En los últimos días una noticia ha conmocionado a la opinión internacional del continente americano, en Tamaulipas se encontraron a 72 inmigrantes acecinados, inmediatamente han llegado en todas direcciones lamentaciones, condolencias y muchas promesas, sin embargo ésta solo es la punta de una montaña de horrores que sufren nuestros hermanos centroamericanos en el transcurso por México hacia los Estados Unidos; la Comisión Nacional de Derechos Humanos habla de 10 mil secuestrados en 6 meses.
Los trabajadores dejan su tierra y familia, ¿por qué?
La migración hacia los EEUU es un fenómeno social de masas en Centro, Sudamérica y México, son millones los que intentan cruzar el Rio Bravo en busca del sueño americano. Todos los que se arriesgan a esta aventura no lo hacen por gusto sino por las condiciones económicas tan lamentables que hay en sus respectivos países.
La falta de empleo, sanidad, educación, etc. condena a millones de familias a vivir en vilo, sin ningún tipo de esperanza por el mañana se ven arrastradas a jugarse el todo por el todo con tal de llegar al “otro lado” para tratar de solucionar sus desesperante situación.
Todas y cada una de las burguesías locales han sido totalmente incapaces de poder desarrollar los medios de producción, la infraestructura mínima que les permita tener una independencia con respecto al imperialismo americano.
En cada caso vemos como las puertas están abiertas para que los capitales extranjeros entren a saquear los recursos naturales, a aprovechar la mano de obra barata, la cual se crea a partir de las condiciones y leyes laborales que los gobernantes en turno se esfuerzan en promover, disque para ser “competitivos”, sirviendo fielmente a los intereses de los grandes monopolios internacionales y la burguesía local.
Esta es la principal razón por la cual existe la migración hacia los EEUU, es la bancarrota de la burguesía nacional para jugar un papel mínimamente progresista y resolver las demandas más inmediatas de los pueblos latinoamericanos. Más de 100 años han pasado desde que esta burguesía se desarrolló y creció amamantada por el imperialismo internacional y ahora es más dependiente que nunca de él, por eso sirve fielmente a estos intereses.
La política migratoria de los UU y México
Este problema que es creado por la política del imperialismo americano y por el propio sistema capitalista es “contenida” por los EEUU de una forma salvaje, la muestra más clara de esto es la llamada Ley Arizona que se ha aprobado en ese estado, la cual plantea una persecución implacable contra todo inmigrante que este en aquel lugar de forma ilegal.
Tenemos que decir que esta no es la única iniciativa anti migrante dentro de los EEUU, ahora mismo hay 19 estados de la Unión Americana que están planteado leyes muy similares a las de Arizona. No es de extrañarse que en este periodo de alto desempleo, los gobernantes americanos planteen que esto es culpa de los inmigrantes que llegan a quitar el trabajo a los obreros estadounidenses, son argumentos reaccionarios que quieren justificar la bancarrota del capitalismo y echar la culpa de esto a nuestros hermanos latinos, al mismo tiempo que crean una barrera artificial de raza.
Lo más aberrante de esta política migratoria es que no solo se aplica en EEUU hacia todos los demás americanos, sino que México los aplica, sin necesidad de nuevas leyes, a todos los que ingresan por el sur de sus fronteras.
A diario los migrantes, principalmente centroamericanos, son acosados, maltratados, robados, vejados y hasta acecinados por los cuerpos policiales de México, sin que haya un castigo para los responsables. La frontera de los EEUU no inicia en Rio Grande, sino en Ciudad Hidalgo Chiapas (sur de México)
Este actuar se ha denunciado por cientos de organizaciones sociales y ONGs de derechos humanos sin que haya habido una respuesta del gobierno federal.
La solidaridad de la clase trabajadora
Esta brutalidad con la que actúa tanto el gobierno gringo y mexicano no es compartida por los trabajadores de ambos países. En realidad la política exterior es la continuación de la política interior y estos gobiernos se caracterizan por la intolerancia hacia las demandas de los trabajadores.
De la misma forma que se actúa con los migrantes se actúa contra los trabajadores, en México se vive una andanada brutal contra todos los derechos obreros, se atacan sindicatos hasta desaparecerlos, se reducen los presupuestos para sanidad, educación y todo el gasto social. Si algún sindicato u organización luchan contra estos ataques simplemente son encarcelados o acecinados, nos sobran ejemplos, pero el más emblemático es el de los compañeros de San Salvador Atenco, donde murieron, fueron violados y encarcelados compañeros y compañeras de lucha. Esto mismo sucede en los EEUU.
De hecho existe una solidaridad entre la clase obrera internacional, que es muy clara al rechazar todas estas leyes y actuaciones discriminatorias contra nuestros hermanos de clase. Esto se puede ver de diferentes maneras, en el caso de los migrantes que ingresan a México, existen diferentes organizaciones, desde derechos humanos, hasta sindicales o religiosas que auxilian de forma voluntaria repartiendo comida, creando albergues, advirtiendo sobre la brutalidad policial y de los grupos paramilitares del narco, el ejemplo más claro de esto son las llamadas “Patronas”, un grupo de mujeres en Veracruz que reparte alimento a los inmigrantes, por esta acción han sufrido represión por parte del gobierno mexicano.
Desgraciadamente los recursos económicos con los que cuentan estas organizaciones no son suficientemente grandes para poder responder de una mejor manera, esto solo se podría lograr teniendo un Estado gobernado por los trabajadores, donde las políticas hacia los migrantes cambien e forma radical.
A diferencia de todos los pésames hipócritas que se dan por parte de presidencia a los familiares de los acecinados en Tamaulipas, los trabajadores americanos y mexicanos si sentimos un dolor profundo porque a diario son acecinados familiares o amigos, gracias a una guerra estúpida que el gobierno a desatado contra el narco y que ahora esta totalmente fuera de su control.
Los asesinatos en Tamaulipas solo es la punta de una montaña de horror
Desde el 2006 la CMDH ha emitido una serie de recomendaciones sobre la violencia que se ejerce, desde elementos policiales hasta bandas de sicarios, contra los migrantes centroamericanos.
El 26 de agosto en la Jornada podemos leer diferentes testimonios de defensores de derechos humanos que explican precisamente eso:
“Pedro Pantoja, director de la Casa del Migrante en Saltillo, recriminó al gobierno federal: “Que no me vengan a contar que les duele mucho, no es cierto eso (…) Hace un año fuimos a Washington y denunciamos esto, este es nuestro coraje y nuestra tristeza.
“No queremos una disculpa ni una palabra de consolación, sino una reacción de Estado, ¿hasta cuándo se va a frenar toda esta tragedia humanitaria?”.”
Y sigue la denuncia:
Mauricio Farah, ex visitador de la CNDH, también desmintió al gobierno. Entrevistado por Carmen Aristegui en MVS Noticias refutó:
“Desde el 2006 se conocían de los abusos”.
Farah calcula que hasta 20 mil centroamericanos son secuestrados en México anualmente.
“Estamos hablando de la complicidad de varias autoridades a lo largo del recorrido, no puede pasar desapercibido por las autoridades, lo que pasa es que están coludidas”.”
Incluso se han presentado videos documentales, por ejemplo el de Marcela Zamora, salvadoreña y egresada de la escuela de cine San Antonio de los Baños Cuba, la cual a realizá un estremecedor documental llamada “Mujeres en el camino” que recoge testimonios de asesinatos en masa.
En fin, lo único que se puede decir claramente es que esto no es ninguna sorpresa para el gobierno espurio, que las autoridades incluso son parte de este mecanismo de horror y que bajo su gobierno no vamos a obtener ni una sola posibilidad, no solo de esclarecer, sino de vivir en paz.
Como lo comentamos anteriormente, esto es efecto de un sistema totalmente corrompido en donde la burguesía ha sido incapaz de poder sacar del atolladero a todos los países desarrollados, esta tarea nos corresponde a nosotros los trabajadores.
¡Proletarios de todos los países Uníos!