En las últimas semanas, el Estado español se ha situado de nuevo en el ojo del huracán de la crisis económica europea, reflejando la debilidad y el profundo impasse en que se encuentra el capitalismo español.
La debilidad del capitalismo español
En las últimas semanas, el Estado español se ha situado de nuevo en el ojo del huracán de la crisis económica europea, reflejando la debilidad y el profundo impasse en que se encuentra el capitalismo español.
La oleada inacabable de recortes en derechos laborales y sociales, promovida por la banca y la Gran Patronal, que fue iniciada por Zapatero, está siendo profundizada por los representantes directos del capital del gobierno PP.
Esto, a la vez que representa un escenario de pesadilla para los más débiles, lejos de aplacar, está exacerbando las presiones del capital internacional, agravando la espiral descendente de la economía española.
Como ocurre siempre, los peores efectos de la crisis global del capitalismo se están sintiendo primero en los eslabones más débiles de la economía mundial. En el caso de Europa, este ránking lo encabezan Grecia, Portugal e Irlanda. El siguiente en la lista, que por su peso específico es la cuarta economía de la región, se ha convertido ya en el enfermo más preocupante de Europa, es el Estado Español.
Como pone de relieve el veredicto de las cifras, los artífices y las razones que explican la especial gravedad de la crisis del capitalismo español tienen nombre y apellidos y son los mismos que ayer generaron el llamado milagro económico del España va bien de 1995-2007: una burguesía particularmente parásita y reaccionaria que, en vez de invertir la plusvalía extraída de los trabajadores en lograr una industria y economía competitivas, siempre buscó el beneficio fácil y se ha basado en el boom del ladrillo y la especulación, generando la mayor burbuja inmobiliaria del planeta.
Hoy somos los trabajadores quienes seguimos pagando los excesos de esta orgía especulativa.
La economía española ostenta el dudoso honor de contar con varios récords en su haber, empezando con el mayor nivel de paro de las economías de la OCDE, más de un 24% de la población activa; siguiendo con uno de cada dos jóvenes menores de 25 años desempleado; continuando con la mayor caída de la bolsa en todo el mundo en lo que llevamos de año, cerca del -20%; y, como colofón del legado directo del crédito fácil durante el boom, un endeudamiento masivo de bancos, empresas y particulares.
En estas circunstancias, cae el consumo interno y, con ello, la inversión privada. A duras penas se mantiene el crecimiento de las exportaciones y, ahora, con los recortes del gasto del Estado también se reducirán las inversiones y el empleo públicos.
Bastan tres ejemplos paradigmáticos para ilustrar la gravedad de la situación:
- En cuanto a los productos de primera necesidad y distribución masiva, las ventas del grupo Carrefour en España vienen cayendo en los últimos 6 meses una media del 8,5% y, si descontamos alimentación, la reducción es de un 16%.
- El automóvil y la industria auxiliar, que suponen un 10% del PIB español y el 30% de la mano de obra industrial (el Estado español es el segundo país de Europa tras Alemania en producción de vehículos con 2,35 millones en 2011), por tercer año consecutivo ve caer las ventas en el mercado interno hasta los 800.000, el nivel más bajo desde 1993. Las exportaciones, dirigidas fundamentalmente a la UE y que suponen más del 80% de las ventas, este año se van a ver más afectadas por la recesión europea: se estima una fuerte reducción entre 150 y 200.000 vehículos.
- La obra nueva en construcción privada y pública sufre un parón sin precedentes históricos. Sólo se vende una ínfima parte del stock de viviendas construidas. Los visados para la construcción de vivienda nueva en 2011 suponen menos del 10% de los de 2006, y todavía cayeron un 30% respecto al 2010.
Así, uno tras otro, podríamos seguir desgranando cada uno de los indicadores económicos.
Elecciones en Andalucía y Asturias.
El Gobierno popular confiaba en que aplazando los presupuestos y manteniendo un calculado silencio sobre sus planes futuros, en las autonómicas del 25 de marzo continuaría la ola azul de sus éxitos electorales en los últimos 3 años.
No calibraron la profundidad del malestar acumulado y lo rápido que les iba a pasar factura la Reforma Laboral y los recortes sociales. Ahora, tras el revés electoral de Andalucía y Asturias, su situación se ha complicado seriamente.
Lo más grave para sus planes ha sido sin duda el resultado en Andalucía.
En las generales del 20 de noviembre, el PP había logrado por primera vez en Andalucía la mayoría absoluta. En poco más de 3 meses el PP pierde en el sur medio millón de votos y obtienen unos pírricos 50 diputados sobre 109.
De esta forma, a pesar de que se mantiene el castigo al PSOE, que pasa a tener 47 escaños, el crecimiento del apoyo a IU que se dobla en representación hasta los 12 diputados, han hecho que de nuevo el voto de la izquierda supere en conjunto al del PP. La misma tendencia hemos visto en Asturias.
Este vuelco electoral en poco más de 100 días, supone la mayor y más rápida caída de apoyo a un nuevo Gobierno en los 35 años de reciente historia democrática española y son un claro indicio de la fuerte erosión del apoyo social al Gobierno.
La Huelga General del 29 de Marzo.
Tras el fiasco electoral de la derecha, reflejando el mismo ambiente social, y animado por éste, el acontecimiento que resalta el abismo cada vez mayor entre el Gobierno y la mayoría asalariada ha sido la convocatoria, preparación y participación en la Huelga General del 29 de marzo contra la Reforma Laboral.
A pesar de las vacilaciones y el tiempo que tardaron en convocar las direcciones de CCOO y UGT, de las presiones y amenazas patronales en las PYMES, de la ofensiva antihuelga en los medios de comunicación, o de la enorme losa que supone el paro masivo…, frente a todos los obstáculos, la Huelga tuvo un amplio seguimiento y contó con la participación activa de millones de trabajadores y jóvenes, lo que se pudo visualizar con los casi cuatro millones de manifestantes que inundaron las calles de 120 ciudades.
El 29M ha supuesto una importante demostración de fuerza, sirviendo para que amplios sectores de los trabajadores y la juventud comprobásemos en la calle, y les demostráramos también a la Patronal y al PP, nuestra capacidad de movilización. En el caso de Euskadi y Galicia, esta vez se rompió la división obrera en líneas nacionales. A pesar de que hubo manifestaciones separadas, el coincidir todos en el mismo día imprimió tal fuerza y masividad a la movilización que su seguimiento sólo fue comparable en estas zonas a la gran huelga del 14D en 1988.
La magnitud de la movilización indica cómo sectores cada vez más amplios de la población empezamos a ser conscientes de que estos ataques no son algo temporal y sólo podremos pararlos con una escalada sostenida de la movilización popular.
Presupuestos 2012: una Declaración de Guerra a los más débiles.
Justo el día después de la Huelga, el Consejo de Ministros aprobaba el proyecto de Presupuestos Generales más restrictivo desde la Transición. En su texto, y con el objetivo de reducir en más de tres puntos el déficit público hasta el 5,4% del PIB, incluía recortes masivos en todos los capítulos sociales, subidas del gas y la electricidad y, como guinda, una Amnistía fiscal para los ricos.
Significativamente, y en línea con la actuación de Gobiernos como el de Papadimos en Grecia, al primero a quien Rajoy dio cumplida explicación de las cuentas estatales fue a un representante de la CDU, el partido de la canciller Merkel.
Todas sus “garantías” no sirvieron para amainar las presiones de Europa y las dudas de los “mercados”: el diferencial de la deuda española se disparó un 4% por encima de la alemana.
¡¡Los grandes inversores y tenedores de deuda española exigían más!! Pocos días después, siguiendo al pie de la letra su dictado, el Gobierno anunciaba un recorte adicional de 10.000 millones de euros en sanidad y educación.
Hagan lo que hagan, la desconfianza de los inversores extranjeros (sólo en los dos primeros meses del año han vendido deuda española por valor de 40.000 millones de euros) va a continuar.
La razón es que ya nadie se cree que el Gobierno pueda conseguir sus objetivos de reducción del déficit y crecen las dudas sobre el calado del agujero inmobiliario que lastra a todo el sector financiero hispano. De hecho, públicamente, ya se ha abierto el debate sobre el posible Rescate de España. El dilema es quien le pone el cascabel al gato, es decir quién pone el dinero, y qué efectos tendría esto en toda Europa y en el futuro del euro teniendo en cuenta que son los grandes bancos y fondos de inversiones alemanes y europeos quienes acaparan la parte del león de los 1,78 billones de euros (165,4% del PIB) de la deuda externa privada y pública española.
Responder desde la izquierda
Una semana después de la Huelga del 29M, los secretarios generales de CCOO y UGT se dirigieron por carta a Rajoy solicitando una reunión con el Gobierno para negociar la Reforma y reiterando su oferta de un “Gran consenso contra la crisis”. La respuesta fue inmediata: el mismo lunes 9 de abril, el Gobierno anunciaba el tijeretazo de los 10.000 millones de euros y, posteriormente, el 21 de abril, en su reunión con la ministra de Empleo, ésta rechazaba de plano todas y cada una de las peticiones sindicales ¿Qué más necesitan nuestros dirigentes para entender que no sirven medias tintas, y que el único camino es el de avanzar en la movilización?
Como declaraba Cayo Lara, los recortes del PP suponen una Declaración de Guerra abierta contra jubilados, enfermos, emigrantes, mujeres, estudiantes… y todas las conquistas de los trabajadores.
Ellos, los estrategas de la Patronal, sí son conscientes del abismo infranqueable que se está abriendo entre las clases en nuestro país y, cada día que pasa, aumentan sus dudas de que el PP y su Gobierno, a pesar de contar con tanto poder institucional, puedan llevar a cabo sus planes por sí solos. No por casualidad son cada vez más las editoriales y artículos de opinión que hablan de la necesidad de sumar esfuerzos entre los grandes partidos, abogando por un pacto de estado o una reedición del Pacto de la Moncloa.
Cada día que pasa, le recuerdan a Rubalcaba y a la dirección del PSOE que una cosa es criticar de palabra al Gobierno popular y otra muy distinta olvidar su responsabilidad como “hombres de estado”, que todos tienen que remar en la dirección que marcan Europa y los mercados.
En IU tenemos que huir como de la peste de estos cantos de sirena. Allí donde tengamos presencia: en los sindicatos, los movimientos sociales, asociaciones de vecinos, ayuntamientos, parlamentos autonómicos..., tenemos que proponer una política de Frente Único de la izquierda, para fomentar la movilización en la calle, al mismo tiempo que defendemos y explicamos nuestro programa de lucha contra el paro y en contra de los recortes de gastos y derechos populares.
Nos han declarado la guerra y en nuestros sindicatos de clase, tenemos que propugnar que hay que recoger el guante y defender con igual convicción los intereses de los asalariados. Basta ya de palabras, hay que avanzar en la movilización, convocar una Huelga general de 48 horas y poner en cuestión la legitimidad de un Gobierno como el del PP que está aplicando una política que nunca explicó a sus votantes.
¡Están en juego nuestro futuro y el de nuestras familias!