Tras el levantamiento de las masas populares en Marruecos, el día 20 de febrero, que salieron a las calles para protestar contra la opresión, el aparato de represión monárquico ha organizado, en sus distintas facetas, una campaña de represión salvaje, dejando numerosos muertos, heridos y detenidos, entre ellos uno de los luchadores de la Liga Comunista de Acción que ha sufrido una tortura salvaje, tras su secuestro en el barrio universitario, que acabó con una fractura en la pierna y rotura de bazo, por lo que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.