Entrevista a joven obrero despedido por organizar a trabajadores de McDonalds ¡Así explota la patronal hostelera!

Image: Thomas Wanhoff, Flickr

Han pasado 16 meses desde que se declaró el Estado de alarma en el Estado Español, y las penurias sufridas por los obreros y los más pobres no son un secreto para nadie, los trabajadores son los que más han padecido durante la pandemia, teniendo que convivir en ocasiones en casas diminutas con gran número de familiares y arriesgándose a contraer el virus para que la rueda del capitalismo no se detuviera y los beneficios privados no parasen.


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Uno de los sectores más afectados y con más contradicciones durante la pandemia, ha sido la hostelería y la restauración. Mucho se ha hablado de los “pobres” patrones hosteleros, pero poco de los trabajadores. Entrevistamos a Diego Sánchez, trabajador de una franquicia de McDonalds en Madrid Centro que ha sufrido en carne propia los abusos de sus superiores y el aumento de presión aplicada sobre la clase obrera en este sector.

Pregunta: ¿Cómo son tus condiciones laborales en McDonald 's? ¿Qué tipo de contrato tienes?

Respuesta: Mi contrato en particular es de 30h semanales e indefinido, pero porque yo ya estaba trabajando en un restaurante propio de la compañía, hasta que el franquiciado compró el restaurante y nos hicieron una subrogación del contrato. La franquicia hace contratos de 6 meses y unas 24-30h semanales y los van renovando al finalizar el contrato. Hay muy pocos fijos, y la mayoría se pasa mucho tiempo trabajando con contratos temporales. Las condiciones como ya has visto dejan mucho que desear.

Pregunta: ¿Se cumplen las condiciones de tu contrato?

Respuesta: En muchas ocasiones no, haces más horas de tu contrato que no son pagadas como extras. Pero lo que más incumplen es el convenio laboral, los horarios semanales te los dan a última hora, no se respetan ni los dos días libres semanales ni las 12h de descanso entre turnos. Según el convenio de hostelería debes tener un fin de semana libre al mes, de ese finde olvídate. Cuando les conviene se apoyan en el convenio de hostelería, que es totalmente nefasto para los trabajadores, y a ellos les conviene. Pero, por ejemplo, cuando la hostelería durante la pandemia tenía que cerrar a las 22:00, no lo hacían y muchas veces tuvo que venir a cerrar la policía.

Pregunta: ¿El salario es acorde con los beneficios tanto de la multinacional como de la franquicia?

Respuesta: El contrato de 30h semanales tiene un salario de 860 euros, y los beneficios de mi restaurante antes de la pandemia eran de aproximadamente 120 mil euros mensuales. Al día facturan aproximadamente 5.000 euros, y los fines de semana más. Juzga por ti mismo.

Pregunta: ¿Cómo ha sido la experiencia con los ERTES?

Respuesta: Se han aprovechado muchísimo con los ERTES. Cuando sacaban a gente del ERTE no podían hacer más horas que las de su contrato, mientras hubiera más trabajadores en ERTE, y esto se ha incumplido al 100%. Han tenido trabajadores hasta el 30 de enero de 2021 y mientras tanto nosotros haciendo más horas que las estipuladas en el contrato, nos movían a otros restaurantes con trabajadores en ERTE... A mi en especial me ofrecieron irme un mes entero a otro restaurante, en Navidad, porque veían que el otro iba a obtener más beneficios.Mi respuesta fue que no, que mientras tuvieran a media plantilla en ERTE yo no iba a ir, que sacaran a gente del ERTE, y su respuesta fue: “no voy a sacar a nadie, que les den por culo”. Otro compañero se fue finalmente, y yo he estado en varias ocasiones igual.

Pregunta: ¿Vais a hacer algún tipo de piquete o huelga o vais a tomar acciones legales?

Respuesta: Las acciones ya están tomadas, el juicio sale en octubre, todo lo que comento en el vídeo está denunciado. Aunque tenga el apoyo de mis compañeros fui yo el único que puso la denuncia.

Pregunta: ¿Cuál sería para ti la solución?

Respuesta: Pienso que estamos muy lejos de solucionar estas situaciones o de acabar con ellas. Mientras haya trabajadores necesitados y que no tengan otra opción que aguantar por miedo al despido la empresa va a seguir aprovechándose de ellos. Lo que yo tengo claro es que si ya no los puedo ayudar desde dentro les ayudaré desde fuera. Poco a poco las cosas se irán consiguiendo y para mi la formación de un Comité es necesaria para cualquier empresa.

El caso de Diego es muy escandaloso. Tras hacer horas extras como horas complementarias, sin los descansos estipulados en el contrato y bajo amenaza constante al negarse a cumplir traslados forzosos, ha sido despedido después de hacer pública su intención de crear un Comité de Empresa para exigir sus derechos. Diego tiene 24 años y se ha hecho viral en las redes sociales con su caso, recibiendo gran cantidad de mensajes de apoyo y solidaridad, que muestran la empatía de la clase trabajadora y la juventud. Al mando está un capitalista dueño de 10 franquicias de McDonalds bajo distintas filiales y empresas, que obliga a sus empleados a vagar entre ellas dependiendo de sus intereses y necesidades, sin darles de alta en la nueva empresa.

Durante la pandemia McDonalds logró aumentar sus beneficios un 38,9% con respecto al año pasado, llegando a la cifra de 39.198 establecimientos en todo el mundo, alcanzando la escalofriante cifra de 1.271 millones de euros, y junto a su socio Burger King alcanzó récord de ventas en el Estado español superando los 1.100 millones. Además, adquirió varias cadenas de comida rápida como KAM Foods, Megfoods y Grupo Forte, absorbiendo a la competencia y concentrando el capital entre sus socios. Pese a esto, Alsea, el grupo empresarial que gestiona en el Estado español las cadenas de Burger King, Foster's Hollywood o Domino's Pizza decidió mandar a ERTE a 14 mil empleados, y el grupo Tagliatella a aproximadamente 3.600 trabajadores, el 93% de su plantilla. McDonalds no se quedó atrás y comunicó a sus franquiciados la libertad para adoptar el ERTE, al que mandaron a 2.726 empleados pese a mantener el 77% de los locales abiertos. Esta situación que a primera vista parece normal esconde una cara oscura y despiadada: horas extras no retribuidas, incumplimiento de los descansos, jornadas interminables, incumplimiento de los días libres y traslados forzosos han sido el pan de cada día para los trabajadores de este sector. Los datos no mienten, la libre competencia es inexistente, y los pequeños negocios no logran sobrevivir ante los colosales multinacionales y grandes empresas que producen masivamente y a escaso coste de producción, siendo imposible hacerles frente gracias a su alianza con la banca que les proporciona el crédito necesario para subyugar y absorber al resto de pequeños y medianos negocios.

Como explica Lenin en el Imperialismo, la fase superior del capitalismo, “El viejo capitalismo, el capitalismo de la libre competencia… pasa a la historia. En su lugar ha aparecido el nuevo capitalismo… una mezcolanza de la libre competencia y del monopolio”. Las pequeñas empresas y los pequeños negocios hosteleros se han visto sobrepasados por la pandemia y las necesidades sociales, el impotente Estado burgués ha sucumbido ante el COVID-19 provocando el cierre de cerca de 85 mil negocios y la pérdida de 238 mil empleos en el sector. Los grandes capitalistas y multinacionales han logrado sobrevivir en el sector gracias a la inyección de capital de las sumas de dinero que logran recaudar año tras año. sin olvidar el dinero público que estas compañías han recibido por parte del Estado, a través de los ERTEs, y que ha ido destinado a sufragar gastos de seguridad social y salarios que le corresponde pagar a estas multinacionales, pero que han sido asumidas por el Estado.

Los trabajadores hemos tenido que dar la vida por derechos tan simples como la jornada laboral de 8 horas, el derecho a huelga, o el reconocimiento sindical. Es una lucha constante entre la clase obrera y la burguesía para ganar y mantener estas concesiones. Desde que comenzó la pandemia las cosas han ido de mal en peor y los capitalistas han exprimido tanto a los obreros que ya no les queda jugo que sacar. Los ERTES, las horas extras no retribuidas, incumplimiento de los descansos entre turnos, jornadas interminables, cambios de centros de trabajos y precariedad, así ha sido la vida diaria de los trabajadores durante la pandemia.

Según UGT, durante el año 2020 se realizaron 320 millones de horas extras, que es un 6,3% más que el año anterior. Afectaron a 731 mil trabajadores, en contraste con el aumento de parados que ha subido a 3.907.711 trabajadores, el 16,7% en agosto de 2020. Y el número de personas en ERTE alcanzaba la cifra de 3.552.326 en su máximo pico. Esto demuestra que los ERTES fueron medidas paliativas para conservar los beneficios y empresas privadas y no un salvoconducto para los trabajadores, que pasaron a cobrar un 70% del sueldo los 6 primeros meses, reduciéndose a un 50% hasta su finalización, dejando al empresario libre de gastos y reduciendo las arcas del Estado, lo que conlleva a más recortes de servicios públicos y nuevas privatizaciones.

Como vemos, el camarada Diego es un ejemplo de dedicación y solidaridad obrera que lucha por defender no solo sus derechos laborales sino los de sus compañeros. El capitalismo se sostiene porque los obreros están forzados a vender su fuerza de trabajo para sobrevivir. Un sistema basado en el lucro privado y no en las necesidades sociales está destinado al fracaso, repleto de negocios y empresas improductivas que sostienen gracias a las miserias de la mayoría de la población: la clase obrera.

Los trabajadores van viendo que la mejor manera de hacer frente al sistema es agrupándose en una organización obrera y combativa con un programa revolucionario y con perspectiva de clase. La burguesía tiembla cuando ve a la clase trabajadora enarbolando la bandera roja, tal que así, que la franquicia donde Diego trabajaba ha reculado y está buscando la negociación, negando por completo lo sucedido y declarando que desconocían totalmente las ideas de los trabajadores de formar un Comité de Empresa.

Desde la Corriente Marxista Internacional apoyamos tanto a Diego y sus compañeros como a todos los trabajadores del mundo, y les instamos a organizarse y luchar por sus derechos, y a formar Comités de lucha en sus centros de trabajo, institutos y universidades.

“Las clases dominantes pueden temblar ante una Revolución Comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar. ¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS! (C. Marx y F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista).

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