Los trabajadores de las empresas ocupadas y recuperadas presentan sus propuestas para las empresas socialistas, los Consejos de Trabajadores y la construcción del socialismo
Estas emocionadas palabras de Edgar Correa, trabajador de Sanitarios Maracay, resumen el entusiasmo, conciencia de clase y claridad ideológica que marcó el Encuentro del Frente Revolucionario de Trabajadores de Empresas en Cogestión y Ocupadas (FRETECO) celebrado en las instalaciones de la empresa expropiada bajo control obrero INVEVAL el pasado sábado 30 de junio.
Este Encuentro fue un fiel reflejo del salto cualitativo experimentado por el FRETECO a lo largo de los últimos meses, tanto desde el punto de vista del número de empresas incorporadas al mismo como del peso específico de las mismas. Durante los últimos meses, la lista de empresas que vienen participando en las distintas actividades y reuniones del Frente se ha incrementado significativamente (INAF, Inveval, Sanitarios Maracay, MDS, Fábrica de Franelas Gotcha, Sel Fex,..). En esta reunión se incorporaron trabajadores de nuevas empresas como Tomatera Caigua y la Central Azucarera Motatán, del estado Trujillo. Además, estuvieron presentes trabajadores de INTEVEP (perteneciente a PDVSA) y camaradas del Frente Socialista de Trabajadores de la Electricidad de Caracas (EdC), empresa recientemente recuperada por el estado venezolano de manos de las transnacionales.
En el Encuentro, además de trabajadores de las empresas recuperadas de Venezuela, participó el camarada Alexandre Tortorella, trabajador de la empresa ocupada brasileña Flaskó y miembro del Movimiento de Empresas Ocupadas de Brasil. Alexandre dio un informe sobre la brutal intervención del gobierno Lula contra la empresa ocupada bajo control obrero Cipla y las movilizaciones que en respuesta a esta agresión están desarrollando los camaradas brasileños y destacó la solidaridad recibida del conjunto de la clase obrera tanto en Brasil como internacionalmente. El camarada Alexandre recibió calurosas muestras de solidaridad de todos los asistentes y se decidió organizar una nueva visita a la embajada de Brasil en apoyo a los camaradas brasileños.
También participaron en la reunión voceros del movimiento M-28 y del Frente Unitario de Juventudes Bolivarianas así varios camaradas de la Corriente Marxista Revolucionaria (CMR) y la Campaña “Manos Fuera de Venezuela”. Es de destacar así mismo la presencia de la camarada Marisabel Guzmán, miembro de la Comisión de Atención Ciudadana del Viceministerio de la Presidencia, quien coordina las reuniones de seguimiento de la problemática de las empresas en cogestión y ocupadas.
El debate se caracterizó por el alto nivel político mostrado en las intervenciones de todos los trabajadores presentes. El objetivo del encuentro era debatir las propuestas que presenta el FRETECO para la discusión acerca de la construcción de las empresas socialistas abierta por el Presidente Chávez, así como respecto a los Consejos de Trabajadores y, en general, al programa que debemos proponer los trabajadores al Presidente, y al conjunto del movimiento bolivariano, para romper definitivamente con el capitalismo y construir el socialismo. Este objetivo fue cumplido con éxito y muchos de los asistentes destacaron la importancia de que sea precisamente el Frente de los Trabajadores de Empresas en Cogestión y Ocupadas el primer colectivo (y hasta el momento el único) que debate y presenta públicamente una propuesta revolucionaria, clara y concreta, sobre estas cuestiones decisivas para el futuro de la revolución.
¿Qué es el socialismo y qué papel corresponde a la clase obrera en su construcción?
La reunión se abrió con la intervención del camarada José León, trabajador de la Industria Nacional de Artículos de Ferretería (INAF), de Cagua (Edo. Aragua), quien apoyándose en una didáctica presentación en Power Point habló sobre “¿Qué es el socialismo?”. La exposición del camarada fue saludada por su sencillez y claridad.El camarada León explicó que “el socialismo es una transición entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista. La principal característica de la sociedad socialista es que los medios de producción son propiedad colectiva de toda la sociedad y no una propiedad de individuos aislados”. “Hablamos de la propiedad privada de los medios de producción. Cuando los grandes medios de producción: la tierra, la banca, las principales industrias, sean propiedad de la sociedad se podrá planificar la producción en función de las necesidades sociales, de las necesidades de todos y no de unos pocos privilegiados”. “Ellos, los capitalistas, afirman que queremos instaurar una dictadura porque, dicen, el socialismo acabaría con la libertad en el terreno económico. Pero ¿qué libertad es esa? ¿La de sacar los capitales del país? ¿La de no pagar impuestos al estado, no cotizar al seguro social por los trabajadores y hacer lo que les dé la gana?”.
José hizo un recorrido por las ideas de Marx y Lenin y demostró su validez para el momento actual de la revolución bolivariana. “La burguesía no puede existir sin la clase obrera, las fábricas no pueden funcionar sin nosotros pero sí pueden hacerlo sin patronos, como estamos demostrando hoy los trabajadores en Inveval, Sanitarios Maracay, INAF, Motatán, Tomatera Caigua y otras empresas”.
“La lucha de los trabajadores cumple con la ley dialéctica de que el todo es mayor que la suma de las partes”, rezaba la diapositiva preparada por los trabajadores de INAF que presidía en ese momento la reunión. “Los obreros, para defendernos, necesitamos la máxima unión. Solos no podemos hacer nada pero unidos sí podemos transformar la realidad. Esta es nuestra experiencia en INAF. Solos no podíamos, unidos a los demás camaradas en el FRETECO, sí.”
La experiencia de dos años de cogestión y la lucha por el control obrero
Muchos de los asistentes al Encuentro, incluidos varios funcionarios de INTEVEP, destacaron que de todas las experiencias de cogestión INVEVAL es la que está funcionando mejor. No es casualidad. En INVEVAL los trabajadores –tal y como se planteaba en los documentos fundacionales del FRETECO- han convertido la cogestión en control obrero y en estos momentos lo que existe, en la práctica, es una empresa financiada por el estado y gestionada por los trabajadores.Jorge Paredes, Trabajador Presidente de Inveval elegido por los propios trabajadores, explicó como, al principio, tras la expropiación de la empresa, “lo que se planteaba empezar a trabajar y arrancar la empresa como fuera”. Inveval fue recuperada por los propios trabajadores, quienes discutían en asamblea todas las tareas y realizaron todo los trabajos necesarios para reacondicionar las instalaciones. Esto demostró, entre otras cosas, que una empresa puede funcionar financiada por el estado (que fue quien aportó el 100% de los gastos) y gestionada por los propios trabajadores.
Sin embargo, en aquel momento, los funcionarios del estado plantearon un modelo basado en que el 51% de las acciones de la empresa pertenecerían al estado y un 49% sería entregado progresivamente a una cooperativa organizada por los trabajadores. La dirección de la empresa estaría en manos de una Junta Directiva de cinco miembros, tres fueron trabajadores elegidos por la asamblea de trabajadores y los dos restantes funcionarios designados por el estado.
“En realidad los dos del estado no han asistido a las reuniones”, explica Jorge. “A través de nuestra experiencia de dos años de cogestión hemos llegado a varias conclusiones. La primera es que ese sistema de reparto de acciones no sirve. Eso es propio del sistema capitalista y no del socialismo. En la práctica, Inveval ha funcionado financiada totalmente por el estado y gestionada en todo momento bajo el control y la dirección de los trabajadores.” “Otra conclusión”, destacó Jorge, “es que esa Junta Directiva no era ni la manera más eficiente, ni la más democrática, ni la manera socialista y revolucionaria de funcionar. Por eso decidimos que la Junta Directiva fuese sustituida por un Consejo de Fábrica mucho más amplio, elegido y revocable por los propios trabajadores. Hay que llevar esta experiencia a todos los trabajadores, socializar el conocimiento”
Sobre el debate existente en el movimiento obrero acerca de los Consejos de fábrica Jorge insistió en una idea central: “Los Consejos de Fábrica no pueden reemplazar a lo sindicatos. Deben complementarse. Los Consejos de Fábrica son un arma de los trabajadores para dirigir las empresas y con ello dirigir la economía. Los sindicatos son una herramienta para defender nuestros derechos como trabajadores. Algunos camaradas sindicalistas tienen una visión confusa sobre este tema y rechazan los Consejos de Trabajadores. Esto es un grave error, los sindicatos revolucionarios deben impulsar los Consejos de Trabajadores para desarrollar el control obrero”
Los Consejos de Trabajadores. Un ejemplo práctico: El Consejo de Fábrica de Inveval.
En este sentido, el camarada Nelson Rodríguez, trabajador de Inveval, realizó una brillante exposición acerca de la experiencia histórica de los Consejos de Trabajadores en las revoluciones rusa, alemana o durante la revolución italiana que tuvo lugar en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial. Nelson recordó las palabras del revolucionario italiano Antonio Gramsci, uno de los dirigentes del movimiento de Consejos Obreros surgido en la ciudad industrial de Turín, acerca de esta experiencia de gestión de las empresas por los trabajadores: ”…la palabra nueva es, desde este punto de vista, investigar la organización de la fábrica como instrumento de producción para encontrar en ella, en el obrero como productor, como creador y no como simple asalariado, el germen del futuro estado, de la democracia nueva”.Nelson hizo un recorrido por los principales problemas que se les han presentado a los trabajadores de Inveval en estos dos años de gestión de la empresa, así como a otros trabajadores de empresas recuperadas, y explicó cómo los han ido afrontando. En particular se detuvo en el salto cualitativo que ha supuesto en Inveval la organización del Consejo de Fábrica y el reparto de las taras de gestión de la empresa entre los propios trabajadores de la misma: “Discutimos con los camaradas de la Corriente Marxista Revolucionaria (CMR), que nos han estado apoyando desde antes de la expropiación, y entre el conjunto de los trabajadores en asamblea, realizamos cursos de formación, profundizamos en distintas experiencias revolucionarias, y llegamos a la conclusión de que el mejor modo de funcionar era organizar un Consejo de Fábrica muy amplio, elegido y revocable por la Asamblea de Trabajadores, que es la máxima autoridad. El Consejo consta de voceros elegidos por cada departamento y otros que fueron trabajadores que se postularon directamente en la asamblea y fueron ratificados por ésta”.
“Dentro del Consejo de Fábrica, compuesto por 32 personas, hemos creado varias comisiones: Finanzas y administración, Contraloría y Seguimiento, Disciplina, Comisión Técnica, etc. Cada una de estas comisiones se encarga de distintos aspectos: diseño de las válvulas (Inveval produce válvulas para la industria petrolera), seguir su fabricación, control de calidad, comercialización, etc. Cada Comisión trae el trabajo realizado, sus propuestas, etc. al Consejo.”
“Ahí estamos haciendo realidad las palabras de Gramsci”, explicó Nelson. “El obrero no es ya un sujeto pasivo de la producción, no es el obrero que viene a cobrar cada quincena, sino que participa en todas las áreas de la empresa como creador y productor. Los ingenieros y encargados no son un látigo para los trabajadores sino una parte más del colectivo. Esto es lo más democrático. Es lo que permite ir hacia la democratización de los saberes y construir la democracia obrera”.
Extender la ocupación de empresas y expropiar a los capitalistas
Una conclusión del debate compartida por todos los asistentes fue la de que este modelo no puede funcionar y mantenerse si queda aislado en una fábrica. El control obrero en una o varias empresas sólo puede ser un paso hacia la gestión del conjunto de la economía y de la sociedad por parte de los trabajadores y hacia la construcción de un estado obrero revolucionario. Concluía Nelson: “Como explicaba Gramsci estos Consejos deben vincularse con los Comités Campesinos, los Consejos Comunales, etc. para convertirse en la base del nuevo estado revolucionario que queremos construir. Sólo esto puede acabar con el saboteo de los capitalistas, con el burocratismo, la corrupción, etc”.En este sentido los trabajadores de Inveval han impulsado el FRETECO, han organizado actividades con las comunidades cercanas, y está planteando a los camaradas de Sanitarios Maracay participar camaradas de cada Comité o consejo de Fábrica en el de la otra empresa para intercambiar experiencias.
“Esto debe extenderse a todas las empresas y no esperar a que la Comisión de Planificación de las empresas socialistas creada por el gobierno lo haga sino llevar nuestras propias propuestas y actuar, así como luchar por participar directamente los trabajadores en esa Comisión” propuso Nelson Rodríguez como colofón de su exposición.
Antonio Betancourt, también trabajador de Inveval, desarrolló el tema de la propiedad de las empresas e insistió en la necesidad de que ésta sea social y colectiva. “Si queremos ir hacia empresas socialistas debemos cuestionar la propiedad privada de los medios de producción. En la sociedad capitalista hasta las ideas se transforman en propiedad privada (patentes, etc.) y en un obstáculo al desarrollo de la sociedad: hay muchas ideas y proyectos que no se pueden poner en práctica porque chocan con la propiedad privada de los medios de producción.”
Antonio explicó de manera breve y sencilla algunas ideas básicas de economía política marxista para explicar que la plusvalía del capitalista nace de la explotación del trabajador y que la propiedad privada de los medios de producción y la búsqueda del máximo beneficio privado lleva inevitablemente a la anarquía de la producción y las crisis económicas. “Frente a ello la sociedad socialista se basa en la planificación democrática para cubrir las necesidades sociales. Pero es imposible planificar mientras existan las trabas de unos individuos que poseen individualmente los medios de producción y sólo los ponen a funcionar si les interesa, para obtener un beneficio particular”.
“En ese sentido”, explicó Antonio,” los trabajadores de Inveval hemos planteado que la propiedad de la empresa debe ser 100% del estado y estar administrada por los trabajadores. Esto debería ser así en todas las empresas: Expropiar las grandes empresas, la banca y las tierras. Además, en la Comisión de Planificación deben participar voceros elegibles y revocables por los trabajadores.” De este modo, resumió Antonio, el gobierno revolucionario y los trabajadores podríamos gestionar, dirigir y planificar realmente la economía.
Sanitarios Maracay, Motatán, INAF, Tomatera Caigua…
En el debate entorno a las propuestas antes mencionadas surgieron interesantísimas cuestiones. Los camaradas de las distintas empresas explicaron sus experiencias así como los problemas a que se enfrentaban actualmente. El denominador común en todos los casos es el mismo: los problemas derivados de que estas empresas tomadas y/o recuperadas son una avanzadilla socialista en medio de una economía que sigue siendo capitalista y bajo un estado que, aunque recorrido por enormes contradicciones de clase, sigue siendo en esencia el viejo estado burgués. Problemas para acceder a materia prima y mantener viva la empresa en medio del cerco capitalista, problemas jurídicos derivados del mantenimiento de la legislación burguesa, choques con sectores de la burocracia estatal, son la moneda común. Como explicaba un camarada: “también hay una lucha dentro del estado entre funcionarios revolucionarios y una mayoría de burócratas que ni creen ni confían en que los trabajadores podamos gestionar las empresas y la sociedad”.El camarada Richard López, de INAF, presentó un informe de las reuniones de negociación que ha habido entre los voceros de cada empresa que participa en el FRETECO y la Comisión de atención ciudadana del Viceministerio de la Presidencia. Estas reuniones han servido para plantear -y en algunos casos ir resolviendo- precisamente algunos de esos conflictos con la legislación capitalista vigente o con la burocracia (obtención de materia prima, problemas jurídicos, financiación, comercialización, etc.) que enfrentaba cada empresa. Varios camaradas destacaron el paso adelante que, como consecuencia de las movilizaciones y organización del FRETECO, representaban esas reuniones y los avances conseguidos en ellas. También destacaron el trabajo de la camarada antes citada Marisabel Guzmán en dicha comisión. Al mismo tiempo, la conclusión central fue la necesidad de seguir luchando unificadamente, extender la ocupación y toma de empresas y luchar por una solución global que debe pasar necesariamente por la expropiación generalizada de los capitalistas.
Francisco Javier Méndez, de Motatán, denunció como no sólo los capitalistas sino a menudo funcionarios del estado suponen un obstáculo para el desarrollo del control obrero y las empresa socialistas. “A nosotros nos plantearon salario mínimo a todos. Además de eso se producían retrasos en el pago, e incluso en la llegada de materiales necesarios. Tuvimos que poner dinero de nuestro bolsillo para recuperar la empresa y que funcionase. Esto hacía que muchos camaradas no pudiesen soportar más esta situación. Si no se llega a dar la decisión del Presidente el 19 de junio de reconocernos toda una serie de derechos y prestaciones estaríamos peor que con el patrón capitalista”. Alexander Milanés explicó que el sindicato estuvo al frente de la recuperación de la empresa. “Vemos el sindicato como una vocería. Es el instrumento legal que nos permitía dar la lucha”.
Yajaira Soler, de INAF, explicó como el intento de cogestión con el patrón se saldó con el saboteo permanente de éste, lo que llevó a los trabajadores a tener que tomar la empresa y gestionarla ellos mismos. “Empezamos sin nada, con 500.000 Bs puestos por un trabajador y hoy mantenemos la producción y la cartera de clientes, la empresa la dirigimos los propios trabajadores y demandamos la estatización bajo control obrero. Solos nunca hubiéramos podido dar a conocer nuestra lucha y avanzar, pero junto al resto de camaradas del FRETECO hemos logrado esto”.
Varios trabajadores de Sanitarios Maracay explicaron como la empresa lleva varios meses funcionando bajo control obrero y demandando la estatización. Edgar Correa explicó que “Nuestra lucha es por que la empresa sea estatizada, que el gobierno se la quite a este patrón y la empresa sirva para satisfacer las necesidades sociales”. Marcos Suárez, destacó la importancia de superar el modelo basado en las cooperativas y luchar por la estatización bajo control obrero: “El estado debe tener la propiedad de las empresas para que no se meta la visión capitalista en la conciencia de los trabajadores, eso es lo que pasa con las cooperativas, como han explicado los camaradas de Inveval. Debemos formar un hombre nuevo, socialista”.
Un camarada de INTEVEP se quejó de que “a los que planteamos crear Consejos de Trabajadores en PDVSA u otras empresa públicas se nos ataca y acusa de querer dividir”. Los camaradas del Frente Socialista de Electricidad de Caracas denunciaron la persecución que se dio durante años en la empresa y plantearon la necesidad de luchar por la depuración de los viejos gerentes capitalistas y la sustitución de la estructura capitalista de estas empresas ahora nacionalizadas por una estructura revolucionaria, socialista. Durante el debate, varios camaradas criticaron el hecho de que las Empresas de Producción Social (EPS), o proyectos como Fábrica Adentro, eran concebidos como empresas capitalistas, bajo el disfraz del llamado “socialismo de mercado” o de la economía mixta. “Es imposible una coexistencia entre empresas capitalistas y socialistas, como es imposible un acuerdo entre trabajadores y capitalistas. Es el acuerdo entre el caballo y el que lo monta.”
Campaña para extender la toma de fábricas y demandar su estatización bajo control obrero
Todos los participantes se mostraron de acuerdo con la necesidad de luchar por la estatización bajo control obrero de las empresas y el desarrollo de Consejos de Trabajadores para gestionar las mismas. Como consecuencia de ello, la conclusión más importante fue la necesidad de organizar la toma y ocupación de empresas por todo el país y extender las expropiaciones iniciadas en 2005 al conjunto de la economía. Como explicó Carlos Rodríguez, de la CMR, en su intervención: “No puede haber islas de socialismo. Una empresa aislada, aunque funcione bajo control obrero, tendrá muy difícil sobrevivir. Incluso si es expropiada por el estado pero eso se produce de modo aislado estará sometida a la presión de la burocracia estatal, que –como ha dicho el presidente Chávez- es uno de los legados del capitalismo. Las empresas socialistas sólo podrán sobrevivir si la toma, ocupación y expropiación de empresas se extiende a toda la economía.”
Los sindicatos clasistas, la UNT, deben ponerse al frente y junto al FRETECO organizar la toma y ocupación de empresas en todo el país y demandar al gobierno su expropiación. El FRETECO debe organizar una campaña nacional en ese sentido”
Esta propuesta fue acogida con entusiasmo por todos los asistentes. La reunión finalizó con la aprobación de todas las propuestas comentadas recogidas en el documento “El FRETECO y la empresa socialista” y la elaboración de una carta del FRETECO solicitando una reunión con la Ministra del poder Popular para la Industria Ligera y el Comercio (MILCO), María Cristina Iglesias, para presentarle estas propuestas y debatir cómo los trabajadores de las empresas ocupadas y recuperadas pueden apoyar el proceso de construcción de las empresas socialistas. Finalmente se eligió a los voceros de cada una de las empresas que participarán en la Coordinación del FRETECO.
Los participantes en la reunión firmaron al final de la misma sendas resoluciones en apoyo a los trabajadores de la empresa bajo control obrero CIPLA en Brasil, recientemente intervenida por la Policía Federal brasileña siguiendo las órdenes del gobierno Lula, así como en solidaridad con los sindicalistas de Asturias (Estado español) Cándido González Carnero y Juan Manuel Martínez Morala, que han sido injustamente encarcelados por tres años por defender el empleo y oponerse a los planes de los especuladores capitalistas para cerrar el astillero Naval Gijón.