Ecuador: Ley Humanitaria de Lenín Moreno es un paquetazo contra la clase trabajadora

Image: CortelDH, Flickr

El 15 de mayo la Asamblea Nacional del Ecuador aprobó una mal llamada “Ley Humanitaria” que hace recaer todo el peso de la crisis económica y la crisis del coronavirus sobre la clase trabajadora. Esto ha llevado ya a protestas de trabajadores y estudiantes (que mantuvieron medidas de seguridad ante la pandemia) en las calles de las ciudades de todo el país el 18 y el 19 de mayo. Publicamos aquí dos artículos, uno de la compañera Sara Mondragón de la Corriente Marxista Internacional, sobre la crisis en Ecuador y la alternativa necesaria, y una contribución que hemos recibido del compañero Dax Toscano desde Quito sobre la figura de Lenín Moreno y su responsabilidad.

Ecuador: Política de recortes del gobierno provoca protestas a pesar de la pandemia. Es hora de organizarnos!

Ecuador es uno de los países latino americanos mas golpeados por la pandemia de covid-19. Un análisis del New York Times sugiere que el número de muertes en el Ecuador es 15 veces mayor que su recuento oficial de muertes por coronavirus, lo que pone de relieve el daño que el virus puede hacer en los países capitalistas dominados.

El gobierno se ha encargado de manera virulenta de agudizar los estragos de la pandemia en todo el país. Desde despidos masivos, baja de salarios, pequeños negocios en banca rota, trabajadores informales marginados, campesinos que no pueden comercializar sus productos, corrupción, sobreprecios y un sistema de salud completamente colapsado forman parte de una realidad auto-inducida por un gobierno lacayo y servidor al FMI.

Antes de que la pandemia llegara al país, la economía ya estaba en recesión. Para cuando la pandemia haya recorrido su curso en el Ecuador, se estima que el PIB disminuirá por lo menos otros 7 u 8 puntos porcentuales. A esto se suma el colapso internacional de los precios del petróleo creando un déficit aún mayor del esperado y el hecho de que el petróleo es el mayor producto básico de exportación del Ecuador.

La cifra de decesos confirmados por COVID-19 ascendió este domingo a 2.736, mientras que la de muertes probables por esa enfermedad totaliza 1.654 en Ecuador, donde los contagiados llegaron a 33.182, según los datos oficiales. Hasta el momento se han tomado 95.047 muestras para el coronavirus SARS-CoV-2 entre PCR y pruebas rápidas.

La insurrección de Octubre fue una lucha sin descanso pero con poco efecto, ya que con excusa de la pandemia, el gobierno intenta eliminar los subsidios por los cuales peleamos alegando que es una medida necesaria por la caída de los precios del petróleo. Tienen la osadía de jugar así con nosotros. Prohibido Olvidar, las cuentas se tienen que zanjar de una vez por todas.

Se calcula que al final de la pandemia, 508.000 personas pedirán seguro de desempleo por cierre de empresas. No solo tenemos víctimas por coronavirus también tenemos víctimas del capitalismo. La nación ya presentaba una tasa de subempleo y desempleo del 24.6 por ciento en diciembre de 2019. El país tiene 17.5 millones de habitantes y cerca de 8.5 millones son económicamente activos, pero no todos producen ni reciben un salario formal. Se calcula que cerca de 50.000 trabajadores han sido cesados en sus funciones y están en casa sin salario, ni indemnización por despido. El Ministerio de Finanzas, estima que 233.000 personas van a quedar en la informalidad debido a la crisis.

El año pasado se redujeron millones del presupuesto a la inversión social, incluida la salud pública; hoy, el gobierno cataloga hipócritamente como “héroes” al personal sanitario del país. Ningún doctor, ninguna enfermera decidió esa carrera para luego ser un mártir. Ellos no quieren morir, quieren ejercer su trabajo con dignidad y no tener que sacrificar su vida haciéndolo. Mientras tanto el gobierno no invierte el dinero suficiente para atender la emergencia sanitaria ocasionada por el Covid19, priorizando el  pago de la deuda externa, antes que utilizar esos recursos en insumos médicos para atender a la población afectada por la pandemia.

En Marzo, el gobierno pagó USD 791,2 millones en Servicio de Deuda Externa y no USD 324 millones como se había dicho en un principio. El Banco Central del Ecuador (BCE) publicó el informe de Gestión de la Liquidez del Sistema Financiero de marzo 2020. El 23 de marzo, el ministro de Finanzas anunció que se iba a pagar 324 millones de dólares a los tenedores de bonos 2020 para acceder a un financiamiento inmediato de USD 2000 millones de dólares a través de organismos multilaterales. Esta medida fue cuestionada por varios expertos, que recalcaron que no era necesario realizar este pago, si el financiamiento para Ecuador iba a llegar de organismos multilaterales. Ademas, se cancelaron 17 millones de dólares adicionales en intereses a los tenedores de estos papeles.

El sobreprecio y corrupción han sido las banderas de este gobierno en la crisis. La coordinación de la zona del Cantón Milagro, anunciaba que se había dotado de equipos de protección al personal médico, pero al dia siguiente, los profesionales de la salud realizaron un plantón en los exteriores del hospital en el que desmintieron haber recibido estos equipos y además denunciaron que los reactivos para detectar COVID-19, que fueron entregados, eran destinados y utilizados exclusivamente por los directivos del hospital y sus familiares.

La mayoría de personas que han asistido al Hospital León Becerra, han solicitado atención por problemas respiratorios, sin embargo no han sido recibidos y tan solo les recomiendan seguir el protocolo, que consiste en llamar, al 171, la línea habilitada por el gobierno nacional para recibir telemedicina. Y solo se les ha dado la recomendación de volver a llamar cuando tengan una crisis respiratoria, porque “al parecer su cuadro no es grave”.

La mayoría de fallecimientos en este hospital se han dado por “neumonía atípica” y no se han confirmado si esos decesos fueron por COVID-19. Estas cifras no han sido esclarecidas por el Hospital, ni por las autoridades nacionales de salud.

Este mismo hospital también estuvo envuelto en un negociado con funerarias de Milagro. Cuando un paciente del Hospital ingresó por diabetes y falleció por un paro cardíaco, provocado por la misma enfermedad, su familia recibió un parte médico en el que se decía que el fallecimiento era por COVID-19 y le dijeron que solo tres funerarias en Milagro atendían ese tipo de fallecimientos. Estas funerarias les habrían cobrado 1700 dólares por un ataúd.

Este no es el único caso de corrupción por parte de administraciones, El Hospital Los Ceibos (IESS) en Guayaquil adquirió, por medio del Sistema de Compras Públicas, 4.000 bolsas para cadáveres antifluidos a USD 148,50, lo que da un valor total de USD 594 mil. Sin embargo, el precio de estas bolsas en el mercado van entre los USD 3,80 a 12,80. Es decir que existe un sobreprecio de USD 135,70 por cada bolsa. También anunció la compra de 4000 bolsas para cadáveres a un costo de $148 cada una, cuando en el mercado los precios rondaban los $12.

El 31 de marzo se dio a conocer sobre otra denuncia en contra de altos funcionarios del IESS. El alto precio de las mascarillas N95, que en el mercado normalmente pueden encontrarse en USD 3,90 y que para el contrato con el IESS costaban USD 12 por unidad. El contrato superaba los 10 millones de dólares. Se pretendía adquirir 130.000 mascarillas y otros insumos. También se investiga la red que cobraba por entregar cadáveres en Guayaquil, la red, integrada por funcionarios o empleados de varios hospitales, se dedicaba a pedir dinero a los familiares de los difuntos a cambio de la entrega de los cadáveres.

Más casos de corrupción son denunciados cada semana, la burguesía y sus fieles sabuesos nos apuñalan sabiendo que nosotros por la pandemia no podemos salir a la calle. Muchos se siguen enriqueciendo y utilizando al Estado como aparato de acumulación. Es indispensable comprender que los casos de corrupción son inherentes al Estado burgués y por eso hay que combatir al problema de raíz.

En el marco de pandemia por el coronavirus Moreno está impulsando un plan de ajuste económico. El mismo contemplaba recortar casi 100 millones de dólares al presupuesto universitario en 32 universidades públicas. Esto supondría que 300.000 estudiantes, y 17.000 docentes contratados se verán afectados. Se trata de ir disminuyendo el presupuesto del Estado a condiciones dramáticas, que no se llegaron a ver ni en los 90. La FDEPE aseveró que “la Universidad Central (UC) despediría al 33 por ciento de la planta docente”, representado en “800 profesores por contrato, que imparten más de 10.000 horas de clase”.

Esto provocó la indignación por parte miles de estudiantes universitarios, los cuales plantaron cara para rechazar los recortes a la educación anunciados por el Gobierno de Lenín Moreno. En medio de las protestas sucedieron enfrentamientos entre los oficiales del Gobierno y los estudiantes que se dieron cita en la Universidad Central. La Corte Constitucional (CC) de Ecuador puso freno a los recortes en la educación que pretendía llevar adelante el presidente Lenín Moreno. Estamos yendo hacia una privatización de la educación pública. Con estas medidas sólo resulta favorecido el sector privado.

El “gobierno de todos” ignora las necesidades cotidianas de su población: la alimentación, el pago de arriendos, la educación, etc. Si bien es cierto que esta pandemia no discrimina clases sociales, los sectores populares son quienes más sufren las consecuencias de la crisis económica, sanitaria y política. Esto también es lucha de clases.

El gobierno de Lenin Moreno y las cámaras han pretendido convencernos sobre la necesidad de la unidad entre ricos y pobres. Setenta y cuatro asambleístas de las bancadas de la derecha representantes de los grandes empresarios y banqueros esperaron la oportunidad de oro para sacar el mayor beneficio posible de la actual crisis y se les presentó esta oportunidad con esta “inhumana” ley humanitaria, para aplicar su política anti obrera acordada con el FMI y el gobierno. Mediante la cual, buscan minar la organización y la unidad de los trabajadores para afectarlos en sus derechos; legalizar los despidos sin indemnización; rebajar los salarios; establecer nuevas formas de contratación laboral; eliminación de las utilidades, y que las empresas que estén pasando por crisis económicas puedan despedir a los trabajadores por tres meses y luego volverlos a contratar solo por tres meses más. En otras palabras, la oportunidad sin mayor escándalo para arrebatarles a los trabajadores, las conquistas alcanzadas con mucho esfuerzo, en medio de la unidad, organización y lucha. Lo sucedido en la Asamblea Nacional en la noche del 15 de mayo, no será olvidado facilmente por los trabajadores y los pueblos del Ecuador.

Derivado de todos los problemas acumulados, un grupo de organizaciones sociales ecuatorianas, centros de investigación, intelectuales y ciudadanos preocupados han formado una 'Alianza de Unidad por la Vida'. Y han lanzado un manifiesto el Primero de Mayo publicado por más de 100 organizaciones ecuatorianas, incluyendo la Federación de Indígenas Ecuatorianos (FEI) y otras comunidades de transporte, agricultura e indígenas, exigiendo la renuncia del gobierno Moreno.

Las exigencias de esta alianza son: Declaración de una crisis humanitaria en todo el territorio nacional del Ecuador. Suspensión del pago de la deuda externa. Rechazo a cualquier intento de eliminar los subsidios, despedir o rebajar los salarios de los trabajadores y nacionalizar las centrales hidroeléctricas, las refinerías y las minas. Se exige la renuncia de todo el gobierno de Lenin Moreno y del Vicepresidente Otto Sonnenholzner y que la Asamblea Nacional instale un gobierno de salvación nacional.

Todas las reivindicaciones que se plantean son correctas y una buena plataforma para unificar la lucha. Pero si se nos permite, la conclusión final es confusa. Se plantea la renuncia de todo el gobierno, identificando claramente que es el responsable de todas estas medidas, pero a la pregunta de ¿quién lo va a reemplazar? se propone un “gobierno de salvación nacional”. Bien, pero ¿quién compone ese gobierno? ¿Se está proponiendo un gobierno salido de la actual Asamblea Nacional? Esta se compone en su mayoría de partidos leales a los intereses de la oligarquía capitalista que es responsable del actual desastre.

Lo que debemos proponer en lugar de eso, es un gobierno de los trabajadores, que seamos los que producimos toda la riqueza los que gobernemos el país. En la insurrección de Octubre se planteó claramente la cuestión del poder, de un lado el gobierno de Lenín Moreno y toda la oligarquía capitalista (y detrás de ellos el imperialismo de EEUU), del otro los trabajadores, la juventud, los pueblos indígenas, los campesinos, es decir, el pueblo trabajador. En ese momento se propuso que fuera la Asamblea de los Pueblos la que tomara el poder. Esa situación de doble poder (el poder de la calle movilizada contra el poder del gobierno y las instituciones burguesas) se resolvió finalmente a favor de Lenín Moreno, por el pacto de la dirección de la CONAIE firmó.

Es necesario aprender las lecciones de los últimos 20 años de revueltas e insurrecciones. Cada vez que el pueblo en las calles tumbaba a un gobierno, subía otro que terminaba por aplicar las mismas políticas o políticas muy parecidas. No se trata solo de cambiar de gobierno, sino de cambiar de sistema. Es el capitalismo en crisis el responsable de los ataques a la clase trabajadora. Es hora de ponerle fin y luchar por un sistema basado en la propiedad colectiva de los medios de producción, las fábricas, los recursos naturales, la tierra, y su administración democrática por parte de los trabajadores y los campesinos en beneficio de la mayoría.

Por eso pensamos que la consigna de “gobierno de unidad nacional” puede llevar a la confusión. ¿La unidad de quién con quién? ¿La unidad con del pueblo con la oligarquía? Imposible conciliar intereses opuestos. La unidad que hace falta es la unidad del pueblo trabajador, de obreros y campesinos para que de una vez por todas gobernemos los de abajo. ¡Por un gobierno de los trabajadores!

Nuestra tarea ahora es impulsar las tareas otorgadas por la historia. No ceder ante la conciliación de clase, luchar por una economía planificada, salvaguardar la vida del país nacionalizando el sector de la salud, las grandes industrias, no pagar la deuda externa.Y un plan de contingencia real, diseñado en base a las necesidad de la clase obrera.

Aunque la pandemia del coronavirus es global y está afectando la salud de todos, independientemente de la clase a la que uno pertenece o su ideología, los empresarios exigen que no pare la producción, que de ninguna manera se pare la reproducción y multiplicación de sus beneficios. Y aunque podemos criticar el egoísmo, la falta de escrúpulos, incluso la miseria de estas exigencias, tenemos que ir más allá y criticar la base de estas: la propiedad privada de los medios de producción, es decir, el hecho de que hay apenas un porcentaje muy pequeño de la población que controla y por tanto domina la economía a escala mundial.

A los trabajadores no nos queda otro camino más que organizarse y elevar su comprensión sobre la naturaleza del gobierno y de los empresarios, defensores del actual sistema capitalista que mientras ellos continúen en el poder no habrá posibilidades de desarrollo económico, libertad y justicia para los pueblos. Ahora mas que nunca es hora de organizarnos. Solo una clase obrera organizada puede tomar las riendas de su destino. No se mueve nada sin nuestro permiso. Empezando por tu barrio, tus vecinos, instala asambleas barriales y empiecen a discutir las propuestas señaladas.

Abajo el gobierno de Lenín Moreno, abajo la oligarquía capitalista, abajo el imperialismo.

Por un gobierno de los trabajadores, todo el poder a la Asamblea del Pueblo Trabajador.

Sara Mondragón de la Corriente Marxista Internacional


Lenín Moreno: la ruindad de un gobernante

Lenín Moreno pasará a la historia como el peor gobernante que ha tenido el Ecuador, no solo por su incapacidad manifiesta para resolver los problemas acuciantes de la mayoría de la población, sino por haber destruido, en pocos años, un proyecto de país que empezó a construirse durante el mandato del presidente Rafael Correa.

Lasso no pudo haberlo hecho mejor. Moreno traicionó el programa con el cual se presentó para ser electo como presidente, aunque la realidad demuestra que realmente se trata de un elemento infiltrado al servicio de la oligarquía y de los intereses de EEUU.

La administración estadounidense respalda a Moreno que, desde un primer instante, se convirtió en uno de los principales aliados de EEUU. Trump ha expresado su satisfacción ante la política entreguista del mandatario ecuatoriano que ha posibilitado la presencia de personal de inteligencia y militar estadounidense en el país, el establecimiento de una base militar nenúfar en Galápagos, con el pretexto de combatir al narcotráfico, cuando su objetivo es el control geoestratégico de la región y la vigilancia y persecución de la insurgencia colombiana.

EEUU está complacido con el gobernante ecuatoriano, puesto que este ha sido uno de los principales exponentes en los ataques contra el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y artífice de la destrucción de UNASUR y de la integración latinoamericana.

En compensación por los servicios prestados, la administración de Trump entregó 3,6 millones de dólares para la adquisición de armamento no letal para la Fuerza Terrestre, mientras 500 policías fueron a recibir entrenamiento en EEUU, todo ello a partir de las protestas de octubre de 2019. El ejército y la policía ecuatoriana, una vez más, quedan subordinadas a la doctrina militar del imperialismo y sus integrantes listos para reprimir al pueblo. Esa es la razón por la cual su presupuesto es intocable.

La visita de Mike Pence, vicepresidente de los EEUU, en junio de 2018, como la de Mike Pompeo, secretario de Estado de EEUU, en julio de 2019, al mandatario Lenín Moreno, así como el recibimiento en la Casa Blanca por parte de Donald Trump al presidente ecuatoriano, constituyen una muestra fehaciente del apoyo e importancia que Estados Unidos le da al gobierno ecuatoriano, instrumento de la política de Washington en América Latina. El Ecuador, de esta manera, volvió a convertirse en un Estado lacayo del imperialismo.

Cuando Moreno fue investido como presidente del país, inmediatamente marcó distancia con su antecesor, recalcando que su estilo no sería de confrontación, sino de conciliación y diálogo. Lo que se presentó como una actitud de madurez política con el propósito de lograr acuerdos para el bienestar de la nación, no fue más que una estratagema para lanzar, por parte de Moreno, un ataque brutal contra la figura del ex presidente Rafael Correa y la del vicepresidente electo, Jorge Glas, así como contra todas y todos aquellos identificados como seguidores del “correísmo”, término acuñado por la oposición al ex mandatario.

Lenín Moreno se reunió con la cúpula de la Iglesia Católica, siempre fiel servidora de la oligarquía ecuatoriana. De igual manera mantuvo un encuentro con los principales representantes de los medios de comunicación privados, todos ellos enemigos acérrimos del gobierno de Rafael Correa como Diego Oquendo y Gonzalo Rosero. También sostuvo una reunión con los representantes de la banca privada en la que burlescamente señaló que “a quienes estaba empezando a odiar era a los que votaron por él”.

Son estos sectores los que han respaldado a Moreno, así como las cámaras de empresarios y de la producción del país, quienes tienen a su representante en el gobierno a través de la figura del ministro de Finanzas, Richard Martínez.

No debemos olvidar, además, que Moreno, durante un largo tiempo, gozó del apoyo de organizaciones que, membretadas como de izquierda, han estado cercanas a la derecha, como el MPD-UP, Pachakutik y la misma CONAIE que se pronunciaron a favor de la consulta inconstitucional del 4 de febrero de 2018, en la que votaron “7 veces Sí”, posibilitando el triunfo de la propuesta del gobierno mediante la cual se dio paso a la destrucción de la institucionalidad estatal y jurídica del país, la imposición de autoridades al servicio de Moreno, como la fiscal Diana Salazar y la permanencia de otras como el contralor Pablo Celi.

En octubre 2019, cuando la lucha popular estaba en un momento decisivo, los dirigentes de la CONAIE terminaron pactando con el gobierno, al que salvaron del colapso, aceptando incluso el discurso estigmatizador y amenazante de Moreno contra una de las fuerzas que, en forma consecuente, se mantuvo en la lucha, lo que conllevó luego a la persecución de dirigentes políticos y populares como Paola Pabón, Virgilio Hernández y Christian González.

No hay que olvidar que el MPD-UP y Pachakutik rindieron homenaje a Julio César Trujillo, uno de los principales artífices de la consolidación del proyecto de dominación de Moreno. Tras la muerte de Trujillo, se le rindieron honores de Estado y se entregó a su viuda una condecoración pos mortem por los servicios prestados. Los medios de comunicación privados lo presentaron como un héroe de la Patria.

Lenín Moreno es un sujeto ruin. Su conducta es vergonzosa y su incapacidad es manifiesta, lo cual le lleva a expresarse con torpeza, casi como un bufón, mientras actúa con total cinismo y descaro, además de ser mentiroso y prepotente.

En la inauguración del año lectivo 2017-2018, del ciclo sierra-amazonia, ante un grupo de jóvenes estudiantes, Moreno dijo que de muchacho se disfrazaba para ir a ver películas porno en el cine Hollywood, mensaje bastante edificante para las y los estudiantes del país por parte de un mandatario. En otra ocasión expresó que en la noche se comía un arroz con huevo y que se iba a dormir tranquilo, mientras el país le importaba un bledo. En la ciudad de Guayaquil, en el mes de febrero de 2020, en una reunión con inversionistas, el mandatario sostuvo que las mujeres solo denuncian el acoso cuando los hombres son feos y que cuando están bien presentados no suelen pensar que lo sea.

Moreno mantiene una estrecha relación con Abdalá Bucaram, uno de sus principales aliados políticos. Rafael Correa denunció el pacto entre el presidente recién electo y el líder roldosista al que Moreno le entregó el manejo de la Corporación Nacional de Electricidad. El círculo de Bucaram también ha estado manejando los hospitales públicos en la ciudad de Guayaquil, donde se han detectado actos de corrupción.

Bucaram, según sus propias declaraciones, mantiene contacto permanente con María Paula Romo, la ministra de Gobierno de Lenín Moreno.

En 2008 Abdalá, en Radio Sucre, profirió insultos contra la asambleísta Marcela Aguiñaga, a quien calificó de “perra”. Romo, responsable de la violenta represión desatada contra el pueblo en el mes de octubre de 2019, al ser consultada sobre esas agresiones, dijo que “eso formaba parte del debate político”.

Esa es la gente que rodea a Moreno, personaje deshonesto, mediocre, cargado de odio y desprecio hacia el pueblo.

“No hay el texto”, refunfuñaba en octubre de 2019, rodeado de la cúpula militar, molesto por la respuesta que el pueblo le dio en las calles por el paquetazo económico que pretendió imponer en ese entonces. Con el auspicio de los medios de comunicación privados y los mercenarios de tinta y de micrófono, se dedicó a difundir un sinnúmero de mentiras a nivel nacional e internacional en relación a las protestas llevadas a cabo en el país.

En abril de 2018, tras el asesinato de los tres miembros del equipo periodístico de El Comercio por alias “Guacho”, Moreno fingió malestar, apareció compungido, para luego, en una actitud bufa, mostrarse duro para combatir a los “terroristas”. Lo cierto es que Lenín Moreno actuó en forma negligente, con total insensibilidad para salvar la vida los secuestrados, mientras engañaba y mentía a los familiares de las víctimas.

La mentira es una de las características principales del comportamiento de Moreno.

Pero, más allá de su personalidad, lo que lo convierte en un ser ruin es, fundamentalmente, su sometimiento a los designios del imperialismo, del FMI, de la banca privada y de los grandes grupos económicos que, bajo su gobierno, han visto protegidas sus fortunas.

Con la aprobación de la denominada Ley Humanitaria en la Asamblea Nacional, que contó con el respaldo, entre otros, de los asambleístas de CREO, la agrupación del banquero Lasso, se asestó un duro golpe a la clase trabajadora que, frente a los empleadores, a los dueños del capital, queda en absoluta indefensión, puesto que con su aplicación se posibilitarán más despidos, rebajas salariales y precarización de las condiciones laborales.

Por otro lado, el ataque contra las universidades públicas, mediante la disminución del presupuesto a dichas instituciones, demuestra la poca importancia que el gobierno de Moreno concede a la educación.

No han faltado los mercenarios de tinta y de micrófono, los pautados, como Luis Eduardo Vivanco, de La Posta, que se han hecho eco de esos ataques, mientras guardan silencio ante los negocios millonarios de los propietarios de universidades privadas, que tienen depósitos cuantiosos en paraísos fiscales. De igual manera permanecen callados frente a la evasión de impuestos por parte de los grandes grupos económicos del país, como la exportadora Bananera Noboa.

Los enemigos de la educación pública no se atreven tampoco a cuestionar los sueldos de la alta oficialidad policial y militar y, menos, a plantear una reducción del presupuesto de esas instituciones que se han imaginado a sí mismas como la columna vertebral del Estado ecuatoriano.

La pandemia ha sido un pretexto para concretar el proyecto neoliberal, privatizador de este gobierno, enemigo de las y los trabajadores.

Moreno, escondido en Carondelet, rodeado de pantallas de televisión, finge gobernar. El país está destrozado y la situación es tan crítica o peor a la que vivió Grecia en 2010 o Argentina en 2001 bajo el gobierno de Fernando de la Rua o durante el período presidencial de Mauricio Macri.

No es verdad que las medidas se hayan diseñado para enfrentar la crisis provocada por la pandemia. Falso. Estas medidas estaban proyectadas desde antes del desencadenamiento del COVID 19. Los voceros del neoliberalismo en el Ecuador como Alberto Dahik, Mauricio Pozo, Vicente Ordoñez, Alberto Acosta Burneo, las venían pregonando desde tiempo atrás: menos gasto público, disminución de la burocracia (despidos de empleados públicos), desaparición de empresas estatales, rebajas salariales.

Todo esto se ha concretado con la aprobación de la Ley Humanitaria, así como con las medidas dispuestas en cadena nacional emitida el 19 de mayo de 2020.

Moreno había pedido a la Asamblea, en días anteriores, que retire de la Ley Humanitaria todo lo referente a las contribuciones. Una vez aprobada, dispuso la rebaja de horas de trabajo y de salarios a los empleados públicos y docentes, con una disminución mayor a la establecida en la tabla que proponía se aplique inicialmente en la ley. Su actuación fue propia de un tramposo. Asimismo, no perdió la oportunidad para ordenar la desaparición de empresas públicas como los Ferrocarriles del Estado y la de los Medios Públicos.

A las empresas privadas, a la banca y a las personas con grandes capitales, no se les ha pedido ninguna contribución, por lo que será el pueblo el que tenga que cargar sobre sus espaldas con el peso de esta crisis.

Lenín Moreno es un corrupto, socapado durante todo este tiempo por los medios de comunicación y la fiscalía del país. Las denuncias hechas en relación al caso INA Papers no han sido investigadas por los órganos regulares competentes. Pero no solo es Moreno, es el gobierno todo: ya no han podido ocultar los sobreprecios en la compra de insumos médicos, de mascarillas, de fundas para cadáveres y kits de alimentos, en plena pandemia, delitos en los que han estado involucrados colaboradores del presidente como Alexandra Ocles y Paúl Granda.

El gobierno de Moreno nos ha llevado hasta el despeñadero. La difícil situación que las personas de medianos y escasos recursos han vivido como resultado del COVID 19, se verá más complicada debido a la criminal política económica impuesta que deja en el desempleo a miles de personas o en una relación laboral precaria e inestable.

El manejo irresponsable de la pandemia ha llevado a la muerte a miles de personas. Las cifras reales del número de fallecidos no se han presentado. El sistema de salud está colapsado y el personal médico no ha contado con el instrumental necesario para su trabajo. El gobierno oculta la realidad y censura a quienes cuestionan su ineficiencia.

El ataque de Moreno a quienes son sus opositores ha sido virulento, mientras sus recaderos, como la directora de El Telégrafo, Carla Maldonado o el ministro de Telecomunicaciones, Andrés Michelena, mienten y desinforman para, a través de esos mecanismos, tratar de levantar la imagen de un gobierno que no goza del respaldo popular.

En las últimas semanas se han dado algunas deserciones entre los defensores del gobierno, quizás por falta de pauta o por ambiciones personales, lo que ha implicado el cuestionamiento a Moreno por personajes que lo habían apoyado, como Carlos Vera.

Con todo, Janet Hinostroza, la periodista al servicio del banquero que, al mejor estilo de los nazis, plantea que la pérdida de personas con pocas expectativas de vida resulta “conveniente”, siempre estará dispuesta a defenderlo.

¿Qué hacer ante esta terrible situación?

El profesor colombiano, Renán Vega Cantor cita al gran pensador Ernest Bloch quien dijo: “a través de todas las derrotas y reveses […] corre la certeza del difícil camino junto con la fe en la fuerza explosiva de la esperanza activa y concreta. Lo último que se aprende es a caminar erguidos. Hay que creer en el principio esperanza. Un marxista no tiene derecho a ser pesimista”.

No debemos dejar que ellos nos derroten anímicamente, porque ese es uno de sus objetivos.

Hay que prepararnos políticamente. Las pasiones y la indignación deben estar acompañadas de conocimientos profundos sobre la realidad misma para hacer frente a sus corifeos como los Espinosa Goded, los Santiago Gangotena, los Sebastián Roldán que, con falacias, defienden este modelo explotador que nos han impuesto.

Es necesario organizarnos. Desde las redes sociales, hasta las pequeñas células en nuestros hogares, barrios, centros de trabajo para ir construyendo un movimiento de masas para la lucha política, social y electoral.

Finalmente, debemos tener claro que, en este combate, no caben las posturas tibias. Ellos nos golpearan a través de sus aparatos represivos y nosotros no debemos estar dispuestos a presentarles la otra mejilla…pero esa es ya, otra historia.

Dax Toscano

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