Desde el 2 de mayo Bolivia entró de nuevo en ebullición social con la decisión de la Central Obrera Boliviana (COB) de decretar paros, marchas, protestas y bloqueos de carreteras por tiempo indefinido para exigir la nacionalización del gas y el petróleo, un reclamo que se ha convertido en el hacha de guerra de los obreros y campesinos bolivianos, y que provocó el derrocamiento del anterior presidente del país, Gonzalo Sánchez de Lozada (Goñi), el pasado mes de octubre.