La Alianza Socialdemoócrata (Samfylkingin) y el Movimiento de Izquierda Verde (Vinstrihreyfingin - grænt framboð) gobernaban en coalición. La primera perdió más de la mitad de sus votos bajando del 29,8 % al 12,9 %, y el segundo bajó del 21,7 % al 10,8 %. Un cambio dramático que pone de nuevo en el gobierno al Partido de la Independencia, el partido tradicional islandés de los banqueros y especuladores. Sin embargo, su apoyo (subió del 23,7 % al 26,7%) no puede considerarse como una victoria masiva de este partido. El electorado no se ha olvidado de lo que hicieron en su última legislatura (hace 4 años).