La crisis actual del sistema capitalista permite evidenciar, una vez más, que Marx tenía la razón. Su obra, su pensamiento revolucionario están hoy más vigentes que nunca antes. El pensamiento débil, posmoderno, progre, no ha podido ni tan siquiera comprender la situación que vive el mundo actualmente, mucho menos explicarla y, peor, encontrar las vías para la transformación revolucionaria de la sociedad.