El Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) cuenta entre sus filas con un cierto número de militantes revolucionarios que luchan seriamente contra la clase capitalista y quieren acabar con el capitalismo. Pero estos elementos están cada vez más aislados en el seno de su propio partido. El NPA se distingue de la Liga Comunista Revolucionaria (Ligue Communiste Révolutionnaire, LCR) en el hecho de que es mucho más heterogéneo políticamente.
Mucho antes de su disolución, la LCR se caracterizaba por una cierta indiferencia con respecto a la teoría y el programa. Dicho esto, la gran mayoría de sus afiliados veían en la LCR una organización revolucionaria que tenía por objetivo el derrocar al sistema capitalista y sustituirlo por el socialismo. Sin embargo, el lanzamiento del NPA, muy respaldado por los medios de comunicación masiva, ha atraído una gran cantidad de elementos pequeños burgueses, muchos de los cuales se interesan esencialmente en las elecciones y los puestos que la organización podría ganar en las “instituciones”. El NPA tenía el viento en popa, creían ellos, e iría de éxito en éxito. No paraban de decir que el Partido Comunista Francés (PCF) está "obsoleto" y en “fase terminal ", y creían que el NPA le sustituiría como la principal fuerza “a la izquierda de la izquierda”. Los resultados de las elecciones regionales han demostrado que no es así. El resultado del NPA no ha sido más alto que aquel que podría haber esperado la LCR en circunstancias análogas.
Este fracaso tendrá consecuencias en el NPA. Oímos decir a veces que la diversidad es la fortaleza del NPA. Esto es evidentemente falso. Ante cada reto serio, las diferentes tendencias extraen conclusiones diferentes, e incluso radicalmente opuestas. En adelante, aquellos afiliados para quienes los resultados electorales del NPA son primordiales sacarán la conclusión de que la ruptura con el “radicalismo” y el perfil “comunista” de la LCR no fue suficientemente lejos. Harán presión para poner el “anticapitalismo” en el último plano, en beneficio de ideas más moderadas – vagamente ecologistas, feministas, etc. – que consideran más rentables en el plano electoral. Sin embargo, los militantes para los que el NPA es ante todo un instrumento de lucha de clases se esforzarán para orientarlo en la dirección opuesta. La lucha entre estas tendencias ya ha comenzado, y no dejará de intensificarse en los meses y años venideros. Con el tiempo, dará lugar a su desintegración.
Presiones ideológicas
El colapso de la URSS y otros regímenes totalitarios en Europa del Este, brindó la oportunidad de una amplia ofensiva ideológica por parte de los apologistas del capitalismo. El capitalismo y las fuerzas ciegas del mercado por fin habían triunfado sobre la planificación económica y el “socialismo”. Esta ofensiva ha tenido un impacto significativo en los trabajadores de todo el mundo, y especialmente los dirigentes de los partidos de izquierda en Francia y en otros lugares. La dirección del PS ha renunciado al socialismo, incluso como una meta lejana, al respaldar abiertamente la “economía de mercado". En el PCF, Robert Hue y la dirección del partido llegaron a apoyar las privatizaciones durante el gobierno de Jospin.
El NPA tampoco estaba a salvo de estas presiones. En el fondo, la dirección de la LCR seguía esencialmente la misma trayectoria, un paso por detrás. La idea detrás del proyecto de la NPA fue romper con la tradición "comunista y revolucionaria" en favor de una imagen vagamente “anticapitalista”. Esta fue la culminación de un largo período durante el cual muchos dirigentes de la LCR vieron en su herencia comunista, revolucionaria y "trotskista" un obstáculo para su desarrollo - y, en particular, para la mejora de su rendimiento electoral. La propaganda pública de la Liga no habla de socialismo. Su programa se limitaba a medidas parciales, como el programa del PCF.
El lema principal del NPA, que encontramos constantemente en sus panfletos y carteles, llama a "gravar los beneficios". Pero los beneficios ya están sujetos a imposición. Entonces, ¿no sería necesario gravarlos en mayor medida? Esta medida estaría en la dirección correcta, por supuesto. Pero dado el funcionamiento del capitalismo, esto tendría varias consecuencias. Para evitar los impuestos, los capitalistas harían un mayor uso de la subcontratación y el cierre de empresas. Sin embargo, el programa del NPA no ofrece ninguna propuesta para contrarrestar esta reacción. El NPA puede ser "anti-capitalista”, pero ¿qué significa este término si el programa que defiende la organización no ofrece ninguna alternativa real al capitalismo?
Sectarismo
La actitud sectaria de la LCR hacia el PCF y el PS fue una fuente constante de irritación para los activistas de nuestro partido (el PCF). Por ejemplo, en las elecciones presidenciales de 2002, recordamos que los dirigentes de LCR llamaron a la abstención en la hipótesis de que el PS se enfrentaría a Jacques Chirac en la segunda ronda. El PS y el PCF eran "la misma cosa" que la derecha, decían. Pero cuando Chirac se enfrentó a Le Pen, la LCR llamó a votar por el candidato de la UMP (el partido mayoritario de la derecha francesa). Tal comportamiento es uno de los motivos de los prejuicios que existían - y todavía existen - entre los militantes comunistas hacia el "trotskismo". Pero debemos reconocer que la existencia de organizaciones de extrema izquierda – Lutte Ouvrière (Lucha Obrera, LO), LCR, y hoy el NPA - es también el precio a pagar por los excesos y las contradicciones políticas en las altas esferas de nuestro propio partido, ya sea en la época "estalinista" o a posteriori. El estalinismo repelía a la juventud y a los trabajadores, tanto como el entusiasmo de la dirección del partido por la “economía de mercado” desde la época de Robert Hue. Tener ministros comunistas que privatizan no interesa a nadie – excepto a los capitalistas.
El capitalismo ha fracasado y el marxismo no ha perdido su actualidad. Si quiere luchar contra el capitalismo de manera consecuente, un militante revolucionario debe interesarse por la teoría, las ideas y principios del marxismo. Numerosos militantes comunistas están convencidos de que el PCF debe renovar sus ideas. La Riposte se inscribe dentro de este movimiento y se esfuerza por contribuir a él, desde su periódico, su página web y en su actividad pública en general. Estamos convencidos de que los elementos verdaderamente revolucionarios del NPA encontraran las ideas, explicaciones teóricas y de perspectivas que se corresponden a sus aspiraciones.
25 de junio 2010
Algunos comentarios al artículo por parte de los lectores de La Riposte:
Maximilien R., publicado el 25 de junio de 2010
El NPA es a la LCR lo que el Frente de Izquierda será al PCF si el proyecto de la dirección llega a su fin. Ya empezamos a ver los resultados de esta política en el NPA: pérdida de afiliación, pérdida de electores, pérdida de credibilidad… ¿Realmente queremos esto para el PCF?
Slimane, publicado el 25 de junio de 2010
Se trata de una visión ajena a la realidad del NPA, que es uno de los raros partidos que ha llevado a cabo ciclos internos de formación marxista a todos los niveles, para el NPA y el NPA-Jóvenes.
Por no hablar de la participación de 200 militantes jóvenes en la semana de formación organizada por las secciones europeas de la IV Internacional, en la Escuela de Ámsterdam de formación, los fines de semana regionales de formación, las conferencias nacionales temáticas, etc. En cuanto a la teoría pura, el NPA se nutre a nivel interno en los ricos debates que se apoyan en los autores marxistas, pero también en otros autores que los complementan. No hay nada de “pequeñoburgués” en todo eso… O en cualquier caso, no más que en el PCF u otros partidos…
Maximilien R., publicado el 25 de junio de 2010
¿Círculos de formación marxista a todos los niveles? ¿Y de qué sirven si queréis hacer entrar al partido decrecientes y anarquistas en el partido?
Laurent Gutiérrez, publicado el 25 de junio de 2010
Estimados compañeros de La Riposte, Habiendo militado durante 20 años en la LCR, y habiendo rechazo la adhesión al NPA el año pasado, debo confesar que me reconozco totalmente en vuestro análisis… Es por ello que, el diciembre pasado, me afilié al PCF y un mes más tarde, a La Riposte. Esto me parecía políticamente lógico y justo, y todavía conservo esta impresión.
De la Liga, conservo la sensación de haber militado con revolucionarios serios y exigentes, pero también con compañeros con los que tenía importantes divergencias… Las derivas “centristas”, oportunistas, reformistas ya estaban presentes… ¡Pero qué más da! ¡Hay que mirar hacia adelante! Y nos volveremos a encontrar, con los auténticos militantes revolucionarios que quedan en el NPA… Sobre la formación de los militantes en la LCR, seré más indulgente, sin embargo, me atrevo a decir que la generación NPA no tiene nada que ver con los antiguos “cuartistas” que he conocido.
El único consejo que daría a los compañeros del NPA que me estén leyendo sería que lo que cuenta hoy en día es la herramienta política necesaria a las masas para una alternativa política, el Socialismo, la voz revolucionaria. Sigo convencido hoy de que más allá de los partidos de masas tradicionales de la clase obrera no hay nada. He hecho esta elección, esta esperanza, que en las luchas crecientes a venir, el PCF, a pesar de sus debilidades y de su dirección reformista, se convertirá en esta herramienta. Un saludo fraternal de camaradas, Laurent Gutiérrez, PCF 21.
PD: Finalmente, queda claro que los militantes del NPA no son enemigos, por supuesto, aunque puedan tener un cierto grado de sectarismo hacia el PCF que he podido comprobar (aunque no en todas partes, por supuesto)…
Fuente: La Riposte