“Grecia marcó el camino, los siguientes nosotros”
[Escrito el 1 de febrero.]
Ayer sábado 31 de enero, en una luminosa y fría mañana del invierno madrileño, decenas de miles de hombres, mujeres, y familias enteras…. nos concentrábamos en los alrededores de la plaza dedicada a la diosa Cibeles.
Una marea humana multicolor ocupaba cada una de las calles que confluyen en la Puerta del Sol. A mediodía ya era imposible acceder a la plaza, llena a rebosar al igual que todos sus alrededores.
El éxito de la convocatoria y su carácter multitudinario, eran tan evidentes, que cualquier intento de negarlo por los medios de comunicación controlados por el gobierno y la oligarquía, habría resultado contraproducente. De hecho, los datos sesgados de la policía, reconocían 100.000 asistentes,y los organizadores de la marcha estimaban en 300.000 los asistentes.
Tan importante como su carácter masivo, lo era la composición, la procedencia y el ambiente que anidaba en los corazones y mentes de quiénes nos movilizamos.
El ánimo, la confianza, la idea de que “si se puede” vencer al PP, que es posible ganar y lograr un gobierno nuestro como ya ha pasado con Syriza en Grecia, estaba en la mente de todos.
Decenas de pancartas que recogían todo tipo de lemas y reivindicaciones, contra los recortes y desahucios, centenares de banderas republicanas, grupos de jóvenes saltando al ritmo del sonido de las bandas de tambores, reflejaban el carácter popular y la intima vinculación entre la movilización social de los últimos años, y la idea que PODEMOS tiene el mérito de haber logrado impulsar y protagonizar, de que el CAMBIO político es posible.
Entre las decenas de grupos de extremeños, catalanes, madrileños, vascos, andaluces, murcianos, valencianos, aragoneses, castellanos, cántabros, gallegos …. se respiraba confianza y determinación. Se sentía solidaridad de clase, la necesidad de unidad de los de abajo primaba frente al veneno de la división sectaria por razón de sexo, raza o nacionalidad.
Lo primero que llamaba la atención en la mesa informativa que instalamos los compañeros del Círculo Podemos Socialismo, era cómo cientos de personas querían manifestar de manera pública, que eran parte del movimiento que representa Podemos, todos querían camisetas, pañuelos, chapas, pegatinas cualquier símbolo que les identificara.
Fueron muchos, los que al igual que una pareja de mediana edad del barrio obrero madrileño de Vallecas, querían participar activamente y nos pedían información sobre donde se reunían los círculos de su barrio.
A lo largo de la marcha se cantaron y gritaron las consignas de siempre:”El pueblo Unido jamás será vencido”, ”Viva la Lucha de la Clase Obrera”, algunos se arrancaban con las canciones de Labordeta, con el Santa Bárbara de los mineros…
Un aspecto reseñable que reflejó la marcha es que, además de animar y empujar de nuevo a la lucha a compañeros experimentados, muchos de los que participaron era la primera vez que venían a manifestarse a Madrid, y la tónica general –como comentaba una joven compañera de Lucha de Clases– era que entre quienes se acercaban a nuestra mesa había un autentico ansia por leer, por escuchar, por saber, por participar.
Las palabras de Antonia, una humilde ama de casa de un pueblo jornalero extremeño, resumían el espíritu que impulsaba la marcha:”Lo estamos pasando tan mal, que NECESITAMOS EL CAMBIO”.
Por mucho que digan Rajoy o Pedro Sánchez, por más que cada día nos lancen sus advertencias de que no es posible nada que no sea lo que dice la Troika.
Como proclamó en su discurso el compañero Pablo Iglesias, 2015 es el año del cambio, y esta marcha supone el comienzo del fin del gobierno PP.
Ahora, es más importante que nunca no bajar la guardia, tenemos que organizarnos más y mejor, es imprescindible que nos dotemos de un programa que recoja todas las aspiraciones de nuestra clase, para así forjar la más amplia unidad popular.
El camino no va a ser fácil; lo primero es derrotar a la derecha e imponer nuestro gobierno. Después, como desde sus inicios demuestra el ejemplo griego, nos enfrentaremos al boicot y la oposición rabiosa del gran capital. Por nuestra parte, tendremos que mantenernos firmes en la defensa del pueblo trabajador y ser conscientes que sólo con la unidad y apelando a la movilización popular, podremos vencer la resistencia del capital. Con otras palabras, la disyuntiva a la que nos vamos a enfrentar es: ”Con el 99% del pueblo o ceder a los de arriba” no habrá tercera vía.