El miércoles 14 de diciembre la clase obrera griega demostró una vez más su poder, participando en la mayor huelga general desde que el gobierno de derechas de Nueva Democracia llegó al poder hace dos años. La principal reivindicación de la huelga general era la supresión de la nueva ley que el gobierno intenta introducir en las empresas estatales. Pero también había reivindicaciones contra la pobreza (el 25% de la población según cifras oficiales vive en la extrema pobreza), contra el desempleo (la tasa oficial de paro es del 11%) y también contra la subida de precios (resulta increíble que a pesar del bajo nivel salarial Grecia sea el cuarto país más caro de la UE, según los datos de Eurostat).
La última ley del gobierno Karamanlis va dirigida a atacar directamente los derechos de los trabajadores, dividiéndoles en dos categorías, los que seguirán teniendo los “viejos derechos” que la prensa burguesa define como “privilegios” (salvaguardas contra el despido, seguridad social, salarios decentes, etc.,) y los que tendrán un nivel salarial más o menos la mitad que los demás y que no tendrán protección contra el despido.
Con estas medidas el gobierno está preparando el terreno para la privatización total de empresas públicas como EIDAP (empresa del agua), DEI (electricidad), transporte público (ISAP, ILPAP, OSE, ETHEL) y muchas otras.
La huelga general contó con una gran participación de los trabajadores de las grandes empresas del sector privado (un 80%) y del sector público (100%). Unos 20.000 trabajadores participaron en los dos mítines convocados por la confederación sindical griega (GSEE) y el Partido Comunista. La participación fue similar.
Una vez más, el movimiento obrero griego no estuvo unido en el mitin central. Desgraciadamente esto ha ocurrido en los últimos cinco años. La responsabilidad de esta situación recae sobre los hombros de la dirección de los dos principales partidos de la clase obrera griega.
La primera es la dirección del PASKE (el sindicato del PASOK) que ha dejado abandonados a los trabajadores en muchas ocasiones en la última década. Regularmente han apoyado las medidas de los anteriores gobiernos del PASOK que fueron gobiernos similares al de Blair en Gran Bretaña.
Sin embargo, los dirigentes del PASKE continuaron haciendo concesiones a los empresarios incluso con el gobierno de Nueva Democracia. El último ejemplo fue su aceptación de la ley del gobierno de derechas sobre la empresa de telecomunicaciones griega (OTE) el pasado mes de mayo. Este fue el preludio de la ley actual que destruirá los derechos de los trabajadores en todas las empresas públicas.
La segunda fuerza responsable de esta división del movimiento obrero es la dirección del PAME. Ésta ha explotado el odio justificado que la vanguardia de los trabajadores griegos siente hacia los dirigentes del PASKE. Pero lo que hacen es aplicar una especie de táctica estalinista del “tercer período”, convocando huelgas y mítines separados en nombre de los “intereses de clase reales”.
Después de la huelga el gobierno y los empresarios estaban aterrorizados. Aunque la ley finalmente fue aprobada en el parlamento, el presidente de la SEV (asociación de grandes empresarios griegos) declaró que “esta ley es muy dura y no se puede poner en práctica”. Esta reacción por parte de la burguesía griega refleja su temor frente a una nueva oleada de huelgas.
El día después de la huelga general, los trabajadores del sector público extendieron su huelga otras 24 horas. No se movió ni un autobús ni un tranvía, la economía de nuevo quedó paralizada. Esta huelga también contó con una alta participación en las principales empresas (entre un 90 y un 100%).
El gobierno se enfrenta a una crisis seria
Aparte del movimiento obrero, que es una fuente constante de presión para el gobierno, Karamanlis tiene otro problema serio: la naturaleza corrupta de los ministros burgueses que están protagonizando un escándalo tras otro. Después de veinte meses en el gobierno, ND ha visto como han tenido que abandonar 35 altos funcionarios del gobierno (ministros, subsecretarios, directores de empresas públicas, etc.,) porque se han visto implicados en escándalos de corrupción.
Según las encuestas, ND ha perdido 4 porcentajes de punto en un año y sólo le separa un punto del PASOK (31% para ND y un 30% para el PASOK). Pero el proceso no es tan simple como una línea recta. El PASOK también ha sufrido un pequeño declive del 1% comparado con hace un año. Este fenómeno se puede explicar fácilmente. La nueva dirección del PASOK ha hecho todo lo que ha podido para apoyar la política de ND. El último ejemplo fue su decisión de abstenerse en la votación del parlamento sobre la ley antiobrera en las empresas públicas.
De los otros dos partidos de la izquierda, sólo el Partido Comunista (KKE) ha conseguido avances serios en el último año. Las encuestas demuestran que el apoyo electoral del partido ha aumentado desde las últimas elecciones en un 1,5 porcentaje de punto, ahora está en el 7%. Este es un acontecimiento positivo para el partido. A pesar de sus tácticas divisorias dentro del movimiento obrero, esto demuestra que una capa de la clase obrera está buscando una alternativa de izquierdas. Pero todavía está lejos de lo que podría ser si el partido adoptara una política diferente dentro del movimiento obrero. Basándose en un verdadero programa socialista y una táctica leninista de “frente único”, la autoridad del partido sería mucho mayor en la sociedad.
El otro pequeño partido de izquierdas, el Synaspismos continúa en crisis. El partido está dividido en diferentes tendencias y el ala de derechas está explotando el hecho de que las encuestas les den un “pobre” 3,8%. Se está preparando para una lucha abierta contra la “corriente de izquierdas”, la tendencia reformista de izquierdas que controla el partido. Esta tendencia de derechas está empujando al partido hacia la colaboración con el PASOK, por supuesto esto sería un desastre para el partido, eso no sería una táctica revolucionaria de “frente único” sino ceder a las presiones de la burocracia del PASOK.
La perspectiva es un conflicto de clase importante
Este nuevo año será “muy caliente” para la lucha de clases en Grecia. Ahora el centro de la batalla está en los trabajadores del sector público. Los sindicatos de este sector han anunciado que “lucharán hasta el final” contra la ley y los planes del gobierno de privatizaciones masivas.
Al mismo tiempo, la debilidad del capitalismo griego y el intento de la burguesía de asegurarse grandes beneficios, explotando la “situación política favorable” que les da un gobierno de Nueva Democracia, están provocando una escalada de ataques contra la clase obrera en Grecia.
Los capitalistas griegos están en segundo lugar, después de la burguesía mexicana, en la liga internacional de niveles de beneficios, aún así exigen más. El 19 de diciembre, Odiseas Kyriakopoulos, el presidente de la SEV, oficialmente pidió la eliminación del salario mínimo, al día siguiente el gobierno anunció que los trabajadores de comercio deberían trabajar más domingos al año.
Debido a todo esto, el odio de los trabajadores hacia los capitalistas y el gobierno de ND nunca ha sido tan elevado. El éxito de la huelga general del 14 de diciembre demuestra sin lugar a duda que la clase obrera griega está exigiendo el final de los planes reaccionarios de la burguesía. Lo que falta no es la militancia de la clase obrera, los trabajadores griegos han demostrado una y otra vez que están dispuestos a luchar. Lo que falta es una dirección que cumpla la tarea de dirigir la lucha de los trabajadores.