Notas de un viaje a Cuba

Cuba Libre. Foto: Aaron Escobar

La Revolución cubana había captado mi atención siempre. ¿Cómo era posible que una economía planificada sobreviviera en una isla pequeña, a menos de 90 millas del país imperialista más poderoso de la Tierra? ¿Por qué no cayó Cuba en la década de los años 90 junto con la Unión Soviética? ¿Cuál es la situación actual en la isla y cuáles son las perspectivas para el futuro?

Estas fueron algunas de las preguntas que me pregunté antes de mi reciente viaje a Cuba. Durante un par de semanas viajé por partes del país, para obtener por lo menos una idea de la compleja situación que enfrenta la Revolución Cubana.

El capitalismo abolido

Lo primero que realmente me viene a la vista, es el hecho de que La Habana es muy diferente de otras grandes ciudades de América Latina, por no hablar de los centros metropolitanos de Europa. No hay rascacielos, ni grandiosos centros comerciales de las empresas multinacionales. Los antiguos edificios coloniales de estilo gótico siguen en pie, lo que da a la ciudad un patrimonio cultural único e histórico.

Otra característica notable de La Habana es que la desigualdad extrema, que se encuentra en todas las otras ciudades de América Latina, está ausente. No hay el mismo contraste fuertísimo entre las urbanizaciones de los super-ricos y los habitantes de los barrios pobres, que domina Caracas, Quito o las afueras de Buenos Aires.

Sin duda, la prostitución, el alcoholismo y las drogas también afectan a Cuba, pero en ninguna parte es tan extendida como en el resto del continente y, en realidad, está limitado principalmente a las zonas turistas. Lo mismo ocurre con la tasa de delincuencia, que es notablemente menor que en Venezuela. Elementos lumpen y los sin techo son una rareza en esta sociedad, tan diferente de Venezuela, que todavía sufre de décadas de práctica de la forma más extrema de las políticas capitalistas de libre mercado, el "neoliberalismo".

La revolución ha dado pasos importantes hacia adelante, transformando la vida de los cubanos. La educación es probablemente donde ha llegado más lejos, dando la posibilidad de estudiar gratis para todos, incluidos los más altos grados de la universidad. Otras conquistas incluyen el derecho al aborto libre y la notablemente baja cifra de 4,5 por 1.000 en la tasa de mortalidad infantil. Compare esto con Brasil, una economía mucho más desarrollada, que todavía sólo logra alcanzar el 20 por 1.000.

La nueva desigualdad

Trabajadores del tabaco. Foto: VgenecrTrabajadores del tabaco. Foto: Vgenecr Pero hay otra cara de la situación actual. Estos importantes avances están siendo socavados por los elementos capitalistas que, inevitablemente, llegan con la gran afluencia de moneda extranjera. Durante el período especial de la década de los años 90, Cuba se vio obligada a incrementar el turismo como una forma de lidiar con las consecuencias de la caída de las relaciones comerciales con la URSS.

Como ya capté rápidamente, una nueva desigualdad entre quienes tienen acceso a la industria turística y los que no, se está desarrollando. El CUC es el peso convertible, que puede ser cambiado por dólares. Un CUC equivale a veinticinco pesos cubanos o pesos Nacionales, como también se les llama.

Considerando que un maestro de escuela o un trabajador metalúrgico recibirá un salario mensual de 400 pesos cubanos, lo que equivale a unos 16 CUC, la misma cantidad se puede ganar por un taxista en tres o cuatro días. Y muchos de los productos importados sólo se pueden comprar en tiendas que venden en CUC, lo que excluye a una capa decisiva de la población.

Mientras tanto, el Gobierno está eliminando toda una serie de productos de la libreta, es decir, la libreta de racionamiento de alimentos, que anteriormente dio a todos los cubanos el acceso a los alimentos y productos básicas. Durante mi estancia, Granma informó sobre la decisión de eliminar las regulaciones de precios para la pasta de dientes y el jabón.

Estos son bienes importados y por tanto, muy caros para los cubanos, algo que se ve agravado por el criminal bloqueo comercial sobre Cuba que ha impuesto el Gobierno de los EE.UU. El bloqueo es un gran problema para la economía cubana, ya que limita tanto la capacidad del país para exportar como la de importar más barato los productos de consumo en masa.

En muchas horas de conversaciones con los cubanos de diferentes ámbitos de la vida, aprendí que la mayoría de la gente tiene que recurrir a engaños, simplemente para sobrevivir al final de cada mes. Incluso tienen un término para esta práctica, en Cuba lo llaman "resolver".

Esto implica que cada familia trata de meter a alguien dentro de la economía turística, ya sea como trabajo registrado o no-registrado, ya sea como recepcionista oficial o simplemente como alguien que presta servicios, como taxistas, etc, para los turistas de vez en cuando.

Pero también significa que muchas personas se ven obligadas a robar indirectamente en su lugar de trabajo - algo que había sido considerada inadmisible por la gente trabajadora en el pasado. Esto ocurre cuando un taxista sólo registra dos viajes a Miramar, mientras que, de hecho, ha hecho tres; o cuando un camarero sirve un refresco con 270 mililitros, aunque debe tener 300 - y, a continuación guarda el resto, para venderlo en el mercado negro.

Los problemas de la corrupción y la burocracia

Havana. Foto: Rudi HeimHavana. Foto: Rudi Heim Hablando con Mónica, una comunista veterana, tengo la impresión de que incluso las capas más leales a la revolución están muy preocupadas. Desde su punto de vista Cuba está en camino a un nuevo "período especial", como consecuencia de la recesión mundial, la caída en el turismo y también por los efectos devastadores de los huracanes del 2008.

"La nueva generación sólo ha vivido en un período de sacrificio y más sacrificio. Ellos no recuerdan la lucha contra Batista, ni la primera década de la revolución, con los debates y experimentos maravillosos que teníamos en aquel entonces. Sólo han oído de austeridad".

Pero Monica opina que una de las peores cosas tal vez es que mucha gente ve la mala gestión burocrática y la corrupción que está floreciendo en muchas instituciones estatales, con algunos altos directivos tomando ventaja de su posición para ganar mucho dinero.

Ella me da el ejemplo de Rogelio Acevedo, el ex gerente de Cubana de Aviación (la aerolínea estatal), cuyo funcionamiento caótico es conocido para mí, después de un retraso de dos días de mi propio vuelo. En marzo de 2010 Acevedo fue destituido de su cargo tras ser involucrado en un escándalo de corrupción, en el que había utilizado los aviones de la compañía para hacer el trabajo de transporte no registrados, para quedar con el beneficio en su propio bolsillo.

Cuando le cuento a Mónica sobre las experiencias de control obrero en Venezuela, explicando a ella el ejemplo de la planta INAF en Aragua, ella asiente con la cabeza. "Me acuerdo de esos mecanismos de control desde los primeros años. Tuvimos proyectos similares en las fábricas de Cuba en ese momento. Pero con los años nos olvidamos de este método...

Está claro que la única forma eficaz de lucha contra la corrupción y la burocracia es el control obrero sobre el funcionamiento de la economía y la administración de los asuntos públicos.

Santiago: fortaleza de la revolución

En la parte oriental de la isla, el apoyo a la revolución es, sin duda, más sólido que en La Habana. Santiago, segunda ciudad más grande de Cuba, tiene una tradición revolucionaria, que se remonta a la primera revolución cubana de 1933. Era allí donde trabajaban figuras destacadas como Antonio Guiteras, el radical ministro que expropió las empresas estadounidenses en su responsabilidad como ministro, en el breve Gobierno de 1933 del Ramón Grau San Martín.

Santiago y las regiones vecinas de Holguín y Granma también fueron lugares donde los trabajadores de la caña de azúcar consiguieron crear soviets durante la huelga general de 1933. Santiago también fue el baluarte de la lucha urbana clandestina contra Batista, dirigida por el valiente y joven revolucionario Frank País.

En Santiago me di cuenta de que muchos de los proyectos sociales están en mejor forma que en la capital y los efectos negativos del turismo, por supuesto, mucho menos sentidos aquí. Más productos parecen disponibles en moneda nacional, a diferencia de la situación en La Habana, donde numerosos bienes de consumo sólo se pueden comprar con CUC. Sin embargo, el salario promedio también es más bajo aquí en Santiago, alrededor de 400 pesos cubanos al mes, que es apenas suficiente para sobrevivir.

En la Universidad de Santiago hay muchos estudiantes que discuten el futuro y están preocupados por la situación actual. Explican los enormes avances que se han hecho en materia de educación, pero también esperan que el debate previo al Congreso del Partido Comunista de Cuba pueda ser una profunda discusión sobre las nuevas medidas que el Gobierno propone.

Las reacciones a las nuevas medidas

Havana. Foto: Henryk KotowskiHavana. Foto: Henryk Kotowski En septiembre del año pasado el Gobierno anunció nuevas y drásticas medidas económicas: el despido de un millón de trabajadores del sector estatal y el plan para la creación de cientos de miles de licencias adicionales para "trabajo por cuenta propia", las empresas de pequeña escala.

Todo el mundo está de acuerdo en que algo hay que hacer, que la situación actual no puede mantenerse. Es por eso que la gente está dispuesta a aceptar estas medidas como un camino a seguir. Pero, al mismo tiempo, la mayoría de los cubanos que hablaron conmigo, tiene familiares o amigos que perderán sus empleos y esto obviamente genera incertidumbre. ¿Cuál será el futuro? ¿Hay mercado suficiente para una gran cantidad de "trabajos por cuenta propia"?

Ya ha habido una gran experiencia con las pequeñas empresas en los últimos años. Carmen, una propietaria de una de las "Casas Particulares" (pequeñas posadas) en Trinidad, me informó que hay más de 900 de ellos sólo en esa ciudad. Dado que el turismo ha disminuido, esto significa que muchos de ellos tuvieron que cerrar.

Un amigo me dijo en Santiago, que el problema principal no es en realidad el de las pequeñas empresas, siempre y cuando se mantengan bajo control, sino más bien el hecho de que las nuevas medidas permitirán una mayor inversión extranjera. Su temor es que esto comenzará un proceso donde el capital imperialista puede ahogar la revolución y deshacer todos sus logros en los servicios de educación y salud.

La mayoría de la gente por ahora tiene una actitud hacia las nuevas medidas de "esperar y ver", pero también hay una preocupación genuina sobre el futuro. Especialmente entre los intelectuales y en la Universidad, hay una sed de ideas y muchos cubanos están dispuestos a debatir y escuchar la experiencia de otras revoluciones.

Algunas conclusiones

Parece que la razón principal por la que Cuba sobrevivió al colapso de la Unión Soviética se debe a dos factores. Por un lado está la autoridad personal de Fidel Castro. En contraste con Gorbachov, Honecker y los otros líderes, Fidel había llevado a cabo una revolución y la heroica lucha revolucionaria contra el régimen de Batista estaba todavía vivo en la memoria colectiva del pueblo cubano.

Por otro lado, la crisis revolucionaria y el giro brusco a la izquierda que se inició el siglo XXI en países como Ecuador, Argentina, Bolivia y Venezuela, dio oxígeno a la revolución cubana. Materialmente, proporcionó a Cuba petróleo y moneda extranjera de Venezuela. Pero también abarcó el aislamiento ideológico al cual la revolución había sido condenado por todo un periodo.

Pero la crisis mundial del capitalismo, junto con los desastres del 2008, ha tenido sus efectos en la débil economía cubana. En efecto, parece que el país se encamina hacia un nuevo período especial, pero esta vez sin Fidel Castro al frente del Gobierno y, hablando más en general, con el liderazgo histórico de la revolución cubana llegando a su agonía (aparte de Fidel y Raúl, el único que queda de ese grupo heroico a bordo del Granma, que permanece en el Gobierno hoy es Ramiro Valdés, y todos ellos son mayores de 75 años).

Esto puede ser extremadamente peligroso, porque los imperialistas están dispuestos a destruir a la revolución de una vez por todas. La razón principal por la que siempre han detestado Cuba no fue en su mayor parte debido a los intereses materiales (que también tienen), sino más bien por el significado político de tener una economía planificada, que mostró de manera concreta las ventajas de una sociedad en la que el capitalismo y la búsqueda de lucro privado, se han suprimido.

La impresión general que tenía al salir de La Habana fue que el futuro de Cuba será en gran medida decidida por el resultado de las batallas en Venezuela, Bolivia, Ecuador y el resto de América Latina. El internacionalismo siempre fue un elemento clave en la Revolución Cubana, no sólo por el deseo del Che Guevara de extender la revolución al Congo y Bolivia, sino también por la participación cubana en Angola y en la actualidad con los médicos cubanos, los maestros y las enfermeras que han sido enviados a Venezuela y Bolivia.

Si la revolución se extiende a estos países y si el capitalismo es abolido, creará las condiciones previas para una planificación real de los inmensos recursos naturales de estos países. Pero, así como en Cuba, en Venezuela, Ecuador y Bolivia será necesario expropiar a los capitalistas, los banqueros y los terratenientes para que estos países puedan obtener una verdadera independencia nacional del imperialismo.

Fuente: Lucha de Clases  (Venezuela)