El EZLN y la construcción de una alternativa de izquierda

“Para un revolucionario no basta con tener ideas correctas. No olvidemos que El Capital y el Manifiesto comunista ya establecieron ideas correctas, sin que ello impidiera la propagación de ideas falsas. La tarea del partido revolucionario consiste en fundir esas ideas correctas con el movimiento obrero de masas. Sólo de este modo pueden las ideas transformarse en fuerzas motrices”. León Trotsky.

MarcosSubcomandante MarcosEn el mes de diciembre miles de indígenas integrantes de las bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), se movilizaron en los municipios de Ocosingo, San Cristóbal de las Casas, Palenque, Altamirano y Las Margaritas; el mismo día de la movilización, la Comandancia General del EZLN, por medio del subcomandante Marcos, emitió un comunicado breve con el siguiente mensaje:

¿Escucharon?

Es el sonido de su mundo derrumbándose.

Es el del nuestro resurgiendo.

El día que fue el día, era noche.

Y noche será el día que será el día.

El 30 de diciembre el EZLN emitió otro comunicado, en el cual, hace un pequeño balance de los avances de las comunidades zapatistas, en los aspectos de salud, vivienda, educación, y en el terreno de conquistas sociales para la mujer. Señalan que todo esto lo han conseguido sin el gobierno, lo que llaman la “clase política” y los medios masivos de comunicación. El comunicado explica que en los próximos meses reiniciarán el contacto con la Convención Nacional Indígena y los adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona a nivel nacional e internacional, con el objetivo de construir una alternativa no institucional de izquierda.

No es nuestro objetivo calificar toda la trayectoria del EZLN, nos centraremos prácticamente en la última década, desde el nacimiento de las Juntas de Buen Gobierno y los Caracoles, en el año 2003, pasando por la experiencia política de La Otra Campaña a partir de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.

Festejamos los datos que el Subcomandante Marcos deja entrever en los últimos comunicados, señala que el nivel de vida en los municipios autónomos se ha elevado, producto del esfuerzo propio y el sacrificio de los habitantes de esa zona de Chiapas; las bases de apoyo del EZLN han resistido a lo largo de estos años todo tipo de agresiones y hostigamiento político, militar y económico por parte de los gobiernos en turno y diversos grupos de paramilitares, aún a pesar de eso, mantienen su apoyo al proyecto de los municipios autónomos.

El “mandar obedeciendo” se intenta aplicar en los municipios zapatistas, en el cual las autoridades son electas para administrar el municipio sin privilegio alguno, su objetivo principal es el de servir a la población, sin salarios ostentosos, ni privilegios monetarios y sus decisiones responden a los intereses mayoritarios de la comunidad. Aunque hay pocos informes del funcionamiento de los municipios zapatistas, reconocemos que este tipo de administración es superior o debe de ser superior a la forma de gobierno ostentosa, cara y en ocasiones inservible para la mayoría de la población que habitamos en todos los municipios del país. Todo esto sin duda se ha logrado sin la intervención de los partidos políticos, de los 3 niveles de gobierno y de los medios de comunicación. Como ellos señalan, todo ha sido producto del esfuerzo y sacrificio de miles de campesinos e indígenas en las comunidades zapatistas.

Los procesos de autonomía y autogobierno se han desarrollado mayoritariamente en comunidades campesinas, los cuales han sido producto de un proyecto político como es el caso de las comunidades zapatistas, o producto de una necesidad de autodefensa ante la extensión del crimen organizado y la incapacidad del Estado burgués de otorgar la mínima seguridad a la población, como es el caso de las experiencias recientes de comunidades de Michoacán y Guerrero, donde la población se ha armado, se ha expulsado a la autoridad municipal, se detuvo a los delincuentes, se han hecho cargo de la seguridad y algunos aspectos administrativos en sus comunidades para luchar contra la delincuencia y la violencia hacia la población. Estas experiencias son importantes, debemos estudiarlas, apoyarlas para que se profundicen. Una de las lecciones más importantes es que no necesitamos de pesados aparatos burocráticos, costosos y ostentosos para gobernarnos y estas funciones las pueden llevar acabo personas comunes y corrientes como campesinos u obreros, sin separarse de las condiciones de vida de la población, mediante privilegios salariales y de poder, como ocurre actualmente en el tipo de “democracia” que se desarrolla en la mayor parte del país.

Sin embargo para la construcción de una alternativa de izquierda a nivel nacional e incluso internacional, debemos superar los límites de las comunidades autónomas o autogobernadas, que siguen siendo una minoría en el país, para luchar contra el sistema capitalista que condena a la miseria y a la explotación de la mayoría de la población, y a partir del cual se imponen regimenes políticos que atienden los intereses de la minoría privilegiada; ofrecer, organizar y aglutinar a la mayoría de los oprimidos en una alternativa política para luchar contra el capitalismo.

Y en este aspecto, debemos señalar que la opción política planteada hacia fuera de las comunidades zapatistas por parte de la dirección del EZLN y en particular por el Subcomandante Marcos, ha adolecido de claridad para relacionarse con el movimiento social y popular, para entender la dinámica de la toma de conciencia de la población oprimida y explotada en nuestro país y en comprender la expresión política que adoptan algunas movilizaciones en la búsqueda de alternativas contra el régimen y el sistema.  

La Sexta Declaración de la Selva Lacandona y la iniciativa de la Otra Campaña en los años 2005 y 2006, contaron con cerca de 10 mil adherentes a nivel nacional y un poco más de mil a nivel internacional, hasta la fecha entendemos que esas cifras se mantienen. Sin embargo ha habido procesos de movilización política que se han desarrollado del 2006 a la fecha, que han sido masivos, multitudinarios y que han cambiado en parte el escenario político en general y de la izquierda en particular, nos referimos a la conformación del movimiento de masas en torno a la figura de Andrés Manuel López Obrador: el Movimiento Regeneración Nacional, el cual si queremos construir una alternativa seria de lucha contra el régimen y el capitalismo no lo podemos soslayar.

Durante el año 2006, millones de personas se preparaban para derrotar al régimen del PRI-PAN en las urnas, sin embargo los adherentes de la otra campaña dirigieron un manifiesto a la nación, , en el cual mantenían una postura abstencionista, bajo la visión de que todos los candidatos presidenciales representaban lo mismo. Millones de personas honestas, del pueblo, trabajadores y gente humilde se orientaron a derrotar en el proceso electoral al entonces candidato oficial de la oligarquía y la burguesía mexicana: Felipe Calderón, y ante el masivo fraude electoral, millones se lanzaron a la calle a luchar. Podemos estar de acuerdo o no en los métodos utilizados en la lucha contra el fraude electoral durante el 2006, sin embargo tenemos que reconocer que se trató de un movimiento popular genuino, que lanzó a la lucha y a la participación política por primera vez a cientos de miles de personas bajo la bandera de la izquierda, que cimbró y modificó el escenario político nacional.

En la lucha contra el fraude electoral se concentraban décadas de agravios, ataques a las condiciones de vida hacia el pueblo y la clase trabajadora, la falta de oportunidades y alternativas hacia la juventud, miles de personas de abajo estaban decididas a una enfrentamiento abierto con el régimen, no estaban dispuestas a tolerar seis años mas de gobiernos serviles a la oligarquía y la burguesía, su instinto resultó ser correcto, el sexenio de Calderón fue una pesadilla para el pueblo mexicano. Al no llevar la lucha contra el fraude hasta las últimas consecuencias y evitar la imposición, vivimos seis años de violencia unilateral del Estado y el crimen organizado hacia el pueblo mexicano.

En el reciente proceso electoral la burguesía optó por perfilar y promover millonariamente a Enrique Peña Nieto. Para lograr su triunfo se implementó todo tipo de estrategias, prácticamente un puñado de políticos, empresarios y banqueros compraron la elección presidencial con la finalidad de mantener sus privilegios con un presidente y un régimen dócil y afín a sus intereses. El costó político que pagaron fue el surgimiento de un gran movimiento juvenil en contra de la imposición. El Movimiento Regeneración Nacional se mantuvo en el marco de la legalidad para impugnar la elección y toda su fuerza la canalizó en la conformación de un nuevo partido político de izquierda.

La reconfiguración política que causó las movilizaciones populares de 2006 a la fecha, ha ocasionado la ruptura de los partidos de la izquierda, la conformación del Morena no la debemos ver en términos formales, o bajo los argumentos de “son lo mismo”, la base social del Morena ha aprendido de la lucha contra los fraudes electorales y de la lucha contra otra vertiente: la izquierda adaptada o cooptada por el régimen, la cual está fielmente representada por el grupo que controla actualmente el PRD.

Por lo cual, si queremos seriamente la construcción de una alternativa de izquierda, no debemos hacer una división artificial, como lo ha hecho en gran medida el Subcomandante Marcos, entre la izquierda que participa en las elecciones o como él la llama “la izquierda institucional” y la izquierda anticapitalista, revolucionaria o que hace otra forma de política.

Millones se han movilizado en torno a los procesos electorales, un sector de ellos ha sacado la conclusión del tipo de democracia que la burguesía mexicana ofrece, dentro de los marcos del capitalismo: todo es democrático, siempre y cuando se cuadren ante sus designios e intereses, cuando la mayoría de la población se manifiesta por un rumbo diferente al que ellos han trazado, incluso por la vía electoral y las reglas que ellos marcan, no dudan en violar las leyes propias de la democracia que ellos pregonan, ya lo hemos comprobado en tres ocasiones: 1988, 2006 y 2012.  La cuestión es, si un sector de la izquierda que se define anticapitalista y radical que se aglutina en torno a la Sexta Declaración, se aísla y soslaya estos procesos.

El mantener una postura abstencionista en estos momentos representa mantenerte alejado de los procesos políticos generales y de la toma de conciencia de un sector importante de los trabajadores y el movimiento popular, por su puesto sabemos de las limitantes de la democracia en el marco del capitalismo, pero en este mismo proceso debemos participar para denunciar eso mismo, incluso la postura abstencionista no necesariamente quiere decir que sea revolucionaria, el caso concreto es el de Javier Sicilia, quién también declaró en el reciente proceso electoral que “todos eran iguales”, y eso no le ha impedido elogiar algunas políticas y leyes que ha implementado Enrique Peña Nieto.

La construcción de esa alternativa de izquierda no solamente debe priorizar un programa, el cual es muy importante. El programa de Morena, sin duda pugna por una serie de reformas dentro del marco del capitalismo, aspira a un desarrollo económico independiente en la fase imperialista del sistema, ofrece al empresario hacer negocios bajo la libre competencia, ofrece al trabajador y al pueblo en general un sistema de bienestar que garantice elevar su nivel de vida, sin duda apoyamos cualquier tipo de reforma en beneficio del pueblo y de los trabajadores, pero debemos señalar que en la etapa actual del capitalismo, la libre competencia y el Estado de Bienestar han pasado a la historia; sin embargo, debemos reconocer que Morena es un movimiento en construcción al igual que lo es su programa. Los procesos revolucionarios en Latinoamérica son aleccionadores en este aspecto; movimientos y gobiernos que comenzaron con un programa limitado a reformas en el marco del capitalismo, han trascendido y se han enfrentado abiertamente con la burguesía criolla e imperialista.

Los adherentes a la sexta Declaración se declaran anticapitalista, sin embargo carecen de las bases que conforman el Movimiento Regeneración Nacional, a excepción de los municipios autónomos en Chiapas. Si queremos en realidad construir una alternativa seria de izquierda y anticapitalista, debemos pugnar por atraer a quienes hacen los cambios: las masas populares, quienes, lo aceptemos o no son el  sector consciente mayoritario que se ha organizado en el Morena.

Es necesario tender puentes, luchar por un frente común de lucha contra el régimen, entre los movimientos opositores que se consideran de izquierda, el EZLN, Morena, el movimiento estudiantil y por supuesto los sectores clasistas y combativos de los sindicatos. En el proceso podemos discutir qué programa y qué métodos son los más correctos para el movimiento y la izquierda; eso se hará luchando hombro a hombro con los integrantes de los movimientos y organizaciones de masas, respetando los procesos organizativos, sin esconder banderas, presentarnos como lo que somos anticapitalistas, revolucionarios y socialistas, sin presentar ultimátums como: “Ellos no nos necesitan para  fracasar, nosotros no los necesitamos para sobrevivir”, si es que en verdad queremos construir algo funcional y no aislarnos de los que hacen las transformaciones sociales: las masas populares.

Una alternativa de izquierda, consecuente en el marco de la crisis más seria del capitalismo desde la década de los treintas, en el marco nacional de un gobierno servil a los intereses de la burguesía y el imperialismo, sólo puede nacer bajo un programa claro, que luche contra el capitalismo, pero que esté inmerso en el movimiento de masas, entendiendo sus peculiaridades y procesos.

Source: La Izquierda Socialista (Mexico)

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