todos los trabajadores jóvenes tengan salarios dignos y con todas sus prestaciones sociales. A igual trabajo, igual salario. No a la discriminación salarial y en las condiciones de trabajo a los jóvenes.
Mujer joven.
1. Ningún tipo de discriminación por motivos de sexo. A igual salario, igual trabajo. Guarderías gratuitas de calidad para las jóvenes madres trabajadores y estudiantes. Despenalización del aborto en Venezuela. Acceso gratuito y público para la joven trabajadora para ejercer el derecho al aborto.
¡Viva la juventud revolucionaria!
¡Viva la lucha por el socialismo!
¡Obreros y Estudiantes, Unidos en combate!
¡Viva la Revolución Bolivariana!
¡Viva la Revolución Socialista Mundial!