Economía

"Tomada en su conjunto, la crisis ha ido cavando como el buen topo que es". (Marx a Engels, 22 de febrero de 1858)

Se pregonaba que esta cumbre del G7 marcaría el regreso triunfal de Estados Unidos y sus aliados, con el objetivo de frenar el auge de China, pero, en vez de eso, el encuentro sólo ha confirmado el declive y la desunión del imperialismo occidental.

En estos días existe una confusión considerable sobre la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, sobre todo en los círculos académicos. Esta confusión surge de una visión unilateral no dialéctica, que aísla un elemento de la teoría económica de Marx y exagera su importancia mucho más allá de la intención de Marx. Durante los años 60, la defensa de las ideas de Marx sobre la caída de la tasa de ganancia contra los críticos burgueses fue sin duda necesaria y progresista. Hoy, sin embargo, se ha convertido en una especie de petulancia, una verdadera obsesión de los académicos “marxistas” que carecen de conocimiento de dialéctica y son incapaces de ver el proceso en su conjunto.

“Los hombres prácticos que se creen bastante exentos de cualquier influencia intelectual, suelen ser esclavos de algún economista difunto. Locos con autoridad, que escuchan voces en el aire, están destilando su frenesí de algún escritorzuelo académico de hace unos años atrás.»

Llevamos 16 meses en una pandemia que, según algunos informes, ya se cobró 6,9 millones de vidas y sumió al capitalismo en su crisis más profunda, y la clase dominante todavía está dividida por disputas intestinas sobre los permisos de patentes, prohibiciones de exportación y acuerdos preferentes.

¿Qué es el valor? Esta pregunta ha dejado perpleja a la mente humana durante más de 2.000 años. Los economistas burgueses clásicos, al igual que Marx, abordaron esta cuestión. Después de muchos debates, concluyeron correctamente que el trabajo era la fuente del valor. Esta idea se convirtió en la piedra angular de la economía política burguesa, empezando por Adam Smith. En esta cuestión había un punto de coincidencia entre Marx y los economistas burgueses clásicos.

Al contrario del dogma de los economistas burgueses de que el Estado no debe jugar ningún papel en la vida económica, el Estado se ha involucrado muchísimo en ella debido a la pandemia. El supuesto infalible libre mercado ha fallado y el sistema capitalista se sustenta gracias al enorme gasto de dinero público.

El bloqueo durante una semana del Canal de Suez por parte del carguero Ever Given, ha tenido un gran impacto en la economía internacional: el precio del crudo subió, y hubo un significativo incremento en el coste del transporte de mercancías y en sus precios finales. Este acontecimiento podría tener consecuencias a más largo plazo, con una cadena de efectos difícil de calcular.

A medida que la pandemia de COVID-19 se prolonga hacia su segundo año, continúa exponiendo e intensificando las contradicciones del capitalismo mundial. La locura del nacionalismo de las vacunas demuestra claramente que un sistema basado en la propiedad privada y la división del mundo en Estados-nación antagónicos no está equipado para hacer frente a una amenaza viral que no entiende de fronteras, márgenes de beneficio o estrechos intereses nacionalistas.

El dirigente de la Corriente Marxista Internacional, Jorge Martín, habló en el congreso de Lucha de Clases, sección de la CMI en el Estado español, acerca de la situación mundial que se ha desencadenado con la pandemia del Covid-19, la crisis del capitalismo y las perspectivas revolucionarias que se abren.

Estamos en medio de la época más turbulenta de la historia de la humanidad, la crisis por el COVID-19 ha precipitado una crisis económica sin precedentes en la historia del capitalismo, algunos analistas dicen que es la crisis más profunda en los últimos 300 años.

Los últimos años de turbulencias políticas preocupan a la clase dominante, que se enfrenta a olas de protestas e inestabilidad sin precedentes. Ahora tratan cada vez más desesperadamente de estabilizar la situación mediante el gasto estatal y otras concesiones. Esto se hizo patente en el Foro Económico Mundial el mes pasado.

Ha pasado un año desde que se declaró el COVID-19 como pandemia mundial. Más de dos millones de personas han muerto a causa del virus. Aunque las vacunas que ahora circulan ofrecen un rayo de esperanza para las masas, la crisis está lejos de terminar. El proteccionismo y el "nacionalismo de las vacunas" impiden que millones de personas tengan acceso a estos recursos que salvan vidas ¿Cuándo acabará todo esto?