Con la realización del congreso fundacional el 19 de junio, la elección de autoridades provisorias y una serie de encuentros regionales en Avellaneda, Lanús, La Matanza, Caseros, etc. se van dando pasos en la conformación de la Unidad Popular. Está impulsada por el sector de la CTA encabezado por Víctor De Gennaro, que ha delimitado por izquierda con el kirchnerismo, y la integran cientos de dirigentes sindicales y sociales.
De Gennaro y el sector de la CTA que lo acompaña se lanzan a la lucha política
Sus antecedentes son el Instrumento Electoral para la Unidad Popular, que participó en las elecciones de 2009 en la provincia de Buenos Aires, y otros acuerdos provinciales en distintas regiones del país. Se está avanzando firmemente también en las afiliaciones y la legalización en varias provincias en vistas de conformar una organización política nacional. Probablemente la UP, de cara a las presidenciales de 2011, se agrupe en una confederación de partidos junto a las organizaciones que integran el Movimiento Proyecto Sur y distintos grupos provinciales.
La UP se postula como una organización política propia de ¨los trabajadores y el campo popular¨ y sus dirigentes afirman que ¨es hora de dejar de delegar¨. Apuntan a recuperar las empresas privatizadas y los recursos naturales y a una transformación de la sociedad en otra ¨más justa, solidaria e igualitaria¨ y. A la vez que promueven la autoorganización y la unidad de centenares de organizaciones en la Constituyente Social, la UP se propone dar la disputa en las instituciones políticas. La finalidad es llegar a tener ¨un gobierno de los trabajadores y los sectores populares¨.
La incorporación de algunos dirigentes ajenos a las organizaciones sindicales o sociales como los provenientes de SI, y los coqueteos de De Gennaro con el GEN de Margarita Stolbizer y el PS de Binner, contradicen estas declaraciones. Es necesario también tomar algunas precauciones ante algunos riesgos siempre presentes en el trabajo parlamentario como la adaptación al sistema político del Estado capitalista, la presión de las empresas sobre los diputados, la atracción que ejercen los cargos sobre algunos carreristas que puedan acercarse a la UP y también el peligro del oposicionismo que lleve a adoptar posturas ¨gorilas¨ frente al kirchnerismo. Es necesario no mezclarse y criticar duramente a la oposición de derecha a la vez que se señalan las limitaciones del gobierno. Muchas de estas desviaciones ya se dieron en experiencias anteriores, que degeneraron en la Alianza de 1999, muy presente en los cánticos de repudio de las bases de UP.
Es pronto todavía para prever el desarrollo político que tomará UP. Desde la Corriente Socialista El Militante consideraríamos un paso adelante que la UP se articulara como una organización política de masas de la clase trabajadora, actualmente inexistente en nuestro país, abierta a todo trabajador sin importar si está organizado en CTA o CGT, con un funcionamiento interno democrático, congresos anuales, elección y remoción de dirigentes por parte de las bases, y con libertad de tendencias (como en el PT brasileño) donde cada grupo pueda proponer iniciativas para ser consideradas en esas distintas instancias.
En nuestra opinión, debería contar con un programa claro de nacionalizaciones de las palancas fundamentales de la economía (grandes empresas, banca, latifundios, etc.) y su puesta bajo control obrero, como una continuidad y profundización de la tradición de los programas históricos de la clase obrera argentina: La Falda, Huerta Grande, CGT de los argentinos, etc.
Si se avanzara en este sentido la UP podría convertirse al cabo de un tiempo en un gran partido de los trabajadores argentinos, la herramienta históricamente necesaria para una profunda transformación social en el marco de la oleada revolucionaria que baña a toda América Latina. Los hechos dirán.
Fuente: El Militante (Argentina)