En los últimos cinco meses del nuevo gobierno de coalición encabezado por el PPP, los trabajadores y las masas ya empobrecidas han pasado un sufrimiento social y económico no visto en la accidentada historia de Pakistán. Los precios de los alimentos han subido más de un 200 por ciento, el combustible que con el anterior gobierno estaba a 47 rupias está ahora a 87 rupias, cuando los representantes del PPP están en el poder. Después de aumentos relativamente pequeños de la tarifa eléctrica, ayer el gobierno anunció un aumento de los precios de la electricidad de un 31 por ciento.
La escasez de electricidad está provocando estragos tanto en la economía como entre la población. El "derramamiento de energía" es ahora de aproximadamente 8 horas en las zonas urbanas y de 16 horas diarias en las rurales. En el calor sofocante, el sufrimiento de enfermo, el anciano y los niños es inimaginable. El gobierno también está embarcado en un programa de privatizaciones y despidos. Pero a pesar de su intento de exprimir la sangre y sudor de la clase obrera no han conseguido recuperar la economía, ni siquiera a los niveles de la época de Musharraf.
Las cifras macroeconómicas presentan una imagen sombría. El déficit comercial se ha disparado desde los 12.000 a los 20.000 millones de dólares. Las reservas de divisas han caído de 16.000 a 10.000 millones de dólares. Los aumentos del gasto militar con este régimen "democrático" no tienen precedentes. La mayor parte de los ingresos en divisas proceden de las remesas enviadas por los trabajadores pakistaníes en el extranjero. Pero la mayor parte de estos 6.500 millones de dólares se gastan en el servicio de la deuda, que ha pasado de 34.000 a 46.000 millones de dólares en sólo cinco meses. Hoy Pakistán tiene el déficit por cuenta corriente, el déficit presupuestario, los préstamos internos y externos, el gasto en armas y en servicio de la deuda más grande de sus 61 años de existencia. Los precios suben según pasan las horas. Lo único que es más barato es la prostitución, cada vez son más las mujeres forzadas a recurrir a este comercio miserable para poder comer.
Mientras tanto, Zardari, el líder del PPP, ha conseguido descongelar 60.000 millones de dólares de una de sus varias cuentas en bancos suizos gracias a la NRO (Ley de Reconciliación Nacional). Tan pronto como llegó a sus manos este dinero y otras propiedades como su palacio en Surrey (Gran Bretaña) él se deshizo de Musharraf. En realidad, el anterior dictador llevaba ya algún tiempo acabado. Ahora Zardari se va a convertir en presidente de Pakistán y la mayoría de los analistas piensan que mantendrá los poderes dictatoriales de Musharraf otorgados por la enmienda constitucional 17.
Debemos recordar que Zardari, el viudo de Benazir Bhutto, fue el hombre que echó por tierra el movimiento que estalló el 18 de octubre de 2007 y que alcanzó una fase explosiva el 27 de diciembre cuando asesinaron a Benazir. Este movimiento fue desviado meticulosamente hacia la contrarrevolución democrática y los resultados de las elecciones del 18 de febrero, hecho a la medida de los estrategas de Washington. La embajadora norteamericana en Pakistán está actuando como un virrey, incluso está haciendo palidecer a los virreyes británicos de la India colonial. Ella decida todo y los dirigentes del ala de derechas del PP siguen servilmente todos los dictados de las instituciones imperialistas.
Las masas están en un estado de conmoción y angustia. Cada vez es mayor la furia contra el nuevo gobierno, y especialmente contra Zardari, como resultado de la devastación que estos dirigentes están provocando a las masas, éstas odian a la camarilla gobernante. Oyen hablar del estilo de vida de Zardari y su camarilla de pelotas en Islamabad y lo comparan con su propio nivel de vida. Entre los trabajadores hay explosiones esporádicas. Hace dos meses la huelga de PTCL (telecomunicaciones) fue derrotada debido a la gran traición de los dirigentes de la "izquierda" del PPP que trabajaban a instancias de Zardari para romper esta huelga. Después estalló una violenta insurrección en las fábricas textiles de Faisalabad donde los trabajadores quemaron las oficinas de los empresarios debido al impago durante varios meses de los salarios. En otras partes se han producido insurrecciones espontáneas y esporádicas. Las masas tienen una necesidad desesperada de harina, cuyo precio ha subido un 300 por ciento y además está siendo acaparada por los capitalistas para conseguir beneficios aún más elevados.
Las únicas concesiones hechas por este gobierno han sido para las multinacionales y grandes capitalistas. En el presupuesto han reducido aún más los impuestos a las empresas y han dado concesiones sin precedentes a los inversores extranjeros. En el último gobierno del PPP de 1993, Benazir Bhutto había dejado entrar al IPP's (Productor Independiente de Energía) de Hong Kong y otros países. Estas empresas han estado enviando cada año miles de millones de dólares de beneficios a sus países de origen. Si ese dinero se hubiera invertido en producir electricidad ahora no habría cortes ni "derramamiento de carga".
Como resultado de esta situación, el descontento y la furia de las masas van en aumento. El PPP ahora es un cascarón vacío. Los activistas lo han abandonado en tropel, mientras los sicofantes y lame botas de Zardari ahora están al mando del PPP. La crisis dentro de las clases dominantes y el Estado está profundizándose rápidamente. La coalición gobernante está dividida. Las guerras civiles sangrientas en la Frontera Noroccidental han doblado el número de víctimas en el ejército. Dentro del ejército hay mucha ansiedad y descontento. Pero incluso si el ejército interviene, no resolverá nada. Por eso los norteamericanos presionan para que el ejército no intervenga.
La realidad es que Washington no ha tenido jamás un régimen tal servil en Pakistán como el actual gobierno del PPP. Es más obediente de lo que incluso quieren sus amos. Los fundamentalistas están en declive, los nacionalistas desorganizados y buscando el apoyo del imperialismo estadounidense para conseguir su parte del saqueo que padece Pakistán.
A pesar de esto, era absolutamente necesario y correcto dar un apoyo crítico al PPP como la expresión de masas de la rebelión de las masas contra la dictadura de Musharraf. No haber hecho esto en esas circunstancias habría supuesto nuestro alejamiento del movimiento de masas de millones de trabajadores y campesinos que se movilizaron bajo la bandera del PPP. Todos los demás supuestos grupos de izquierda en Pakistán no consiguieron comprender la manera en que las masas se moverían y, por lo tanto, se alejaron del movimiento y de los acontecimientos. Sólo los marxistas de The Struggle evaluaron correctamente la situación y fueron capaces de intervenir con éxito.
Pero la verdad, como solía decir Lenin muchas veces, es siempre concreta. Nosotros pronosticamos por adelantado que los dirigentes del ala de derechas del PPP formarían una coalición con la Liga Musulmana como una excusa para no llevar a cabo una política en interés de los trabajadores y campesinos. Eso fue una traición a las aspiraciones de las masas. Por lo tanto, es necesario hacer un análisis sobrio de la situación, que cambia con los días. Es inútil repetir como un papagayo las consignas que ayer eran adecuadas pero que hoy son totalmente inadecuadas debido a la marcha de los acontecimientos. Actuar de esa forma sería convertir a los marxistas en una ridícula caricatura, ir detrás de los acontecimientos y mirar al culo de la historia en lugar de mirar a su cara. Este método no tiene nada en común con el marxismo cuyas consignas y tácticas se basan en las condiciones concretas y siempre tienen puesto el dedo en el pulso de las masas.
La gente corriente está asqueada del comportamiento de los dirigentes del ala de derechas del PPP. Son otra pesadilla de la presunta democracia liberal. Durante un tiempo existe un sentimiento de conmoción y por tanto hay una calma temporal del movimiento de masas. Pero la situación puede explotar más pronto que tarde. La revolución o la reacción estarán en el orden del día. Lo que realmente necesitan las masas es una alternativa socialista. La dirección derechista del PPP, probablemente a instancias del imperialismo norteamericano, está atacando a los marxistas en Pakistán. El imperialismo también está preocupado por el importante papel de la CMI en Venezuela y América Latina. Pero una verdadera organización bolchevique como es la corriente The Struggle en Pakistán no es fácil de destruir. Estos ataques de modo dialéctico se convierten en un factor que fortalecen a una organización bolchevique, como los ataques lanzados por Kerensky sobre Lenin y Trotsky con el apoyo de los dirigentes del ala de derechas en los soviets durante el verano de 1917.
Como siempre, la política de la clase dominante hacia el gobierno del PPP es utilizarlo y desacreditarlo. Quieren que los dirigentes del PPP hagan el trabajo sucio por ellos, que apliquen una política de recortes, despidos, aumentos de precios y privatizaciones. Después, una vez hecho esto, en el proceso de alejamiento de millones de trabajadores y campesinos, la clase dominante se deshará de ellos como un trapo sucio, preparando el camino para un gobierno de derechas aún más reaccionario. Por eso Nawar Sharif abandonó pronto la coalición. No tuvo nada que ver con el nombramiento de los jueces, sólo fue la excusa. En realidad, Sharif quiere dejar todo el trabajo sucio para los dirigentes del PPP, mientas que espera tranquilamente rezagado en la oposición a la espera que el poder caiga en su regazo.
Aparte de las divisiones en la coalición también ha aumentado la disidencia en las filas del PPP y entre las masas que se orientan a él. En el próximo período habrá crisis y divisiones importantes en el PPP. Los trabajadores y activistas del partido se rebelarán contra esos dirigentes que de nuevo han llevado al partido a un callejón sin salida. En esta lucha inevitable los marxistas estarán firmemente con los trabajadores y la base contra la burocracia y el ala de derechas. Para que el PPP se purgue y se convierta en un instrumento adecuado para la transformación de la sociedad es absolutamente necesario que rompa con los elementos corruptos, arribistas y pro-burgueses. Estos elementos deben ser vomitados para que el PPP avance.
Algunos han dicho que deberíamos abandonar el PPP. Eso es un error. Lenin dijo hace mucho tiempo que los marxistas deben encontrar el camino a las masas y esto es imposible fuera de las organizaciones de masas que se han desarrollado históricamente. En Pakistán eso significa el PPP. La corriente marxista no va a dejar el PPP a Zardari y su camarilla. Lucharemos hombro a hombro con los trabajadores, los campesinos, los parados y la juventud revolucionaria para defender los niveles de vida. Nos opondremos a la privatización y a la colaboración de clases, defenderemos una política socialista y la transformación socialista de la sociedad. ¡Esta es la única salida!
La corriente marxista puede conseguir grandes conquistas entre las masas que apoyan al PPP. Pero la condición previa de nuestro éxito es que permanezcamos como una implacable oposición de izquierdas a la política de la dirección del PPP y también frente a aquellos presuntos "izquierdistas" que desgraciadamente actúan como cobertura de izquierdas para Zardari y al ala de derechas. Estos elementos juegan un papel aún peor que los abiertamente de derechas porque confunden y desorientan a los trabajadores. Igual que llevamos a cabo una lucha implacable contra el sectarismo, el oportunismo sin principios y el arribismo. Nuestra consigna es: ¡no a los acuerdos! ¡no a las concesiones ni a los compromisos corruptos! ¡No a la mezcla de banderas! ¡No a la política de colaboración de clases! El PPP debe romper con la burguesía y poner en práctica política socialista que contiene su manifiesto original.
Sabemos que a corto plazo nos en fretamos a grandes dificultades. La situación objetiva se podría caracterizar como un período de suave reacción. El ala revolucionaria está obligada a nadar contra la corriente. Parece que estamos aislados, pero sólo es una apreciación superficial. En realidad se están preparando grandes acontecimientos revolucionarios y nuestras fuerzas se preparan para intervenir decisivamente en ellos. Paradójicamente en esta situación, a pesar de todas las dificultades, una parea revolucionaria puede estallar con una intensidad aún mayor, quizás incluso en un plano superior al de hace 40 años en la revolución de 1968. Si las fuerzas marxistas están preparadas tanto cuantitativa como cualitativamente ellas pueden dirigir este movimiento hacia una conclusión revolucionaria victoriosa.
Bajo el dominio de una burguesía corrompida, degenerada y corrupta, Pakistán se desliza hacia el abismo de la barbarie. La victoria del socialismo es ahora la única solución para esta nación condenada a la crisis. La perspectiva es de desorden extremo. La inestabilidad social y la turbulencia continuarán creciendo y esto socavará el régimen burgués y a los dirigentes del ala de derechas del PPP que se basan en ese régimen. De ahí que el papel de una organización marxista sea dar una dirección correcta a las masas. Esto será absolutamente vital en el próximo período. Las fuerzas revolucionarias han sufrido una enorme presión del Estado burgués y de sus agentes en el PPP. Pero hemos resistido con éxito a estas presiones. Ahora la tarea inmediata es extender y desarrollar las fuerzas del marxista hasta el punto en que estemos preparados para hacer frente a los desafíos que se presentan en el sombrío horizonte. ¡Tenemos confianza en que lo conseguiremos!
Source: El Militante