Las elecciones legislativas argentinas del 14 de octubre han puesto de manifiesto varias cosas: en primer lugar, el enorme descontento acumulado en la sociedad, en segundo lugar la crisis y divisiones existentes en el seno de la clase dominante y, por último, pero lo más importante de todo, la búsqueda por parte de cientos de miles de jóvenes y trabajadores (así como de sectores de las capas medias) de una alternativa de izquierdas frente a la crisis económica, social y política que atenaza al país.