Oriente Medio

A primeras horas de la madrugada del viernes 13 de junio, Israel lanzó un ataque masivo contra Irán, acabando con parte de su liderazgo militar y golpeando algunas de sus instalaciones nucleares. En el momento de escribir este artículo, se está produciendo una segunda oleada de ataques israelíes, que están alcanzando objetivos en Teherán, Keraj y Qom, así como la planta de enriquecimiento nuclear de Natanz por segunda vez. Este descarado acto de agresión amenaza con desatar una conflagración regional mortal con consecuencias de gran alcance.

El lunes, el velero Madleen, que formaba parte de la Coalición de la Flotilla de la Libertad (FFC), fue asaltado en una redada nocturna por las Fuerzas de Defensa Israelí (IDF). Rodeado por lanchas rápidas y drones israelíes, unidades de combate armadas abordaron el barco mientras sus 12 pasajeros, entre los que se encontraban Greta Thunberg y la eurodiputada francesa Rima Hassan, permanecían sentados en la cabina principal con las manos en alto, temiendo por sus vidas.

Dos meses después de que Benjamin Netanyahu rompiera el breve alto el fuego, la situación en Gaza ha alcanzado niveles catastróficos. La ayuda, los medicamentos y los productos básicos se han agotado debido al bloqueo total de Israel, y los bombardeos implacables de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se han reanudado. Innumerables organizaciones humanitarias han advertido de que el bloqueo está a punto de provocar la muerte de decenas de miles de personas en una hambruna generalizada.

El miércoles 19 de marzo, Turquía se despertó con la noticia de una importante ronda de arrestos contra figuras de la oposición. Un centenar de políticos, periodistas y académicos fueron arrestados, entre ellos el alcalde de Estambul, Ekrem İmamoğlu. Este último es el mayor adversario de Erdoğan y tenía previsto presentarse a las próximas elecciones presidenciales.

Image: Own work

A lo largo del martes 18 de marzo, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron una lluvia de bombas sobre la población de Gaza, rompiendo el frágil alto el fuego con una muerte y destrucción. Más de 400 palestinos murieron y más de 600 resultaron heridos en los ataques israelís, lo que lo convierte en el día más sangriento del genocidio de Israel desde finales de 2023.

El siguiente es el segundo de una serie de tres partes de un discurso sobre perspectivas mundiales, pronunciado el martes 28 de enero en una reunión del Comité Ejecutivo Internacional de la Internacional Comunista Revolucionaria. La primera parte, que puede leerse aquí, analiza la convulsión en las relaciones mundiales, provocada por la presidencia de Trump.

A última hora del 4 de febrero, en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro israelí Netanyahu, el presidente estadounidense Donald Trump propuso que EE. UU. se apoderara de Gaza y obligara a toda su población (2 millones de palestinos) a trasladarse a otras “parcelas de tierra” (en Jordania y Egipto) para que la zona pudiera reconstruirse como un enclave internacional, que según él sería “como la Riviera de Oriente Medio”.

Las armas han callado en Gaza, por ahora. Después de quince meses, un acuerdo de alto el fuego ha puesto fin a la implacable matanza genocida de decenas de miles de palestinos y a la destrucción casi total del enclave palestino por parte del Estado de Israel.

En las últimas semanas, la ofensiva de Hayat-Tahrir al-Sham (HTS) respaldada por Turquía ha logrado derrocar al régimen de Assad. En los medios de comunicación occidentales esto ha sido generalmente celebrado. Sin embargo, algo de lo que no se ha informado es del simultáneo avance turco en una parte de la Administración Autónoma Democrática de la Región Norte y Este de Siria (AANES) kurda, más comúnmente conocida como Rojava.

El régimen sirio se ha derrumbado. Bashar al-Assad ha huido del país. Su ejército se ha desarmado y su gobierno ha capitulado. Las cárceles han sido invadidas y miles de personas han sido liberadas. Mientras tanto, miles de sirios se han echado a la calle para celebrarlo. 

[Este artículo fue publicado el viernes 7 de diciembre antes de la caída final del régimen de Assad, pero su análisis sigue siendo correcto en lo fundamental. Hemos publicado una actualización.]

En otro acontecimiento repentino y brusco, muy característico del periodo de la historia que estamos viviendo, una ofensiva por sorpresa de militantes islamistas sirios está provocando el rápido desmoronamiento de Siria. Las guerras de Israel contra Gaza y Líbano, apoyadas por Occidente, han roto el frágil equilibrio de Oriente Próximo y han tirado de un hilo que ha empezado a desenredar el tejido de la región.

Desde el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 contra el sur de Israel, la lógica de la situación en Oriente Medio ha ido avanzando en la dirección de una escalada de la guerra más allá de Gaza. Todos los intentos de frenar este proceso han seguido el mismo curso. Los estadounidenses declaran en primer lugar que no quieren una escalada. Pero cada vez Netanyahu hace algo para empujar hacia la ampliación de la guerra, porque sabe que EEUU siempre caerá del lado de Israel.