Hambruna en Níger: El horror del capitalismo
Según la organización Oxfam, más de 3 millones de personas se enfrentan al hambre en Níger de una población total de 11 millones. De éstas 800.000 son niños. Esta situación llega después de que los líderes del G8 se reunieran en Escocia para “hacer de la pobreza historia”. La organización Médicos Sin Fronteras (MSF), que lleva 15 años trabajando en Níger, ha descrito la hambruna como la “mayor operación nutricional en la historia de MSF”. Las imágenes terribles y gráficas de niños agonizando finalmente han conmocionado al mundo y ha obligado a los líderes occidentales a derramar lágrimas de cocodrilo.
¿La hambruna es un desastre “natural”?
La Red de Sistemas para la Prevención Temprana de Hambrunas (FEWS Net) hizo un llamamiento urgente el 8 de diciembre de 2004. En este llamamiento decía que en las “zonas agro-pastorales golpeadas por las langostas, la seguía y el final prematuro de la estación, están apareciendo déficit alimenticios en las familias”. El pasado mes de agosto en Níger no llegaron las lluvias esperadas y las langostas consumieron la mayor parte del grano que quedaba, provocando una de las cosechas más pobres registradas hasta ese mes.
El primero llamamiento de la ONU de ayuda en otoño de 2004 fue recibido con desinterés. En marzo de 2005 se hizo una petición internacional de 16 millones de dólares. Se calculaba que el primer día de ese llamamiento que era sólo de 1 dólar por individuo podría salvar la crisis, pero las naciones ricas no respondieron, al mismo tiempo, se gastaban miles de millones de dólares en el episodio criminal de Irak. Ahora serán necesarios 80 dólares para salvar a cada persona. Jan Egelan (coordinador de ayuda de la ONU) dijo recientemente lo siguiente: “Hemos recibido más promesas la semana pasada que en los seis meses anteriores, pero es demasiado tarde para muchos de estos niños”.
Basta con decir que como señala Sekkenes de MSF: “Esto no es una hambruna, como la de Somalia. La cosecha fue mala en 2004 y los graneros están vacíos. Hay comida en los mercados. El problema es que el precio de la comida está fuera del alcance de la mayoría”. Un artículo del New York Times insistía en el mismo punto, que había comida disponible en los mercados, pero demasiado cara para una población empobrecida.
Sekkenes continúa: “Debido a esta situación, fue criminal que la ONU este año reaccionara tan lentamente a la emergencia, pidiendo ‘precios moderados’ para los cereales en el mercado. La ONU debería haber organizado inmediatamente la distribución de comida gratuita”. ¿Pero es esto posible en este sistema capitalista sediento de beneficio?
Directamente vinculado a esta extrema pobreza está el FMI y sus “Planes de Ajuste Estructural”. El presidente Mamadou Tandja dio la bienvenida a los pobres de Níger el pasado mes de diciembre con una subida del IVA del 19 por ciento, que disparó los precios de los productos y servicios en el país. El impuesto se impuso a pesar de que el precio de los productos básicos había subido ya entre el 75 y el 89 por ciento durante los últimos cinco años. Al mismo tiempo, el precio de venta del ganado el principal ingreso de los ganaderos nómadas del país ha caído un 25 por ciento.
La respuesta inmediata de la población de Níger a esta política económica inhumana dictada por el FMI fue protagonizar la mayor protesta de la historia de Níger, encabezada por la clase obrera. Esto ocurrió en marzo e iba dirigida principalmente contra la subida de los precios. La respuesta del régimen fue encarcelar a los dirigentes del movimiento de oposición y seguir adelante con las medidas del FMI.
El papel de las potencias occidentales
El régimen de Níger está muy bien considerado por las grandes potencias, se trata de un país con una importancia estratégica al ser un exportar principal de uranio. El presidente Tandja se reunió con el presidente George W. Bush en junio para discutir las cuestiones de seguridad, parece ser que el hambre no estaba incluida en la reunión.
El ejército de Níger, junto con los de otros ocho países africanos de la región, recibe entrenamiento militar del ejército estadounidense para “extender las operaciones desérticas y fronterizas” que supuestamente deben frenar la infiltración de grupos terroristas internacionales. Además de entrenamiento militar hace poco se anunció una iniciativa, que costará 500 millones de dólares durante los próximos siete años, que asignará más oficiales militares a las embajadas de EEUU, creando franjas de territorio que se utilizarán, dentro de los nuevos acuerdos bilaterales de seguridad, para dar “mayor acceso y protección legal a las tropas norteamericanas”. Esto parece mucho más importante estratégicamente para el gobierno estadounidense que cientos de niños agonizando diariamente en Níger.