El Paro Laboral de 24 horas, convocado y llevado a efecto, el pasado lunes 11 de Julio por numerosas organizaciones políticas, sindicales y comunitarias en República Dominicana, corresponde íntegramente a la espiral de protestas masivas que se extienden alrededor de todo el globo terráqueo, consecuencia de la profundización de la crisis económica que implica el desorden mundial del capitalismo.
La convocatoria a Huelga General liderada principalmente por el FSA (foro social alternativo), FALPO (frente amplio de lucha popular) y la Central Nacional de Transporte Unificado (CNTU) ha sentado un nuevo precedente, que servirá de antesala para un nuevo periodo de luchas en el que las masas trabajadoras pondrán de manifiesto, su descontento ante el orden general existente y su disposición a defenderse. Con este Paro General de labores se ha abierto una nueva etapa de movimiento de las masas en protesta contra los constantes ataques a que son sometidas por parte del gobierno, quien actúa en contubernio con las élites del capital extranjero en el país y sus instituciones financieras, FMI (Fondo Monetario Internacional) BID (Banco Interamericano de Desarrollo) BM (Banco Mundial), etcétera.
Miles de trabajadores—mujeres, hombres y jóvenes—empleados y desempleados, se dieron cita en las calles del país dominicano o simplemente no se presentaron a sus lugares de trabajo, en protesta contra las nuevas medidas impositivas del gobierno de turno—que por su parte y de manera descarada, ha dicho ante toda la nación, estar de rodillas ante el FMI, y que por tanto se ve incapacitado para cumplir con las demandas de las masas. Pero partiendo de este llamado a Huelga General, puede decirse con cierto grado de certeza, que los trabajadores dominicanos han enviado un mensaje claro y de modo contundente al gobierno, dado que nos defenderemos, que si el gobierno está arrodillado—nosotros estamos de pie, y que no estaremos dispuestos a ser los soportes para sus rodillas.
En esta jornada de lucha política, demostrativa, de reclamos y de defensa de clase, se avanzaron demandas como las de revocar el nuevo paquete tributario (“el paquetazo”), anular el alza del 8 por ciento al costo de la energía, y, revisión de la ley de carburos; también se exigió, un aumento del 35 por ciento a los salarios, tanto en el sector público como en el privado, y al mismo tiempo—y dentro del mismo contexto, se continuaba presionando para que se invierta el 4 por ciento del PBI en la educación escolar, demanda por la cual, los estudiantes llevan meses luchando.
Perfil Activo de la Huelga General.
Ante la inminencia de la huelga, los del gobierno, pusieron el grito al cielo, apelando a un llamado al diálogo. Reinaldo Pared Pérez, secretario general del partido gobernante, y senador de la república, además de presidente del Senado, rechazó la huelga, defendiendo la gestión de su gobierno, mientras la CNTU informaba que sus camiones (1, 500) eran sacados de servicio ése lunes a las seis ante meridiano.
A las 10 AM, la Central Nacional de Transportistas Unificada (CNTU), ofreció un reporte en el que calificaba de exitoso el llamado a Huelga. Informaba que a nivel general, el Paro se cumplía en un 90 por ciento; que un total de 1,500 camiones bajo la dirección de esa central sindical, habían dejado de rodar por calles y autopistas de la nación. El paro de labores era 95 por ciento en la región del Cibao, incluyendo Santiago, 85 por ciento en Santo Domingo y 70 por ciento a nivel de oficinas públicas. El transporte mercantil hacia los puntos de comercio fronterizos con Haití fue nulo, por lo que fueron cerradas esas aduanas; miles de comerciantes medios mantuvieron sus puertas abiertas, pero al avanzar el día también, cerraron, en solidaridad con los demandantes. Los taxistas se sumaron a la Huelga General incluyendo los motor-conchos (motoristas cargadores de pasajeros); y las más importantes compañías de transporte privado, Metro y Caribe Tours, (como en otras ocasiones), no movieron sus buses por temor.
Aunque en reiteradas ocasiones, los voceros de las organizaciones convocantes al Paro destacaban el carácter pacífico de la huelga, el saldo fue de cinco muertos y decenas de heridos, entre los que se halla un joven obrero, de nombre Anderson Parra Cruceta, que trabajaba instalando ventanas, quien murió en camino al Hospital después de haber recibido un disparo, mientras filmaba las actividades de protestas con una cámara telefónica, en el sector Villa Faro de Santo Domingo.
A media tarde, el jefe de la policía, Mayor general José Polanco Gómez en un acto de intimidación policial se hizo acompañar de otros generales en lo que hacía un recorrido por puntos neurálgicos de la ciudad capital, a través de las principales arterias comerciales de Santo Domingo, declarando que: “la policía y organismos de seguridad están trabajando como un solo cuerpo, para mantener ‘el orden’ público, con vigilancia permanente en los puntos de mayor incidencia de la población”. Es decir, los centros de comercio más importantes de la capital; Avenida Duarte, Calle París y la 27 de Febrero, entre otras, donde las propiedades de la burguesía necesitan del mayor cuidado y celo por parte de los organismos represivos del Estado, que a la hora de cumplir con su labor—su blanco principal siguen siendo las masas oprimidas.
Las principales organizaciones convocantes repitieron previamente una y otra vez a través de sus voceros que la huelga se llevará a cabo dentro del marco pacífico de lucha, incluso el vocero del FALPO para la región Cibao dijo que la huelga estaba desligada de la política; más en la víspera, el gobierno llamó a la policía al acuartelamiento y a mantener la alerta ante un inminente llamado para imponer "el orden".
En otro orden, es de importancia señalar, que a diferencia de pasados periodos de huelgas y protestas, esta se vio reforzada con la paralización de provincias que son calificadas por algunos sociólogos como históricamente “pacíficas”. Entres éstas se hallan Dajabón (enclave económico y comercial entre las dos repúblicas), Elías Piña y Pedernales, también fronterizas y Hato Mayor del Rey, de la región oriental. La participación activa de estas provincias en la jornada de protestas, no son una caso aislado—no son casualidad, independientemente de lo que digan nuestros sociólogos, sino que son una muestra del alto grado a que ha llegado la crisis económica. Estas provincias, fueron a través de los siglos, enclaves del campesinado dominicano, pero tras las políticas neo liberales adoptadas por el atrasado Estado capitalista dominicano, los productores medios del sector agropecuario son un sector de la producción nacional, duramente golpeado, abandonado a su suerte. Las carreteras y caminos vecinales que conectan a las capitales provinciales han sido dejadas en total abandono; es mucho más fácil encontrar a alguien hablando por celular en esas montañas, que ver un camión transportando frutos agrícolas hacia la ciudad. Las juventudes emigran a las ciudades y los campesinos al no poder transportar sus productos, al carecer de garantías de mercado, al sufrir recortes en los subsidios o imposibilidad para obtener crédito, se ven forzados a vender sus fincas y en tal efecto, los terratenientes agrandan sus latifundios, en donde se explota al proletariado campesino que ha sido sustituido por emigrantes procedentes de nuestra hermana República de Haití.
Conclusiones y perspectivas a seguir.
En conclusión debo recalcar que: lo que presenciamos el pasado 11 de julio en la República Dominicana, es solo un reflejo más del efecto mundial de la crisis económica que azota a todos los trabajadores del mundo. Las nuevas imposiciones tributarias son en suma un paquete más de leña lanzado a la fogata ardiente. Los trabajadores se disponen a resistir los ataques incisivos por parte del gobierno y qué mejor que saliendo a las calles a protestar a modo de defensa propia: esto es insoslayable. Los antagonismos de clases empiezan a convertirse en confrontación de clase, más los órganos represivos no podrán paralizar por mucho más tiempo a las masas con advertencias, dado que el pleito está casado. ¡Esto es inevitable! Como también lo es, evitar la violencia contra masas obreras, con garantías pacifistas dadas en la lucha por reivindicaciones económicas por el liderazgo en la víspera de Julio 11. El resultado real está ante nosotros. Tratar de desligar la huelga de su carácter político es pueril, otro craso error político de la dirección. En realidad la huelga general fue motivada por la política económica del gobierno, que en última instancia viene dictada por la crisis mundial del capitalismo, de la que ningún país escapa. Por lo tanto, en última instancia, esta es una lucha política. Una huelga general, sirve para hacer visible la fuerza de la clase trabajadora, pero por sí sola no puede resolver el problema. Hay que darle continuidad a la lucha en el terreno sindical, discutiendo la convocatoria de más acciones de protesta, pero también en el terreno político, dándole una perspectiva más amplia al movimiento.
La CNTU fue mucho más contundente y jugó un rol determinante en el llamado a Huelga en el sentido generalLos marxistas apoyamos la convocatoria de la huelga general y participamos en la medida de nuestras fuerzas en los sindicatos, cómo organizaciones básicas de la clase trabajadora, independientemente de las limitaciones de sus direcciones. Es a través de la lucha sindical por reivindicaciones inmediatas que los trabajadores van sacando conclusiones más avanzadas. De aquí el apoyo incondicional a todas las luchas obreras por pequeñas que estas fuesen; de ahí nuestro apoyo—acompañado de una crítica amiga, al liderazgo convocante y participativo.
No niego, que el gesto por parte de algunos dirigentes y activistas, de mantener la huelga dentro del contexto pacífico tiene su valor fortuito, pero las provocaciones por parte de los organismos de seguridad del Estado no son fortuitas, siempre estarán a la orden del día, puesto que los reclamos de las masas chocan frontalmente con los intereses de clase del gobierno y la clase que éste representa. Los antagonismos de clase, hallan un punto más elevado en los momentos de protestas y son una puerta abierta a la confrontación de las clases. Esto quedó demostrado con el asedio a que fue sometido el presidente de la Central Nacional de Transporte Unificado (CNTU) Ramón Pérez Figuereo. Esta Central sindical, está compuesta por unas 47 organizaciones que funcionan dentro de esa rama laboral, siendo uno de los primeros en apoyar el llamado a la Huelga general, por lo cual es visto, en principio, desde las esferas del poder estatal-burgués, como un bastión de la clase de los trabajadores, como un exponente de lucha obrera. Sobre la base de esta experiencia es importante sacar lecciones. Los trabajadores deben de organizar la defensa de sus organizaciones, piquetes de huelga y marchas contra las provocaciones policiales y patronales, mediante la conformación de comités de autodefensa, bajo el control de las propias organizaciones sindicales.
Las protestas de las masas deberán siempre ser explicadas y expuestas como una cuestión política; como una puerta abierta a la elevación de la conciencia de clase de los trabajadores; como una cuestión ideológica. La lucha en las calles por mayores oportunidades de trabajo, mejores salarios, mejor calidad educativa, son una escuela política donde las lecciones aprendidas serán elevadas a otras esferas de la lucha.
No es coincidencia, que en un intento por mermar el paro masivo de actividades laborales, el presidente de la república, 48 horas antes de la hora de inicio del Paro, saliera ante las cámaras de televisión y las ondas radiofónicas, a ofrecer al país, cifras de crecimiento económico. Con ello, intentaba incrementar la propaganda y reforzar la posición antagónica y conservadora de diferentes ramas comerciales que se negaron a sumarse a la huelga; Leonel Fernández pretendía crear un ambiente cortante de división; es decir, que mientras pobladores de otras latitudes del país se sumaban a la Huelga General, el ejecutivo del Estado dominicano sale diciéndole a los campesinos que en su gobierno: 1,400 millones de dólares, equivalente a 53 mil 400 millones de pesos—lo que representa casi un 3% del Producto Bruto Interno del país, según un estudio técnico hecho por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), han sido invertidos en el sector agrícola. Entonces, ¿por qué una de las quejas más sonantes en el país es el abandono del campo? ¿Verdaderamente cree el ejecutivo servil del imperialismo, que podrá engañar con números a los campesinos emigrados?
La negativa del gobierno dominicano ante las demandas de los trabajadores, sólo causará más protestas, y a consecuencia de ellas veremos la radicalización de la lucha. Eventualmente los trabajadores saldrán de nuevo a las calles y/o se negarán a asistir a sus puestos de trabajo en un indeterminado momento. No hay, ni habrá otra alternativa que la lucha, cual se perfila desde todos los ángulos de la vida política, y económica dominicana. Y no puede ser de otra forma, modo, o manera, cuando el gobierno se aprestaba a firmar en horas del viernes 15 de julio del año en curso, el acuerdo por un préstamo de 500 millones de dólares, que recibirá de organismos multilaterales de financiamiento—FMI, BID, BM. Con esto el gobierno continúa arrendando la vida de los trabajadores dominicanos, forzándolos a seguir emigrando a las ciudades dominicanas y los más listos a emigrar al exterior.
La República Dominicana es un país donde hay unos 675 mil jóvenes entre las edades de 14 a 35 años, que no trabaja ni estudia, lo que significa un 25% de la población con capacidad de ser educada y productiva, según un estudio reciente. Entre estos jóvenes existen tres opciones concretas: 1) salir del país, 2) incurrir al crimen organizado, es decir, en el negocio de la otra degeneración capitalista, conocida como el narcotráfico inducida por la corrupción gubernamental 3) Asumir la lucha de clase por defenderse dentro del marco de las fronteras de la nación y arrojar luz para los cambios urgentes.
Es necesario un liderazgo consciente de clase, revolucionario.
En el escenario político dominicano, dentro de todos sus parámetros, se vislumbra un cambio de orientación de lucha, sin paralelos. Las condiciones políticas han comenzado a madurar para una orientación revolucionaria de clase. Los viejos partidos ya han cumplido su papel histórico. La misma burguesía nacional e imperial, ha comenzado a preparar las bases fundamentales para el reemplazo del viejo liderazgo. Las izquierdas, no logran consolidar un partido de masas que pueda competir con el viejo Partido Revolucionario Dominicano PRD y mucho menos con la alianza partidarista que controla el poder del Estado—la partidocracia como suelen llamarle. Existe un amplio espacio abierto a las nuevas ideas, de lo que se puede deducir que el terreno es fértil para la construcción de un liderazgo político de cambio revolucionario, que abra las puertas a la participación directa de las juventudes dominicanas, descontentas con el orden general; y es que los jóvenes, se acercan a los viejos partidos de la izquierda atraídos por la trayectoria de sus líderes, con deseos de luchar, hallándose luego en medio de un dilema desorientador al no ver clara las respuestas a sus inquietudes; otros, capitulan ante el gobierno buscando la oportunidad de encontrar brechas para su mejor subsistencia y soporte personal; o simplemente optan por ignorar a los políticos, aunque con ello sostengan un argumento político subyacente, que deberá ser debidamente entendido por nosotros.
Es necesaria, la construcción de un organización revolucionaria en la República Dominicana que agrupe a lo mejor de los activistas obreros y juveniles., Para ello, es necesario la constitución de células de estudio del marxismo revolucionario, que después de su debido proceso de conocimiento, se convertirían en los entes de propaganda revolucionaria y por ende en el embrión del partido de la clase obrera dominicana. La formación de los cuadros que producirán el liderazgo revolucionario en el país, será una ardua tarea, difícil por las proporciones, pero de éxitos ante las posibilidades subyacentes de lucha abierta de las masas contra el orden establecido. El tipo de liderazgo que se precisa es uno que sea capaz de intervenir correctamente en todos los embriones de lucha que se vienen dando en el país, sin restar importancia a ninguno de ellos.
Creo que: con una orientación de clase ideológicamente correcta; con una actitud política flexible y abierta; con una participación activa y crítica; con un proyecto de programa que vincule las necesidades urgentes de las masas dominicanas con la necesidad de la lucha por el socialismo—éste programa debería incluir la re-nacionalización de las tierras privatizadas; la recuperación por parte del Estado de las empresas industriales privatizadas,; la reactivación de la producción agropecuaria en todos los niveles; la nacionalización de las multinacionales, los grandes medios de producción y la banca de tal forma que se pueda planificar democráticamente la economía dominicana en beneficio de la mayoría de la población..
La primera tarea es la clarificación ideológica. Los activistas revolucionarios dominicanos, pero especialmente la juventud que no lleva el lastre de las derrotas del pasado y las querellas y escisiones de la vieja generación, deben tomar con ambas manos la tarea de 1) rompimiento político con los partidos del sistema; 1) estudio, análisis y debate sobre la historia de luchas de las masas trabajadoras de nuestro país durante los últimos 50 años; 3) estudio detallado de las condiciones económicas, sociales y culturales del país, para mejor comprensión de la política a seguir. En el enclave histórico de cinco décadas de nuestra vida republicana, se encuentra la substancia de los fallos ideológicos en nuestra lucha por la liberación: comprenderlo es parte del porvenir de nuestra clase y sus victorias venideras.
- ¡Las ilusiones están rotas, sólo queda Organizar, para luchar!
- ¡Proletarios de todos los países, Uníos!