Analisis

Un año después del ataque del 7 de octubre de Hamás contra el sur de Israel, la guerra subsiguiente ha provocado un desastre humanitario sin comparación para los palestinos que viven en la Franja de Gaza. Ahora Líbano se enfrenta a un escenario similar. Netanyahu advirtió a Hezbolá de que Israel podría «convertir Beirut y el sur de Líbano... en Gaza».

Nubes de tormenta se ciernen sobre Oriente Medio mientras Israel, respaldado por las potencias imperialistas occidentales, empuja a la región cada vez más cerca de una devastadora guerra regional total, poniendo de relieve una vez más la disyuntiva que tiene ante sí la humanidad: o el socialismo o la barbarie.

En las primeras horas del 1 de octubre, el ejército israelí cruzó la frontera del Líbano e inició una invasión terrestre del país, tras dos semanas de intensos ataques aéreos. Se trata de una guerra totalmente reaccionaria, respaldada y financiada por el imperialismo estadounidense y occidental, que amenaza con sumir a todo Oriente Próximo en una guerra abierta, que podría durar años y dejar tras de sí un sufrimiento atroz.

Tras masivos ataques aéreos contra el distrito Dahiyeh de Beirut, el ejército israelí consiguió asesinar al líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, junto con otros altos mandos de la organización. Al parecer, el jefe del frente sur de Hezbolá, Ali Karaki, también murió en el ataque. Netanyahu ordenó el ataque personalmente y es evidente que está provocando tanto a Hezbolá como a su principal patrocinador, Irán, para que entren en guerra total con Israel. Este peligro está ahora más cerca que nunca.

El lunes 23 de septiembre, primer día de la campaña de bombardeos de Israel, los ataques aéreos alcanzaron más de 1.600 objetivos en el interior de Líbano, matando . alrededor de 500 personas e hiriendo a más de 1.600, mientras que decenas de miles más huyeron de las zonas del sur del país. La guerra no declarada de Israel contra Hezbolá ha comenzado.

Hace dos años, el mundo fue testigo de acontecimientos extraordinarios en Sri Lanka. El 9 de julio de 2022, las masas esrilanquesas barrieron el pesado cordón policial que rodeaba el palacio presidencial como si fuera poco más que una telaraña. Para asombro del mundo, el presidente Gotabaya Rajapaksa tuvo que huir despavorido.

Un minuto después de la medianoche del 13 de septiembre, treinta y tres mil miembros de los distritos 751 y W24 de la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales (IAM) abandonaron sus puestos de trabajo e instalaron piquetes. Es la primera huelga desde 2008 en Boeing, el gigante aeroespacial que emplea a 66.000 trabajadores en todo el estado de Washington y a más de 171.000 en todo el país.

«¡Curiorífico, curiorífico! - exclamó Alicia (estaba tan sorprendida, que por un momento se le olvidó hablar correctamente)» - (Lewis Carol, Las aventuras de Alicia en el país de las Maravillas)

El viernes 13 de septiembre viví una experiencia de lo más peculiar. Estaba tan asombrado de lo que estaba presenciando (y también de lo que no estaba presenciando) que sentí deseos de pronunciar las célebres palabras de Alicia en el País de las Maravillas.

Mientras escribo estas líneas, los titulares de los periódicos están dominados por el sorprendente anuncio de que Rusia estaría «en guerra» con Estados Unidos y sus aliados si levantan las restricciones a Ucrania para el uso de misiles occidentales de largo alcance con el fin de realizar ataques en profundidad en territorio ruso.

El 24 de agosto, Pavel Durov, multimillonario ruso propietario de la aplicación de mensajería encriptada Telegram, fue detenido por la policía francesa. Interrogado durante cuatro días, ayer fue trasladado a un tribunal y acusado de todos los cargos. Ahora, a la espera de juicio, ha quedado en libertad bajo fianza de 5 millones de euros, debe visitar a la policía francesa dos veces por semana y se le ha impedido salir de Francia. También hay una orden de detención contra su hermano, cofundador de Telegram.

[Cientos de miles de personas se movilizaron en Francia el sábado 7 de septiembre, convocadas por la Francia Insumisa, contra la decisión de Macron de nombrar al derechista Barnier como primer ministro. Los camaradas de la sección francesa de la Internacional Comunista Revolucionaria escribieron este artículo justo antes de la movilización]

La recuperación de los cadáveres de seis rehenes, retenidos por Hamás en Gaza, por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) durante el fin de semana ha provocado una explosión de ira, dirigida contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Cientos de miles de personas salieron a las calles el domingo 1 de septiembre en manifestaciones masivas en todo Israel. El país quedó paralizado por una huelga general convocada por la Histadrut (Organización General de Trabajadores de Israel) la mañana del lunes 2 de septiembre. Los manifestantes culparon a Netanyahu por la muerte de los rehenes, dado su flagrante y constante sabotaje de las negociaciones con Hamás. Se trata de una

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Al enviar este número de Revolution a imprenta, Macron aún no ha nombrado al próximo huésped del Hôtel Matignon. Se ha limitado a descartar abiertamente la propuesta del Nuevo Frente Popular (NFP). Pero a partir de ahora, la identidad del próximo Primer Ministro tiene poca importancia a la hora de analizar la situación política y sus perspectivas.