El jueves 30 de mayo, Donald Trump fue condenado por 34 cargos de falsificación de registros comerciales para influir en las elecciones de 2016. Fuera del tribunal de Manhattan, el republicano denunció el juicio: «Ha sido un juicio amañado, una vergüenza». En contra del veredicto del jurado, Trump se declaró no solo inocente, sino «muy inocente». A pesar de estas protestas, ha vuelto a hacer historia, esta vez al convertirse en el primer presidente estadounidense condenado por un delito grave.