Economía

En los últimos meses, los bancos centrales se han apresurado a subir los tipos de interés para controlar la inflación. El 2 de noviembre, la Reserva Federal introdujo otra subida de 0,75 puntos porcentuales, y al día siguiente hizo lo propio el Banco de Inglaterra.

A principios de este mes, un colapso de la magnitud de las mayores caídas de la historia reciente sacudió los mercados. La bolsa de valores Nasdaq cayó casi un 30% en una semana, y la capitalización del mercado de las criptomonedas cayó simultáneamente un 50%. Cientos de miles de millones de dólares se esfumaron en solo siete días. Desde entonces, no ha habido recuperación.

La crisis de Ucrania ha creado una tormenta inflacionaria perfecta. La guerra, las sanciones occidentales a Rusia, la pandemia, el proteccionismo y el cambio climático están deshaciendo décadas de bajos precios de las materias primas en una crisis que no hace más que profundizarse.

El impacto de la guerra en Ucrania se sentirá mucho más allá de las costas europeas. Dado que Rusia y Ucrania son responsables del 12% de todas las energías que se comercializan, y que el gas natural es un componente importante de los fertilizantes, la guerra está exacerbando la inflación del precio de los alimentos.

En 2020, los bancos centrales respondieron al estallido de la crisis invirtiendo alrededor de 10 billones de dólares de dinero impreso en la economía ¿De qué manera mesurada y responsable reaccionaron los mercados ante una inyección de efectivo tan inaudita? ¡Participando en una orgía de especulaciones sin precedentes en la historia del capitalismo!

En todo el mundo, las empresas se están enfrentando a una grave escasez de trabajadores, provocando un estancamiento de la producción y una ruptura de las cadenas de suministro. El mercado capitalista significa anarquía y crisis. Solo la planificación socialista puede ofrecer un camino a seguir.

Una filtración de hasta 2,94 terabits de archivos ha levantado parcialmente el telón de los acuerdos y activos offshore de cientos de multimillonarios, líderes mundiales y funcionarios públicos. Esta filtración ha puesto de manifiesto el tremendo parasitismo de la clase dominante, con un total de entre 5,6 billones de dólares y 32 billones de dólares en riqueza en el extranjero.

Un nuevo informe revelador de Credit Suisse ha expuesto cómo en 2020 el 'club de los millonarios' creció dramáticamente, a pesar de que el capitalismo fue mantenido con respiración asistida, a medida que la desigualdad de riqueza aumentaba enormemente. Estados Unidos vio la creación de 1,73 millones de nuevos millonarios; Alemania, 633.000 y Australia más de 300.000.

A principios del mes de junio, en medio de una pandemia que es una de las peores catástrofes desde la Segunda Guerra Mundial, los magnates multimillonarios Jeff Bezos (propietario de Amazon y de su propia compañía privada de vuelos espaciales, Blue Origin) y Richard Branson (propietario de Virgin Galactic) anunciaron sus intenciones de ver quién de ellos sería el primero en viajar al espacio.

A principios del mesde junio, un panel de expertos independientes, encargado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicó los hallazgos de su investigación sobre la respuesta internacional al brote de la pandemia por COVID-19. Sorprendentemente, el informe señala a los verdaderos responsables: los políticos burgueses y la patronal.

Este artículo, escrito en 2018 para Socialist Appeal, se publicó unos días antes de que el valor de Bitcoin colapsara a la mitad de la noche a la mañana. Esta recesión catastrófica prueba todo lo que hemos escrito sobre Bitcoin y cómo refleja la crisis general del capitalismo.

La pandemia ha tenido el efecto de intensificar la crisis de sobreproducción que comenzó en 2008, exacerbando aún más las contradicciones del sistema capitalista. Como resultado, estamos siendo testigos de un profundo cambio en las políticas llevadas a cabo por las clases dominantes de los principales países imperialistas. La austeridad, que ha sido la política económica de los últimos años, se ha dejado de lado temporalmente. Habría sido económica y políticamente insostenible continuar con las políticas de austeridad en las condiciones actuales.

Han pasado 16 meses desde que se declaró el Estado de alarma en el Estado Español, y las penurias sufridas por los obreros y los más pobres no son un secreto para nadie, los trabajadores son los que más han padecido durante la pandemia, teniendo que convivir en ocasiones en casas diminutas con gran número de familiares y arriesgándose a contraer el virus para que la rueda del capitalismo no se detuviera y los beneficios privados no parasen.