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Al enviar este número de Revolution a imprenta, Macron aún no ha nombrado al próximo huésped del Hôtel Matignon. Se ha limitado a descartar abiertamente la propuesta del Nuevo Frente Popular (NFP). Pero a partir de ahora, la identidad del próximo Primer Ministro tiene poca importancia a la hora de analizar la situación política y sus perspectivas.

El derrocamiento revolucionario del régimen de Hasina, provocado por los estudiantes y sus valientes protestas, ha abierto las puertas a una nueva oleada de lucha de clases en Bangladesh. ¡La revolución avanza!

El 21 de agosto de 1940, Trotsky murió a causa de las heridas infligidas por un agente estalinista. A pesar de las mentiras de los epígonos de Stalin, no hay nada en las ideas de Trotsky que no pueda encontrarse también en Lenin. Los dos hombres llegaron a las mismas conclusiones políticas y condujeron la Revolución Rusa a la victoria en 1917, a la cabeza del Partido Bolchevique. Ambos comprendieron la necesidad de la revolución mundial; y tras la muerte de Lenin, Trotsky continuó defendiendo sus verdaderas ideas y su legado contra la contrarrevolución burocrática de Stalin. Por esta razón fue condenado a muerte.

La crisis del capitalismo golpea fuertemente a los países pobres. Tras las subidas de los tipos de interés de los dos últimos años, los cobradores de deudas están llamando a la puerta. Como consecuencia, las instituciones imperialistas están imponiendo medidas draconianas de austeridad y subidas de impuestos a los pobres de los llamados países en desarrollo. Esto está provocando ira y protestas masivas en todo el mundo.

Desde que la marea revolucionaria barrió a Sheikh Hasina hace una semana, las masas, dirigidas por los estudiantes, siguen movilizándose. Los comités se han ido extendiendo por todo el país, sobre todo, pero no exclusivamente, entre los estudiantes. En muchos lugares han desplazado las funciones del Estado. La clase dirigente está suspendida en el aire. Existe una especie de doble poder. Pero la revolución se enfrenta ahora a nuevos peligros: no sólo las conspiraciones de la depuesta Liga Awami, que continúan, sino la confusión sobre la dirección a seguir.

Hoy, Bangladesh brilla con el calor blanco de la revolución. Las masas han vuelto a entrar en la escena de la lucha. Están redescubriendo una rica tradición revolucionaria que se remonta a décadas atrás. En realidad, las tareas de esta revolución son las tareas inacabadas de una revolución inacabada, que comenzó hace más de cincuenta años y culminó en la Guerra de Independencia contra la dominación de Pakistán en 1971. Aprender las lecciones de aquel periodo es vital no sólo para comprender el presente, sino para garantizar que la lucha revolucionaria de hoy se lleve adelante hasta la victoria.

La semana pasada Talha Mahmud Chowdhury, estudiante y simpatizante de la Internacional Comunista Revolucionaria, fue secuestrado por miembros de la Liga Chhatra, los matones de la Liga Awami de Hasina, y encarcelado bajo graves cargos falsos de intento de asesinato y vandalismo. Hoy hemos recibido la noticia de que, tras la caída del régimen de Hasina, ha sido liberado.

Esta semana, los mercados bursátiles cayeron mientras los especuladores se enfrentaban a los últimos datos de empleo procedentes de Estados Unidos. A primera vista, los datos no parecen tan alarmantes, y las bolsas se han recuperado, por ahora. Pero los mercados tienen razón para estar preocupados.

Las masas revolucionarias han derrocado a Hasina, ¡poniendo fin a sus 15 años de brutal gobierno! Mientras escribimos este informe, millones de personas han llegado a Daca, y se espera que millones más lleguen en el transcurso del día. Las masas han tomado posesión del Ganabhaban (la residencia del Primer Ministro). A las 14:25 hora local, Sheikh Hasina y su hermana fueron trasladadas en avión a la base aérea de Kurmitola, y desde allí huirán del país. Pero hay conspiraciones en marcha en el ejército para robar la victoria del pueblo. ¡Las masas deben estar más vigilantes que nunca! Decimos: ¡Todo el poder a los comités obreros y estudiantiles!

El asesinato del principal dirigente y negociador en jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, mientras se encontraba en Teherán, forma parte de un cínico intento del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de provocar una escalada del conflicto en Oriente Medio con el único objetivo de mantenerse en el poder. Para ello cuenta con la complicidad del imperialismo occidental, que le permite mantenerse en el cargo, como su principal aliado fiable en la región.