A pesar de que los actuales dirigentes de los
sindicatos españoles siguen anclados en su estrategia de mantener la paz social
a toda costa y del impacto psicológico que ha producido el rápido deterioro de
la economía, el ambiente social está alcanzando una temperatura crítica, que
amenaza con una entrada en escena brusca de la clase obrera española en su
conjunto.
El contexto político italiano, entre la crisis económica y la radicalización a la derecha del gobierno, la crisis del reformismo, la división de las burocracias sindicales y la entrada en escena del movimiento obrero, es una combinación explosiva que prepara para el futuro situaciones insurreccionales, como las vistas en América Latina.