El principal tema de la reunión, que duró casi tres horas, fue la situación de la lucha de clases en Europa. Aunque no podemos dar detallada cuenta de todo lo que allí se dijo, uno de los principales puntos que trató Alan Woods fue explicar cómo el largo período de auge económico que siguió a la Segunda Guerra Mundial fortaleció enormemente las bases del reformismo dentro del movimiento obrero y sus organizaciones en Europa, y cómo la dirección de los partidos comunistas se fue adaptando totalmente a esto. Esta degeneración reformista de las capas dirigentes de las organizaciones obreras fue la causa principal del fracaso de toda una serie de situaciones revolucionarias y prerrevolucionarias que vivieron muchos países europeos entre 1978 y 1979, y esto, a su vez, llevó a la extensión de la desmoralización de toda una capa de activistas obreros que vieron como el poder se les escapaba de los dedos. En los años ochenta siguió un nuevo período de contrarreformas y ataques a los niveles de vida que tuvo como base esta derrota política.
Pero Alan también explicó como durante los últimos años la situación en Europa había comenzado a cambiar. La implacable presión de la clase dominante contra las condiciones de vida y laborales que el movimiento obrero había conquistado en las décadas anteriores, ha comenzado a provocar una reacción. Mencionó varias huelgas generales y movimientos generalizados de la clase en Europa que demostraban precisamente este punto, incluida las recientes huelgas generales en Grecia, Italia y Bélgica.
Alan insistió en que los síntomas estaban claros para muchos: guerras, recortes del nivel de vida, aumento de desempleo y la desigualdad, etc., Pero añadió que en diferentes reuniones en la Feria del Libro, los oradores se habían limitado a señalar esto y mostrar su enojo, como un mal médico que señalaría los síntomas al paciente y después simplemente le ofrecería su simpatía. Es necesario identificar la causa de la enfermedad, el propio sistema capitalista, y decir claramente que la única alternativa es la lucha por la transformación socialista de la sociedad.
Criticó a aquellos que se ocultan detrás de nuevas palabras, como el “nuevo lenguaje” en la novela de Orwell, 1984. Hablan de “neoliberalismo”, como si fuera diferente, mejor, un modelo bajo el capitalismo; hablan de “globalización” en lugar de imperialismo etc.,
Una vez más, Alan planteó la cuestión de la dirección. La necesidad de construir una dirección revolucionaria, basada firmemente en las ideas del marxismo, que hoy es más relevante que nunca. Finalmente señaló que en vista a esta tarea, los compañeros procedentes de diferentes tradiciones se están ahora reuniendo e iniciando un diálogo, que dijo era muy positivo y debería ser impulsado.
El debate fue vivo y hubo muchas preguntas, muchas más de las que se podían responder, sobre perspectivas para las elecciones italianas y el papel de los comunistas allí, sobre el Partido Laborista británico y los sindicatos, los acontecimientos en Irlanda del Norte, etc., El ambiente fue de un intercambio genuino de ideas y no hubo desacuerdo con lo que dijo Alan Woods en estos comentarios iniciales. Todos los presentes quedaron muy contentos con la reunión y Francisco Brown le dijo a Alan que en sus futuros viajes a Cuba este encuentro debería tener un carácter permanente.
Esta reunión es sólo una pequeña indicación del tipo de debates que están teniendo lugar en determinados sectores en Cuba tras la caída de la Unión Soviética, que golpeó duramente la economía de la isla. En última instancia, comprender las razones de la caída del estalinismo es algo necesario para los socialistas revolucionarios en cualquier parte del mundo, pero las lecciones son incluso más importantes para aquellos que aún defienden las genuinas ideas revolucionarias del marxismo en Cuba.