El siguiente paso es la Asamblea constituyente revolucionaria
El ingreso de Zelaya a Honduras es un triunfo histórico de las masas hondureñas, tras 86 días de lucha ininterrumpida, se ha dado un punto de inflexión determinante. El detalle de cómo se dieron las cosas no es por ahora no es lo importante, el ambiente y el escenario están llenos de confusión y los rumores corren como pólvora; no hay que perderse en los detalles circunstanciales. Es vital tener claridad en la brújula política, que la dirección no se deje perturbar por los contratiempos que inevitablemente interfieren.
Lo importante es que Zelaya ingresó a Honduras producto de la fuerza de las masas y eso revitaliza su energía revolucionaria, se han demostrado a sí mismas que “¡Sí se pudo!”, ese grito se levanta en la garganta de millones de hondureños. Las masas que están eufóricas, el ambiente es electrizante y cualquier descripción es absolutamente insuficiente. Zelaya se encuentra en la embajada de Brasil y decenas de miles de personas están rodeándola, 50 mil personas haciendo fiesta, bailando, celebrando el ingreso de su presidente, pletóricos de gozo, no sólo en la embajada, en todos los departamentos hay fiesta; decenas de miles, cientos de miles marchan hacia Tegucigalpa desde todos los puntos del país, desafiando al toque de queda, caminando por las veredas, los montes, evadiendo a los retenes militares y la amenaza represiva impuesta por los golpistas. Esta noche es una noche en la que la historia se puede tocar con las manos.
Al parecer, el gobierno Micheletti fue sorprendido, no es casual. El nivel de estupidez de los golpistas es lógico, aunque a veces parezca inconcebible que una mente pueda concentrar tanta irracionalidad. El gobierno golpista se aferra al poder como a un clavo ardiente, ha planteado arrestar a Zelaya y vocifera contra el gobierno de Brasil responsabilizándolo del ingreso de Zelaya, durante el día hicieron cortes a la energía eléctrica, cortes al servicio de agua, desactivaron la señal de la telefonía celular por varias horas. Micheletti, en un acto desesperado intentó imponer el toque de queda desde las 16:00 horas, avisándolo con 15 minutos de anticipación; ha extendido el toque de queda a todo el día de mañana. No es la primera vez que alguien intente tapar el sol con un dedo. Está claro que una bestia herida no razona, sólo alcanza a tirarse al precipicio con los ojos cerrados.
Las medidas de Micheletti son patadas de ahogado. Es irreversible su caída. Está asumiendo una posición beligerante para intentar ganar mejores posiciones en la negociación, pero su caída es cuestión de horas. No es descartable algún tipo de represión selectiva; todavía anoche mataron a otro maestro, Félix Murillo —en Talanga municipio de Francisco Morazán, cerca de Tegucigalpa— cuyo cuerpo apareció con signos de tortura. Pero definitivamente está fuera del orden del día una masacre masiva. Las masas saldrán a la calle mañana y lo harán en una magnitud superior al día 15 de septiembre, donde se manifestaron 3.5 millones de personas en un país de 7.4 millones. El heroísmo de las masas ha quedado demostrado en estos 86 días, si en su momento pudieron ir a El Paraíso —cuando Zelaya intentó entrar desde Nicaragua—, lo harán ahora con cien veces más decisión y energía.
El plan Arias es el óptimo para Estados Unidos, está por verse qué tanto podrán conciliar intereses. El pueblo no quiere la aplicación del Plan Arias, sin embargo, es claro que Zelaya tiene un amplio margen y tiene la intención de negociar, está por verse qué tanto puede conciliar lo irreconciliable. Lo decisivo estará en la presión de las masas que confían en Zelaya y es posible que lo obliguen a ir más allá de lo que pretende. Lo que se necesita es ir de frente a la instalación de la Asamblea constituyente revolucionaria, no se necesita un “Gobierno de salvación nacional” con los golpistas, eso sería un error estratégico de gravedad, a eso aspira el imperialismo. La restitución de Zelaya debe garantizar la organización y ejecución de la Asamblea constituyente revolucionaria que siente las bases programáticas de la transformación socialista de la sociedad.
En este momento, lo importante es que el movimiento ha tenido un triunfo brutal, maravilloso, colosal. Las horas siguientes son decisivas, pueden pasar todo tipo de acontecimientos y se pueden dar todo tipo de giros y provocaciones, sin embargo lo realmente importante es que las masas han llevado las cosas a una victoria contundente que defenderán con la vida. Es un triunfo muy importante, pero, un triunfo que encierra un peligro, ya que intentarán cambiar al gato por el tigre. La trampa del Plan Arias, sólo busca celebrar unas elecciones "legítimas" que le den el triunfo al Partido Nacional, para así poder continuar con el proceso contra revolucionario que intente cortar, inhibir, interrumpir el proceso revolucionario.
Tras la reinstalación de Zelaya, el siguiente paso importante sería evitar que llegue un gobierno del Partido Nacional, que sería un nuevo títere del imperialismo.
Aunque las masas reinstalen a Zelaya, los golpistas harán todo por organizar las elecciones para intentar que gane el Partido Nacional, es decir, prepararán el fraude electoral. Por tanto, el movimiento se tendría que volcar a preparar la elección combatiendo el fraude, evitar el fraude, vencer al fraude. La mejor perspectiva es que Zelaya apoyara la candidatura de Carlos H. Reyes y en las asambleas del Frente se debería defender decididamente esta candidatura. Por tanto el punto de ataque, tras la reinstalación de Zelaya bajo la trampa del Plan Arias y con un candidato elegido en asamblea democrática, la táctica estaría centrada en la lucha contra el fraude electoral.
¡Que viva la revolución hondureña!
¡No al Plan Arias, no al pacto con los golpistas!
¡Por la organización de una Asamblea constituyente revolucionaria, inmediatamente!
¡A organizar la lucha contra el fraude electoral!
México D. F. 21 de Septiembre de 2009