En la tarde del 24 de mayo se realizó exitosamente la segunda charla pública de Alan Woods en la Ciudad de Puebla, México. En esta ocasión se presentó el libro Razón y Revolución. Filosofía marxista y ciencia moderna, publicado por la Fundación Federico Engels México. La sede fue el local sindical de la sección 30 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), que recientemente realizó un paro de tres horas contra los ataques del gobierno impuesto de Felipe Calderón.
La primera oradora fue la presidenta de la Fundación Federico Engels de México, Liliana Bautista, que hizo un exhorto a colaborar con la editorial marxista afiliándose a la misma. Mencionó los títulos publicados hasta hoy, incluido México en la órbita de la Revolución Latinoamericana, que habla de los acontecimientos revolucionarios vividos el año pasado en nuestro país y que acaba de salir de la imprenta y se mostraba por primera vez en público.
Posteriormente habló el reconocido y estimado científico y profesor Germán Martínez Hidalgo, físico y químico egresado de la Universidad Autónoma de Puebla, ex militante del Partido Comunista, y actualmente miembro de la Sociedad Astronómica de Puebla y columnista del diario el Sol de Puebla. No se cansó de alabar el libro Razón y Revolución, que mencionó sobresalía sobre los demás que había leído y que era fundamental para él y no perdió la oportunidad de recomendarla a sus amigos y conocidos. Su breve discurso estuvo marcado por un claro contenido materialista dialéctico. "La lógica dialéctica es la lógica real de la naturaleza", explicó. Y dijo: "¿Quién mejor que el autor mismo de Razón y Revolución puede explicar los distintos capítulos de esta excelente obra?"
Así llegó el turno de Alan Woods quien inició preguntándonos si en verdad necesitábamos una filosofía. Dijo que todo el mundo, consciente o inconscientemente, tiene una filosofía. La gente más apática es quien reproduce más fielmente las ideas de la clase dominante. La filosofía marxista nos ayuda a entender el mundo con el fin de transformarlo. Alan sentenció: "Si tú estás contento con este mundo, entonces no tengo nada más que decirte. Pero si, como yo, tú deseas cambiar el mundo, entonces necesitas una filosofía revolucionaria: el materialismo dialéctico".
Fue así que empezó su interesante exposición de la filosofía marxista, explicando las diferencias entre materialismo e idealismo, que en filosofía no tienen nada en común con el lenguaje diario. Nosotros somos materia, Alan dijo: "De hecho, somos los restos de una estrella que explotó hace miles de millones de años".
"Todas nuestras ideas vienen de la realidad material, incluso las ideas más abstractas como las matemáticas", dijo Woods y puso un ejemplo simple. "¿Por qué el sistema numérico se basa en el 10? Porque tenemos diez dedos. Sólo conozco una excepción y viene precisamente de México. Los Mayas contaban hasta 20, porque estaban descalzos y usaban también los dedos de los pies para contar". Con estos simples argumentos explicó las ideas del materialismo, que no necesitamos de ningún Dios para entender la realidad, e incluso que las ciencias más abstractas vienen del mundo material. "La Dialéctica es una de las ideas más hermosas y viene de la antigüedad. 2300 años antes que Darwin, los griegos descubrieron la evolución, y dedujeron que el hombre había evolucionado de los peces. Sabían que la tierra es redonda y que la luna es un satélite que refleja la luz del sol".
Después habló de Heráclito, el padre de la dialéctica: "Todo es y no es, porque todo fluye, todo está en constante cambio y transformación". Alan golpeó la mesa que tenía frente de sí y la puso de ejemplo. "Incluso esta mesa, aparentemente sólida, está compuesta de miles de millones de átomos y partículas moviéndose a velocidades impresionantes". Y pasó a hablar de la geología. "Hay un proverbio inglés que dice: Tan firme como el suelo en que piso. Pero, de hecho, la corteza terrestre es tan delgada como lo sería la cáscara de una manzana, y debajo de ella hay fuerzas aterradoras, como los mexicanos muy bien saben. Hace poco estuve en Pakistán y allí expliqué que la India en algún momento fue una gran isla que chocó con Asia. Eso provocó que en esa zona se formaran las montañas más altas del planeta, el Himalaya. En la punta de estas montañas se han encontrado fósiles marinos, porque antes estaban en el fondo del mar".
La exposición fue muy amplia, tocando ciencias como las matemáticas, la biología, la geología, la física y la química y explicando claramente la visión materialista dialéctica. La audiencia estaba realmente interesada y se podía mirar los rostros de la gente que escuchaba atenta cada palabra que se decía, que acercaba su silla para escuchar mejor. También era notorio que muchas personas que asistieron a la charla sobre el Bolchevismo de un día antes estaban presentes para escuchar una vez más a Alan Woods. Esto es muestra del gran interés de la juventud y también de los veteranos del movimiento obrero en las ideas del marxismo. Estas ideas siguen siendo vigentes, incluso más vigentes ahora que cuando se escribieron.
Las preguntas, como era de esperarse, no se basaron sólo en aspectos filosóficos, religiosos y científicos. Se hicieron preguntas sobre la revolución y el socialismo. La respuesta de Alan Woods fue muy profunda, dijo que "Una revolución socialista no sólo es posible sino necesaria en México". Sobre la religión dijo. "La pregunta real que nos debemos hacer no es si hay vida después de la muerte, sino si hay vida antes de la muerte". Varias veces los asistentes rompieron en aplausos.
Los seres humanos bajo el capitalismo son sólo esclavos. La clase dominante ejerce un dominio ideológico sobre la sociedad, que es incluso más importante que la coerción física. Los sacerdotes egipcios desarrollaron el arte y la ciencia porque tenían el suficiente tiempo para el ocio. Parafraseando a Trotsky dijo: "¿Cuántos Aristóteles están cuidando puercos y cuántos porqueros están sentados en tronos?"
Bajo una sociedad socialista la jornada laboral se reducirá de manera inmediata a seis horas diarias, sin reducción salarial. Eso dará tiempo para hacer otras cosas que antes no podíamos hacer. Pero esto es sólo el inicio. El desarrollo de las fuerzas productivas permitirá reducir cada vez más las horas de trabajo. Hay fábricas donde quienes producen son los Robots, en un futuro necesitaremos invertir dos horas diarias para trabajar. Alan entonces preguntó: "¿Qué haremos con nuestro tiempo? ¿Nos aburriremos mucho? ¡No! Por fin el ser humano y no sólo un pequeño grupo privilegiado tendrá tiempo para desarrollar la ciencia y el arte, para hacer las cosas que no podemos hacer bajo el sistema capitalista. Podremos conocer a fondo nuestro planeta, pero también el universo y levantar nuestra mirada hacia las estrellas. No hay límite para el desarrollo del ser humano, todo ese potencial nos lo dará el comunismo". La audiencia estaba fascinada por la exposición tan clara de la filosofía marxista, y a continuación Alan firmó muchos libros.
Estas exitosas charlas muestran la creciente influencia de la Tendencia Marxista en el movimiento obrero y el excelente trabajo de los camaradas de Puebla, que pegaron 2,500 carteles anunciando las conferencias. Pese a realizarse en periodo vacacional de la universidad cuando muchos estudiantes salen a sus Estados de origen, y la segunda charla se realizó en un mal día siendo en viernes por la tarde, hubo una numerosa audiencia de más de 100 personas. Asistieron estudiantes, trabajadores y militantes del PRD, muchos rostros jóvenes pero también muchos veteranos del movimiento obrero.
Entre la conferencia del jueves 23 y la del viernes 24 en la Ciudad de Puebla se vendieron más de 3,500 pesos (aproximadamente 250 euros) en libros, documentos y periódicos. Esta es la sed de ideas que muestran el gran potencial de desarrollo de las fuerzas del marxismo en el Estado de Puebla.