Junto a los banqueros y capitalistas, la clase terrateniente es especialmente despreciada. Se los considera en gran medida especuladores codiciosos, propietarios que cobran una renta excesiva, que las suben a la primera oportunidad y se llevan una parte de la plusvalía creada por la clase trabajadora. Está claro por qué aumenta el desprecio por ellos. Solo en Gran Bretaña, los alquileres y los gastos de la vivienda representan hasta la mitad, a veces más, de los ingresos disponibles de los trabajadores, lo que se ha convertido en una carga intolerable, especialmente para quienes viven en la capital. Además, los cuatro millones de viviendas privadas en alquiler en Inglaterra tienen que
...