La burbuja de Bitcoin y la locura de las criptomonedas

Image: BPJ

Este artículo, escrito en 2018 para Socialist Appeal, se publicó unos días antes de que el valor de Bitcoin colapsara a la mitad de la noche a la mañana. Esta recesión catastrófica prueba todo lo que hemos escrito sobre Bitcoin y cómo refleja la crisis general del capitalismo.


FUENTE ORIGINAL

Mientras la mayoría de las familias se preparaban para las tradiciones festivas habituales de este invierno, los inversores entraron en pánico. En la semana previa a Navidad, el precio de Bitcoin se desplomó casi un tercio. Se perdieron miles de millones de dólares en cuestión de días, o incluso horas.

El precio de la moneda digital se recuperó rápidamente y la alegría continuó. Pero esta semana se produjo otra caída, ya que los mercados reaccionaron a la noticia de que Corea del Sur es el último país que planea prohibir el comercio de Bitcoin y otras ‘criptomonedas’ similares. Se eliminaron US $100 mil millones del valor colectivo de todas las criptomonedas, y el precio de Bitcoin cayó en picada en un 14 %.

A pesar de todo, este comportamiento tan errático aparentemente se ha convertido en la norma en el turbulento mundo de las criptomonedas. Se observaron caídas del 30 % o más en el precio de Bitcoin en seis ocasiones en el transcurso de 2017. Las comparaciones con la manía holandesa de los bulbos de tulipanes1 y el colapso de South Sea Company2 son abundantes. No transcurre un día sin algún otro comentario sobre el peligro de una burbuja de Bitcoin.

¡Hay oro en esas colinas!

La preocupación generalizada entre comentaristas e inversores se basa en temores justificables. La locura de las criptomonedas muestra todas las características de las burbujas económicas anteriores. Movimientos erráticos de precio. Una proliferación de imitadores que buscan unirse a la nueva tendencia de moda. E incluso el respaldo de celebridades a nuevas ofertas (Paris Hilton y el boxeador Floyd Mayweather se encuentran entre las figuras famosas que han respaldado varias monedas nuevas).

Entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2017, Bitcoin, el nombre más familiar cuando se trata de monedas digitales, experimentó un aumento de precios de más del 1.400 %. Esto es en adición a la duplicación del precio durante 2016. En el momento de escribir este artículo, el costo de un Bitcoin ronda los US $ 14,000 (y esto habrá cambiado drásticamente cuando estes leyendo). Hace siete años, el valor de un Bitcoin rondaba $1 dólar.

Nadie tiene ninguna duda sobre la causa de este meteórico aumento en el precio de Bitcoin y monedas descentralizadas similares basadas en la tecnología de las ‘cadenas de bloques’, mejor conocidas como ‘blockchain’: la especulación.

«En mi opinión», declaró Mark Tinker, un administrador de fondos de Axa Investment Managers, en un correo electrónico a sus clientes, «la manía de recaudar fondos a través de blockchain tiene todos los aspectos de una burbuja clásica, incluidos muchos esquemas que harían sonrojar a los operadores originales de la burbuja de South Sea Company».

Y como en cualquier orgía especulativa, todo el mundo intenta entrar en acción antes que se acabe la fiesta. Reina el ‘FOMO’ (miedo a perderse de algo)3.

Ahora hay 39 monedas digitales con una cantidad estimada de más de $1,000 millones, y cientos más también. Bitcoin encabeza la lista, representando aproximadamente un tercio del mercado de criptomonedas de $710 mil millones4. Solo en la primera mitad de 2017 se recaudaron $1.2 mil millones en ‘ofertas iniciales de monedas’ (ICO por sus siglas en inglés), una forma de financiamiento colectivo para nuevas empresas de criptomonedas, ya que los inversores intentaron ingresar temprano en el último sucesor potencial de Bitcoin.

Un pseudoempresario irónico incluso fundó el «Token Ethereum Useless» (UET), prometiendo «la primer ICO 100 % honesta del mundo». “Literalmente estás dando tu dinero a alguien en Internet y obteniendo tokens completamente inútiles a cambio”, escribió el creador en el sitio web de UET. “No hay ‘documentos técnicos’, ‘productos’ ni ‘expertos’. Solo somos tú, yo, tu Ether ganado con tanto esfuerzo y mi lista de compras».

A pesar del evidente sarcasmo, el valiente magnate informó que la oferta de UET recaudó $200,000 – una prueba concluyente que la sátira está muerta.

Si parece una burbuja y huele a burbuja…

Por supuesto, los inversores buscan constantemente obtener ganancias rápidas. Este es el punto central cuando se trata de capitalismo. Como explicó Marx en sus escritos económicos, el objetivo del capitalista, en última instancia, es hacer dinero con dinero. Que se produzca algo socialmente útil en el proceso es accidental (desde la perspectiva del capitalista).

Intrínseco al sistema capitalista es el sistema bancario y crediticio. El papel de los bancos y las instituciones financieras es convertir todo el dinero en capital, es decir, en dinero que pueda generar ganancias. Los pequeños y aislados ahorros de muchas personas se agrupan y se colocan en manos de los banqueros de inversión. El mercado de valores y varios instrumentos financieros, a su vez, se utilizan como un medio para canalizar este dinero de regreso a la economía real, ya sean hogares, empresas o gobiernos.

En el proceso, se crea todo tipo de «capital ficticio»: ganancias derivadas no de la producción real, sino de la alquimia financiera. Aunque parasitaria, la mayor parte de esta actividad financiera al menos tiene algún vínculo con la economía real. Las acciones, por ejemplo, son un derecho sobre las futuras ganancias de una empresa. Mientras tanto, los bonos del gobierno son un reclamo sobre los ingresos fiscales futuros de una nación.

En el caso de las criptomonedas, sin embargo, incluso falta esta apariencia de ancla económica. Prácticamente lo único que determina el aumento del precio de Bitcoin, por ejemplo, es la expectativa entre los inversores de que será aún mayor mañana. Ésta es la característica clásica de una burbuja.

«Creo que parece una burbuja, huele a burbuja, actúa como una burbuja y se siente como una burbuja», afirmó Shmuel Hauser, director de la Agencia de Valores de Israel, explicando por qué el organismo de control buscaba regular el mercado de divisas digitales.

¿Qué es el Bitcoin?

Bitcoin, la primera moneda digital convencional, apareció inicialmente en los titulares en 2009 cuando se lanzó oficialmente. Sus partidarios lo anunciaron como una revolución en el dinero, y los entusiastas de las criptomonedas elogiaron su diseño descentralizado. Bitcoin fue bien recibido, sobre todo, por tipos anarco-libertarios, que esperaban que fuera una forma de dinero fuera del alcance de gobiernos y bancos centrales; una alternativa a las monedas fiduciarias, es decir, dinero respaldado por un Estado. Esta descentralización fue posible gracias al diseño de Bitcoin, basado en una propuesta realizada en un documento en línea escrito por el misterioso Satoshi Nakamoto (se presume que es un seudónimo de un individuo desconocido o colección de codificadores).

Detrás de Bitcoin se encuentra una tecnología novedosa llamada «blockchain». Esta es una forma de red de igual a igual (peer-to-peer network), o libro contable electrónico distribuido, que detalla digitalmente todos los intercambios realizados con Bitcoin. Siempre que se realiza una transacción con Bitcoin nunca se intercambia nada tangible. En cambio, el libro contable electrónico simplemente se actualiza, proporcionando un historial indeleble de las transacciones de Bitcoin.

La diferencia entre esto y, digamos, la banca en línea, es que en la red Bitcoin cada usuario tiene una copia de este libro contable. Además, los nuevos Bitcoins no se pueden crear de forma centralizada, sino que deben ser ‘minados’, generados por usuarios que realizan tareas computacionales complejas (pero completamente inútiles). Y, a diferencia de las monedas fiduciarias, existe un número máximo de Bitcoin que se puede poner en circulación (21 millones para ser precisos).

El resultado es que Bitcoin, y otras monedas digitales similares, están diseñadas para ser completamente anónimas y seguras, más allá del alcance de intermediarios, gobiernos y bancos centrales. En un mundo donde cientos de miles de millones han sido inyectados artificialmente en la economía mundial a través de programas de flexibilización cuantitativa, las criptomonedas aparentemente ofrecen una solución a la «intromisión estatal» en el sistema monetario.

¿Qué es el dinero?

Pero, dejando de lado la actividad especulativa, ¿qué función económica ha cumplido Bitcoin en realidad? Como hemos explicado anteriormente5, las criptomonedas han fracasado en gran medida a la hora de desempeñar un papel real como alternativa al dinero tradicional. En pocas palabras, las monedas digitales como Bitcoin no poseen las cualidades básicas que se requieren del dinero.

En el fondo, como hemos señalado en otro artículo6, el dinero es una relación social; un derecho a una parte de la riqueza social total. El dinero surge históricamente, no de manera deliberada, sino como resultado del desarrollo de la producción y el intercambio de mercancías.

Marx explicó7 que el dinero cumple varias funciones:

1. Como unidad de cuenta o medida de valor. El valor, a su vez, expresa la cantidad relativa de tiempo de trabajo socialmente necesario contenido en diferentes mercancías. En términos monetarios, esto está representado por precios.
2. Como un medio de intercambio. En este papel, el dinero divide la circulación de mercancías en dos actos separados: un acto de venta (M-D, una mercancía intercambiada por dinero); y un acto de compra (D-M, dinero intercambiado por una mercancía diferente).
3. Como depósito de valor, que permite mantener y preservar la riqueza acumulada a lo largo del tiempo.
4. Y como medio de pago, permitiendo deudas (denominadas en una determinada moneda) y el pago de impuestos.

Al observar lo anterior, queda claro por qué las criptomonedas no se han afianzado como una alternativa genuina a las monedas fiduciarias modernas (por ejemplo, el dólar o el euro).

Sobre todo, el precio volátil de Bitcoin, impulsado por la actividad especulativa, significa que no puede actuar como una unidad de cuenta confiable, medio de intercambio, depósito de valor o medio de pago.

Imagina colocar tus ahorros en Bitcoin, solo para ver cómo se deprecian en un tercio de la noche a la mañana. O sacar una hipoteca denominada en Bitcoin: para finales de 2017, ¡tu deuda con el banco sería 14 veces mayor que a principios de año!

¿Y qué tienda aceptaría una moneda cuyo valor fluctuara por horas? ¡Los comerciantes pasarían todo su tiempo poniendo nuevos precios en los estantes! No es de extrañar que el uso real de Bitcoin como dinero se haya limitado en gran medida a los oscuros márgenes de Internet, donde su capacidad para proporcionar el anonimato proporciona un medio útil para la compra de drogas en línea.

Evolución del dinero

Históricamente, los metales preciosos surgieron como las primeras formas de dinero tangible; el dinero como medio de intercambio. Esto se debe a sus cualidades físicas. El oro, por ejemplo, es uniforme, duradero y divisible. Es importante destacar que también tiene una alta densidad de valor, que concentra grandes cantidades de tiempo de trabajo en un volumen relativamente pequeño.

Con el tiempo, el oro y la plata fueron reemplazados por billetes de papel, tokens de valor. Y para garantizar que el valor representado por estos tokens fuera real y constante, su suministro estaba restringido y su precio estaba atado al valor del oro.

Pero incluso este patrón oro finalmente se vino abajo8. Se acumularon contradicciones en la economía global, que salieron a la superficie con la Primera Guerra Mundial y más tarde con la Gran Depresión. Aumentaron las tensiones económicas entre naciones. Y diferentes países se vieron obligados a abandonar el patrón oro, uno tras otro, mientras intentaban proporcionar liquidez a sus bancos en quiebra.

El acuerdo de Bretton Woods intentó proporcionar una alternativa al sistema monetario internacional, con monedas atadas al dólar. Esto también colapsó más tarde, debido a la desaceleración del boom de la posguerra y al comienzo de una crisis mundial del capitalismo. El resultado fue el sistema de monedas flotantes que vemos hoy. El valor de las monedas está determinado por el mercado (lo que refleja la fortaleza de la economía de una nación), y los bancos centrales intentan controlar la oferta monetaria a través de las tasas de interés y la acuñación e impresión de dinero nuevo.

En última instancia, es este control centralizado el que permite que el sistema monetario moderno siga funcionando. Respaldada por el Estado, la gente confía en que se aceptarán las monedas tradicionales (fiduciarias); que las deudas serán pagadas; y que el dinero en circulación esté anclado económicamente, lo que representa un valor real.

Los límites de la criptomoneda

Las esperanzas libertarias de usar criptomonedas para liberar dinero de las manos del Estado están condenadas al fracaso. En el fondo, esto se debe a que esos soñadores utópicos no comprenden por qué el dinero surge históricamente y cómo se ha desarrollado a lo largo del tiempo.

Como hemos explicado en otro artículo9 y anteriormente en este, el dinero no fue impuesto a la sociedad por ninguna fuerza desde arriba. El dinero, en última instancia, es una herramienta social, como el lenguaje, que surge de las necesidades de producción; de las necesidades de un sistema de mercado de producción e intercambio de mercancías. El dinero no puede «abolirse»; debe «desaparecer» sobre la base de la sustitución de la producción y el intercambio de mercancías por un plan económico democrático y colectivo.

Al igual que Bitcoin, el oro (y el patrón oro) históricamente ha atraído a los libertarios. Ven el patrón oro como un medio de anclar las monedas, colocando la oferta monetaria más allá de los caprichos de los gobiernos y los bancos centrales. A diferencia de las monedas fiduciarias, que pueden degradarse y devaluarse mediante la impresión de billetes demasiado entusiasta, el oro es un depósito confiable de valor.

Pero abogar por las monedas digitales como alternativa al dinero tradicional, en este sentido, pone las cosas patas arriba. La política monetaria laxa no es responsable de las crisis económicas, sino el resultado de ellas. Como se describió anteriormente, por ejemplo, los gobiernos no abandonaron el patrón oro y recurrieron a políticas inflacionarias simplemente por capricho. Más bien, estaban intentando responder a una profunda crisis económica global, dentro de los confines del capitalismo y el Estado nacional.

Del mismo modo, es interesante observar que la comunidad de Bitcoin también está experimentando su propio cisma. Esta «guerra civil», como dijo un comentarista, refleja precisamente las presiones contradictorias dentro de cualquier sistema monetario para las que se inventaron las monedas digitales.

Por un lado, existe la necesidad de aumentar la oferta monetaria (o su velocidad de circulación, como es el caso de la división actual de Bitcoin), para mantenerse al día con las demandas de un mercado en expansión de transacciones en crecimiento. Por otro lado, es necesario evitar que la oferta monetaria se divorcie de la economía real que debe representar.

En otros lugares, Bitcoin y sus similares son elogiados por los partidarios por su control distribuido, es decir, su descentralización. Pero a pesar de todo lo que se habla de la «descentralización», la «red» de Bitcoin, de hecho, está muy centralizada. La minería de nuevos bitcoins, por ejemplo, se concentra en manos de un puñado de cooperativas gigantes de mineros, conocidas como ‘pools’.10

Se estima que el 81 % de toda la minería se lleva a cabo en China. Esto se debe a la electricidad barata del país, que es útil para hacer funcionar los enormes bancos de computadoras necesarios para resolver las tareas inútiles que generan nuevos Bitcoins. 8 de cada 10 de los grupos más grandes del mundo se administran desde China, lo que representa el 75 % de toda la capacidad minera. (De hecho, esta semana se informó que el gobierno chino está tan preocupado por este uso frívolo de la energía que han tomado medidas para prohibir esa minería por completo. Esto se suma a una prohibición gubernamental anterior de las ICO y los intercambios de criptomonedas).

Es importante destacar que la concentración de Bitcoin en sí refleja la concentración de la riqueza en la sociedad en general.11 Según un análisis, por ejemplo, el 95 % de Bitcoin es propiedad de solo el 4 % de los titulares. La mitad de la riqueza total en forma de Bitcoin pertenece a solo el 1 % de todos los usuarios de Bitcoin.

En resumen, los problemas económicos que vemos a nuestro alrededor hoy – de inestabilidad y desigualdad- no son el resultado de la «intromisión» del banco central, sino de la anarquía del mercado. Esto surge de la propiedad privada de las palancas clave de la economía. Ninguna cantidad de experimentos utópicos ayudará. Necesitamos una revolución.

Un síntoma de la enfermedad del capitalismo

En última instancia, la crisis de las criptomonedas refleja la crisis del capitalismo. En el fondo, se trata de una crisis de sobreproducción. Las fuerzas de producción entran en conflicto con el modo de producción. La capacidad del capitalismo para producir supera los estrechos límites del mercado. En resumen, la clase trabajadora no puede permitirse recomprar el exceso de mercancías que produce el sistema.

Esta crisis de sobreproducción se expresa en mercados saturados y ‘exceso de capacidad’. No hay avenidas rentables para que los capitalistas inviertan. En cambio, el efectivo se acumula en las cuentas bancarias de las grandes empresas.12

Los trabajadores de todos los países reciben una menor parte del pastel económico. La riqueza se concentra cada vez más en manos de unos pocos. Pero no es rentable invertir este dinero en producción real, por lo que la élite rica lo lanza a la actividad especulativa.

Por lo tanto, el precio volátil de Bitcoin es parte del mismo proceso económico anárquico que está impulsando la burbuja en el mercado de valores y empujando a los inversores a verter miles de millones en los ‘unicornios’ de Silicon Valley.13 No es diferente de la especulación con el oro o el arte.

Los comentaristas y economistas convencionales elogian la «recuperación» y esperan una reversión de la vorágine política que se ha apoderado del establishment liberal «central» en los últimos años. Pero la burbuja de Bitcoin es otro síntoma del hecho de que ninguna de las contradicciones económicas que llevaron al colapso de 2007-08 se ha resuelto fundamentalmente.

Algunos han sugerido que el estallido de esta burbuja no causaría tanto daño como la crisis financiera de hace una década. Esto fue catalizado por el escándalo de las hipotecas de alto riesgo, que se extendió por el sistema como resultado de las “armas financieras de destrucción masiva” (como las llamó Warren Buffett) creadas por los banqueros para su propio beneficio parasitario.

Esta hipótesis puede ser cierta. Debido a las limitaciones descritas anteriormente, las criptomonedas no se utilizan ampliamente. Están menos integradas en el resto de la economía y tienen menos peso dentro del sistema que, digamos, el mercado de la vivienda. (Aunque esto es cada vez menos cierto, con derivados de criptomonedas y futuros mercados que ahora ofrecen algunos intercambios, junto con paquetes de inversión de fardos de moneda digital).

Pero el estallido de la burbuja de Bitcoin será un pequeño estallido en comparación con el estallido todopoderoso que están preparando las mismas contradicciones generales, tensiones e inestabilidad dentro del sistema. Los bancos europeos están sumidos en deudas incobrables. El gobierno chino busca frenar su red crediticia hiperactiva y rebelde, con efectos sociales potencialmente explosivos. Mientras tanto, la amenaza del proteccionismo se vislumbra en el horizonte.

Se mire como se mire, se está preparando una nueva recesión mundial. El sistema capitalista ha llegado a un punto muerto. El socialismo es la única alternativa.

18 de enero de 2018


NOTAS:

[1] La tulipomanía o crisis de los tulipanes (tulpenmanie en neerlandés) fue un periodo de euforia especulativa que se produjo en los Países Bajos en el siglo xvii, en los años anteriores a 1637. El objeto de especulación fueron los bulbos de tulipán, cuyo precio alcanzó niveles desorbitados, dando lugar a una gran burbuja económica y una crisis financiera. Constituye uno de los primeros fenómenos especulativos de masas de los que se tiene noticia, en https://es.wikipedia.org/wiki/Tulipomanía
[2] Compañía del Mar del Sur, en https://es.wikipedia.org/wiki/Compañía_del_Mar_del_Sur
[3] Nota del traductor: La expresión FOMO -“fear of missing out”- puede entenderse como el miedo a estar perdiéndose algo innovador e importante. Es un fenómeno ligado sobre todo a la digitalización.
[4] Existen más de 100 millones de criptomonedas de distinto tipo, de las cuales Bitcoin es la que tiene un tercio de esa cantidad de tokens emitidos.
5-Una ICO (cuyas iniciales significan “Oferta inicial de moneda”, en inglés: “Initial Coin Offering”) busca la financiación colectiva de una iniciativa de tipo de criptomoneda sobre la tecnología Blockchain.
[5] Bitcoin: reflejo utópico de una pesadilla capitalista http://bloquepopularjuvenil.org/bitcoin-reflejo-utopico-de-una-pesadilla-capitalista/
[6] What is money? – part two: value and social relations https://www.socialist.net/what-is-money-part-two-value-and-social-relations.htm
[7] Contribución a la crítica de la economía política http://ecopol.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/sites/202/2013/09/Marx_Contribución-a-la-crítica.pdf
[8] Capitalism’s 24 carat crisis gold standard isn’t the answer https://www.socialist.net/capitalism-s-24-carat-crisis-gold-standard-isn-t-the-answer.htm
[9] What is money? – part five: the future of money https://www.socialist.net/what-is-money-part-five-the-future-of-money.htm
[10] Las pools de minería son una agrupación de mineros que cooperan con el objetivo de minar bloques de una blockchain. La finalidad de esta agrupación es la de facilitar el trabajo de minería y obtener beneficios equitativos para todos dentro del grupo. En https://academy.bit2me.com/que-es-pool-mineria-criptomonedas/
[11] The billionaires vs the billions https://www.socialist.net/the-billionaires-vs-the-billions.htm
[12] Poverty amidst plenty: inequality, imbalances, and the worldwide https://www.socialist.net/poverty-amidst-plenty-inequality-imbalances-and-the-worldwide-crisis-of-capitalism.htm
[13] Capitalism’s 1.3 trillion unicorn problem https://www.socialist.net/capitalism-s-1-3-trillion-unicorn-problem.htm

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