Si algo ha quedado claro luego de más de una semana de “guarimbas”, es que estas protestas son llevadas a cabo por una minoría que no representa nada más que así misma y con el único objetivo de generar caos y sabotaje. La forma de enfrentarles es con la movilización consciente y organizada de la clase obrera y el pueblo revolucionario.
Sobre las guarimbas
Estas acciones han sido llevadas a cabo por un pequeño grupo de estudiantes de clase media y alta cuyo único objetivo es derrocar el gobierno democráticamente elegido del presidente Nicolás Maduro. A ellos no les mueve la inflación y el desabastecimiento, producto del sabotaje económico, que en realidad golpea principalmente al pueblo llano.
Estas manifestaciones demuestran tener un solo objetivo: derrocar al presidente Maduro, y acabar con los elementos identificados como conquistas de la revolución: ministerios, misiones, transporte público del estado, etc. Todo esto pone de manifiesto el carácter fascista de la derecha, y el odio hacia los sectores más pobres, quienes se ven beneficiados por los logros de la revolución.
Lo burguesía está claramente dividida en cuanto a su táctica. Los sectores más extremistas, dirigidos por María Corina Machado y Leopoldo López quieren el derrocamiento inmediato del gobierno mediantes acciones violentas de calle que creen una situación de desgobierno que pueda forzar un golpe por parte de un sector de las fuerzas armadas.
Pero el sector principal de la burguesía (que comparte el mismo objetivo de derrocar el gobierno y aplastar la revolución) considera que no están dadas las condiciones, y quiere jugar a medio plazo al desgaste del gobierno y a derrotarlo en una contienda electoral. Ellos entienden que la revolución bolivariana todavía tiene importantes reservas de apoyo entres la clase obrera y los sectores populares.
Los actos violentos han provocado que opositores como Ramon Muchacho, Capriles Radonsky y Carlos Ocariz, tuvieran que manifestar públicamente su desaprobación ante tales hechos, más aún cuando los principales afectados de todas estas guarimbas, son los mismos sectores de la clase media, ya que la tranca del tráfico, el humo producto de la quema permanente de basura, la destrucción de servicios de transporte como Metro y Metrobus, etc. no afecta más que a ellos mismos.
Por el contrario en las zonas populares del país no se han presentado hechos violentos, las mayores manifestaciones de la derecha en estos sectores han sido cacerolazos y gritos de consignas de forma muy tímida y aislada.
Condiciones democráticas en Venezuela
La revolución bolivariana ha ganado tres elecciones en un año y medios, Chávez contra Capriles, Maduro contra Capriles y después 54% a 42% en las municipales, logrando en esta última una ventaja de alrededor de millón y medio de los votos totales. Lo cual sin lugar a dudas desmiente la mediática internacional que califica a Venezuela como un estado dictatorial y forajido.
En el país todo el mundo tiene derecho a manifestarse, como ha quedado claro en el pasado en toda la cantidad de veces que la derecha ha convocado a manifestaciones públicas de forma pacífica. Sin embargo este no es el caso, esta vez se trata de barricadas, ataques a edificios públicos, destrucción de propiedad tanto del estado como privada (instalaciones del Banco Provincial por eje.), e incluso ataques armados, etc. Estos actos violentos distan de gran manera de cualquier manifestación de carácter pacífico, y deja claro la agenda de la derecha más radical de desestabilizar el gobierno.
Como responder ante las guarimbas
La única manera de responder a esta guarimba es con la movilización masiva y organizada de la clase obrera y el pueblo trabajador, como se vio en Bolívar el 19F, cuando una marcha de obreros revolucionarios de las industrias básicas dispersó rápidamente la guarimba opositora. La revolución boliviariana ha demostrado incansablemente que con el pueblo en la calle se derrotan todos los intentos de desestabilización de la derecha.
Nuevamente la oposición reaccionaria en Venezuela hace uso de bandas armadas en las manifestaciones para crear el caos, victimizar a la oposición internacionalmente, y culpabilizar al gobierno de Venezuela. Queremos la paz, sí, pero para lograrla debemos desarmar a los grupos fascistas. No se trata de represalias individuales o por parte de pequeños grupos, sino de crear y fortalecer comités de autodefensa obrera y popular, en forma de las milicias obreras, en cada fábrica y puesto de trabajo como correctamente hizo el llamado el presidente Maduro.
Para enfrentar la escandalosa injerencia imperialista, hay que hacer un fuerte llamado a la solidaridad internacional de la clase obrera y los pueblos del mundo.
Ante los planes golpistas, expropiación de la oligarquía
Lo que la presente crisis demuestra es que no es posible conciliar con la burguesía. Por una parte un sector de la derecha quiere forzar el derrocamiento inmediato del gobierno, pero otro quiere esperar a que se profundice el desgaste mediante la guerra económica, sin embargo algo es claro: ambos quieren aplastar la revolución bolivariana, sólo difieren en cuestiones tácticas
La burguesía sólo puede actuar de forma reaccionaria en contra de la revolución, y esto ha quedado demostrado luego de 15 años de llamamientos a los empresarios y dirigentes de derecha a trabajar para el beneficio del país, los cuales siempre responden con golpes de estado, paros, sabotajes, desestabilización y guerra económica. Por lo tanto es necesario, de una vez por todas, completar la revolución. Esto significa quitarle el poder económico a la burguesía, que lo usa para sabotear la voluntad democrática de la mayoría.
Para esto debemos expropiar bajo control obrero a la oligarquía agrupada en los monopolios (nacionales e internacionales), los latifundios, y la banca privada. Los trabajadores automotrices de Anzoátegui han exigido la nacionalización del sector bajo control obrero para enfrentar el sabotaje de las multinacionales, ese es el camino a seguir, en ese y todos los sectores estratégicos de la economía.
La ofensiva contra la guerra económica de noviembre fue ampliamente popular, incluso ganó a sectores de la oposición, demostrando que con medidas radicales que den soluciones a corto plazo, no sólo se asegura la defensa de la revolución, sino que puede ganar a sectores de la clase media afectos a la oposición y menos radicalizados por la manipulación mediática.
Hay que profundizar en ese camino, pero no regulando el capitalismo, sino expropiándolo para poder planificar la economía de forma democrática. Solo de esta forma se podrán poner las bases para acabar con el desabastecimiento y la inflación, solucionando los problemas reales a los que se enfrenta el pueblo trabajador
Ante las guarimbas violentas - movilización organizada y consciente de la clase obrera y el pueblo
Movilizacion obrera y popular para levantar las barricadas - las calles son del pueblo, no de la oligarquía
Para conquistar la paz, desarmar a los grupos fascistas - milicias obreras en cada fábrica y barrio popular
No a la injerencia imperialista - solidaridad internacionalista con la revolución bolivariana
Contra el saboteo y la guerra económica - expropiación de la oligarquía y planificación democrática bajo control obrero
Completar la revolución - Construir el socialismo