A primera hora de la mañana del lunes 6 de febrero, un terremoto devastador sacudió el Oriente Próximo, desgarrando la Tierra y reduciendo los edificios a escombros. El sismo de magnitud 7,8, con epicentro al oeste de Gaziantep, en la región turca de Anatolia, es el más fuerte que ha sacudido el país en los tiempos modernos. Con la fuerza de 130 bombas atómicas, se sintió hasta en Groenlandia.