El pasado domingo 27 de octubre se llevaron a cabo las Elecciones Legislativas en el país.
Los resultados
El Frente para la Victoria (FpV) obtuvo el 32,50 % a nivel nacional, sumando 6 puntos más de los resultados obtenidos en las PASO y se mantiene como primera minoría en el país. La Unión Cívica Radical (UCR) que no pudo superar su fractura interna, con el Partido Socialista (PS) y aliados obtuvo el 22,31 %.
En Provincia de Buenos Aires, el massismo salió victorioso con el Frente Renovador que recogió el voto opositor, sacándole gran caudal a Francisco De Narváez, y el Frente Progresista Cívico y Social (FPCS) que rasguñó apenas el 12 %. Martín Insaurralde por el FpV, con el 32% quedó en segundo lugar, superando por poca diferencia los resultados que obtuvo en las PASO y con una disputa con Mariotto que en declaraciones a posteriori de las Legislativas, salió al cruce señalando la opacidad de la campaña de Insaurralde que quedó lejos del Proyecto Nacional & Popular.
En Santa Fe, el socialdemócrata de derecha Hermes Binner, se impuso al candidato oficialista Jorge Obeid, con una plataforma electoral que rayó en la idea de un “país normal”, traduciendo las palabras del paladín sojero, pretende un país conservador, con el respeto a la sacrosanta Justicia e instituciones subordinadas a los grandes negocios de los monopolios del campo, con una provincia que aparece como un territorio en disputa de las bandas de narcos y la correspondiente convivencia policial y judicial.
Cobos en Mendoza, Schiaretti en Córdoba y Das Neves en Chubut, conservaron el mapa opositor a Cristina Fernández de Kirchner.
El dato distintivo fueron las elecciones del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), que obtuvo tres diputados en las provincias de: Salta, Mendoza y Buenos Aires.
En general los resultados, con pocas diferencias, mantiene al FpV con una relación de fuerzas favorables en las dos Cámaras.
Debemos resaltar la perseverancia que mantiene la oposición en mostrar la realidad de manera deformada, mintiendo de manera descarada a los trabajadores y sectores populares.
Un resultado por cierto, que mostraba al FpV en las PASO con una pérdida abultada de votos y que el 27 de octubre revirtió y aumentó en casi 6 puntos, es mostrado por el arco opositor como una derrota estrepitosa del kirchenrismo.
Es verdad que si lo comparamos con las últimas presidenciales, cuando CFK sacó el 54,5% éstas son las primeras elecciones desde el 2011 y existe una caída de 20 puntos.
Las razones son diversas y ya las anunciábamos en el balance de las PASO, http://argentina.elmilitante.org/argentina-othermenu-26/1031-elecciones/6458-empresarios-vs-trabajadores-una-puja-que-debemos-resolver.html.
El malestar es grande, el intento de bajar la edad de imputabilidad a 14 años, como así el traspaso de gendarmería al conurbano bonaerense en donde se ha militarizado las barriadas populares. La conducta del empresariado de boicotear los acuerdos arribados con Guillermo Moreno con la canasta básica de precios, en fin, un sin número de medidas que jugaron para que emigraran una cantidad considerable de votos.
Pese a todo el gobierno mantiene un núcleo duro de apoyo inquebrantable de entorno al 33%, enraizado en la clase obrera, pero hay un sector desencantado que se ha repartido por las diferentes variantes políticas a izquierda y derecha.
El gobierno de CFK luego del revés sufrido, intenta tomar la iniciativa política nuevamente, con una medida esperada por amplios sectores de trabajadores, como es la estatización del Ferrocarril Sarmiento.
El dictamen favorable por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, posterior al resultado electoral, también abrió un nuevo escenario para el gobierno en este tema.
Como señalamos en el balance de las PASO, lo que se ve en Provincia de Buenos Aires con el triunfo del massismo es el viejo duhalismo reciclado, siendo las dos caras de la misma moneda; la base social del duhaldismo que se reacomoda en dirección a Sergio Massa. Massa ha crecido en directo detrimento de Francisco De Narváez que expresó y expresa una fuerte imagen de la vieja política ligado al peronismo federal.
El resultado electoral mostró el nuevo mapa político que se configuro de manera clara.
Pareciera que la oposición, que en los meses de campaña electoral establecían un frente en común anti kirchnerista, mostrándose solidarios entre sí y guardando las “diferencias” que pudiera haber, mostrándose como un bloque monolítico opositor; hoy, después de terminado el baile de máscaras de las elecciones, los opositores muestran de manera más contundente a las masas, sus verdaderos rostros.
El macrismo salió a festejar apenas terminado el acto electoral, mostró sus intensiones presidenciales al 2015. Esto es compartido por el massismo que recoge casi el 40 % del electorado de la provincia más grade y populosa del país.
Evidentemente, los diferentes dirigentes políticos de la oposición disputan entre ellos los espacios de derecha y centro derecha. Claro que no debemos olvidar a UNEN en Capital Federal y el FPCS que también se encuentra en carrera a la Casa Rosada.
El macrismo no sólo se delimitó con el massismo, mostrando un rostro de una nueva política, viene a presentarse ante los sectores populares con un discurso de la “modernidad”, de que hay que terminar de romper con los paradigmas. Propiciar el respeto a las diferencias, “venimos a decir basta a estar enredados en la vieja política que sólo lo define un grupo que se ha instalado en la Casa Rosada, la misma que es de todos los argentinos, por esto apostamos a la alternancia”, sostuvo Macri en su discurso al conocer los resultados.
“Basta a la discusión a los modelos teóricos tenemos que trabajar para la gente que viva mejor”, continuó Mauricio.
Este es el discurso del pragmatismo, vaciado de todo contenido social. Macri en su arenga triunfalista, hizo un paralelo entre las empresas que dirigió, como así también, al club xeneize, insuflando oxigeno al público “que se puede” en referencia a dirigir el país-empresa.
Es evidente que en Ciudad Autónoma de Buenos Aires cambió el número de habitantes y su composición social. Si la vieja ciudad de Buenos Aires, estaba compuesta por grandes conglomerados de fábricas que albergaban a cientos de miles de obreros, hace tiempo que fueron expulsados a lo que configuran el primer, segundo y tercer cordón del Gran Buenos Aires. En esto radica el tipo de voto en CABA, siendo la base social de macrismo.
La pequeña burguesía tradicional (pequeños comerciantes) así como nueva (empleados y funcionarios del Estado) efectivamente se volcó en gran medida hacia el discurso del macrismo que expresa sin lugar a dudas una posición de derecha.
Por su parte, Massa se vistió de candidato presidencial, con un discurso bien armado, no hablando explícitamente del 2015, pero sí mostrando perspectivas al futuro. El hecho que haya sacado el resultado que lo ubicó como fuerza real en provincia de Buenos Aires lo sitúa en una mejor perspectiva presidencial que a Macri. La oposición crece, pero dividida, y en política, no siempre las alianzas son factibles.
El massismo aparece como la oposición más viable con proyección nacional, ya que juega con una fuerza mucho más considerable en provincia de Buenos Aires, y las alianzas que comenzó a tejer en el país; mientras que Macri salió a la cancha a jugar de manera abierta las presidenciales, pero no traspasando los límites de la General Paz.
Es evidente que la oposición, hace intencionalmente una mezcla entre las Legislativas y las Presidenciales. Pero no hay peor ciego que el que no quiere ver, y quien sale dividido en esta contienda electoral es el arco opositor.
Luces y sombras del kirchnerismo
En el artículo Argentina: Los marxistas y el movimiento kirchnerista, decíamos:
“La lista de avances y logro es extensa, tanto en medidas democráticas como sociales. Los dirigentes kirchneristas se han propuesto dotar al país de un “capitalismo en serio”, de ahí sus intentos de regimentar la vida económica y sus tentativas de obligar a la burguesía a que atienda sus obligaciones “nacionales” para que invierta y desarrolle la economía. Por otro lado, el “núcleo duro” del kirchnerismo siente que necesita un aparato propio comprometido sin fisuras con su proyecto político. El viejo y podrido aparato del Partido Justicialista no le sirve para esa tarea, ya que necesita un instrumento que muestre relativa independencia de las fuerzas sociales que se oponen a su política. Los caudillos del PJ mantienen mil y un vínculos con la clase dominante, son demasiado venales y corruptos como para resistir la presión implacable de los grandes empresarios y de las mafias del aparato del Estado. El nuevo aparato se nutre de los movimientos políticos y sociales que constituyen el abigarrado universo del kirchnerismo, grupos como “La Cámpora”, Evita, Descamisados, Kolina, Nuevo Encuentro, Miles y otros.
Pero incluso este aparato es débil, y está siendo construido aceleradamente. Su debilidad se complementa con un fuerte verticalismo en el interior del movimiento donde cada cargo público o responsable político es elegido a dedo desde arriba. El carácter amorfo y desorganizado del movimiento, sin estructuras, impide el más mínimo control desde abajo. Sin embargo, es solo una cuestión de tiempo que se abra el debate sobre la introducción de elementos de control y democracia interna entre una militancia joven y vitalista que está enfrentando cotidianamente a la reacción y que exigirá su derecho a tener una opinión y a decidir sobre el destino del movimiento.
Pese a todo, el kirchnerismo es un movimiento popular genuino donde existen decenas de miles de jóvenes, trabajadores y militantes populares, y tiene la ventaja sobre el peronismo tradicional de que es más abarcador política e ideológicamente, ya que incluye a militantes y grupos de izquierda y de otras tendencias.
El otro avance político sobre el peronismo tradicional es que en éste convivieron durante décadas alas de derecha y de izquierda, de diferente gradación; mientras que el kirchnerismo ha purgado a la derecha peronista de su interior, y aquellos sectores escorados más a la derecha (la mayoría de los gobernadores provinciales peronistas y de los caciques del PJ del Gran Buenos Aires) son vistos con desconfianza profunda y carecen de una verdadera base social de apoyo. En realidad, un sector de la dirección ve necesario mantener estos sectores dentro del movimiento para escapar a la presión hegemónica de su ala izquierda.” Leer artículo completo.
En la actualidad el armado que el kirchnerismo sostuvo en provincia de Buenos Aires, con la candidatura de Martín Insaurralde, revela su intencionalidad de girar a un electorado que tiene más que ver con el massimo, que con las bases que fue ganando durante estos diez años. Tenía la oportunidad y aún la mantiene de ensancharla en tanto y en cuanto posibilite una política de profundizar los cambios sociales, por ejemplo, avanzar en estatizar la totalidad del sistema ferroviario y que los trabajadores sean parte fundamental de tal transformación.
No se trata de, una de cal y otra de arena, se trata de que se avance de manera concreta en medidas que prevalezcan el mejoramiento paulatino de las condiciones de vida de las masas, de los trabajadores y la juventud.
Los resultados en provincia muestran de manera clara los desaciertos de poner figuras que no cuentan con un apoyo social verdadero. Se trata de que los militantes de base participen democráticamente de un movimiento que aún tiene mucho que transitar, y no que todo quede orquestado en la mesa chica.
Experiencias como Unidos y Organizados como así también la Corriente Nacional de la Militancia, no han pasado la prueba, hasta hoy, de los desafíos políticos que la lucha de clases impone.
La Economía
Las declaraciones de Guillermo Moreno diciendo que hasta fin de año se mantiene el congelamiento de precios a los que arribaron con las cadenas de distribución y comercialización de alimentos en meses pasados, no condice con la realidad de precios en góndola.
La experiencia enseña y la actitud, por cierto no de ahora, del empresariado en general y de los empresarios de la alimentación, es boicotear los acuerdos. Se firma con una mano y se borra con la otra y eso, ha empezado a representar una carga severa para los trabajadores y la juventud.
La economía mundial se encuentra en plena recesión, como es el caso de Europa y EEUU, o de China con un proceso de desaceleración de la economía, y si China no produce, no vende y si no vende no compra a Argentina, ésto lastima la economía del país.
El proyecto político Nacional & Popular, muestra un grado de empirismo enorme ya que, mostrando vitalidad en diferentes planos de la vida del país, es empujado por la realidad a asumir estatizaciones que no estaban en su hoja de ruta, como es el 50% de la estatización de YPF y del control estatal del Ferrocarril Sarmiento.
La única posibilidad cierta de defender nuestras mesas, el trabajo, la salud, es avanzar sobre el gran capital en el país, sea extranjeros o “nacional”.
Los anteriores “aliados” como es el caso de De Mendiguren, hoy es un tribuno del empresariado, jugando un claro papel opositor. Tal como es, un enemigo de nuestra clase.
¿Qué hacer?
El movimiento kirchnerista -los miles de militantes sin corralitos- deben dotarse de una organización de bases, que asuma las tareas de concientización y debate, de avanzar en definiciones que, sean concretadas democráticamente.
Debemos emprender un debate fraterno entre los que nos encontramos en esta trinchera, y en la misma superar los obstáculos que representan los dirigentes que juegan un papel de 5ta columna dentro del movimiento.
Todos visualizamos a los enemigos dentro del kirchnerismo.
Es por esto, que tenemos por delante al menos dos debates prioritarios, uno, la viabilidad de coexistir con el empresariado, el capitalismo. Como señalamos más arriba, la experiencia nos señala la conducta del empresariado, sean los que monopolizan los alimentos que van a nuestras mesas, o los que ayer eran parte de los acuerdos y hoy se encuentran declaradamente en la vereda de enfrente, priorizar sus mezquinos intereses de clase.
Y dos, es verdad que se ha avanzado en derechos civiles para las masas, en mejores condiciones de vida y cultura el kirchnerismo, como subproducto de la rebelión popular de 2001, ha instaurado un “Estado presente”, pero esto no alcanza. Resulta imperioso dar pasos en organizarnos por abajo, sin barreras de tal o cual organización. Es imprescindible, dotarnos de las herramientas que nos posibiliten claridad y acción.
El movimiento, no puede seguir dividido, se trata de dar pasos concretos en convocatorias que vayan arrimando instancias de encuentro y debate político y que esto tenga expresión en unidad e ir empoderando a los trabajadores, a los jóvenes que buscan alcanzar un futuro diferente, de mayor participación y constituirnos en fuerza material del movimiento que quiere ir por una década más.
Se trata de que se abra el debate, organizadamente, sobre quién produce la riqueza y quién es el que vive del trabajo ajeno, esos que se creen dueños de la vida y quieren arrebatarnos lo conseguido. Esto supone pasos en avanzar y manejar los destinos de nuestras vidas. De que las grandes mayorías del país, que somos lo que creamos el mundo, los que hacemos la ropa que vestimos, el transporte que nos lleva, las fábricas donde trabajamos, los alimentos que comemos, dirijamos la sociedad.
Por esto avanzar es una necesidad imperiosa de debemos asumir. Manos a la obra.