La Internacional Comunista, creada por los bolcheviques en marzo de 1919, representó, en sus primeros años, una gran escuela para refundar el movimiento obrero mundial sobre las bases del genuino marxismo revolucionario. En sus primeros congresos, debatió y analizó todas las grandes cuestiones de la lucha de clases: la cuestión nacional y colonial, de la mujer, la juventud, los soviets, etc. Pero sin duda, uno de los asuntos claves fueron los sindicatos.