Hay que pasar a la ofensiva y profundizar las conquistas sociales y democráticas
[Editorial de Militante nro. 72]
Un año después de su toma de posesión, el gobierno de Cristina Fernández mantiene un apoyo sólido entre los trabajadores y la juventud. Por eso pudo aguantar el mayor acoso social padecido por el kirchnerismo desde el conflicto del campo en 2008. Así, tuvimos los dos cacelorazos reaccionarios del 13 de septiembre y del 8 de noviembre –este último sacó a la calle a más de medio millón de personas en todo el país, la mitad en la Capital Federal–, y la protesta salarial de Prefectos y Gendarmes en septiembre que alcanzó connotaciones desestabilizadoras. También tuvimos los “paros generales” de las CGT y CTA opositoras del 10 de octubre y del 20 de noviembre. Este último paralizó gran parte de la actividad productiva por los cientos de cortes que impidieron el acceso a las grandes ciudades y polígonos industriales, lo que exageró el impacto real de un paro digitado burocráticamente desde arriba sin apenas participación de las bases, y sin movilización de masas.
Quisieron voltear al gobierno
Todo esto no fue accidental. Coincidió en el tiempo con la fase más aguda de enfrentamiento entre el gobierno kirchnerista y Clarín en torno a la Ley de Medios, que obliga al grupo multimediático a desinvertir de las áreas donde ejerce monopolio, a partir del 7 de diciembre.
Detrás de este acoso acechan sectores clave de los grandes empresarios y monopolios, y la oposición política al gobierno, la derechista (PRO, derecha peronista, radicales) y la centroizquierdista (FAP y Proyecto Sur), igualmente ubicada a la derecha del kirchnerismo. En realidad, los dirigentes sindicales opositores Moyano, Venegas, Barrionuevo y Micheli, están vínculados a dicha oposición política.
Por eso fue vergonzosa la participación entusiasta en el “paro” del 20N de la mayoría de la izquierda organizada -FIT (PO, PTS, IS) e “independientes” (como el Frente Darío Santillán, corriente Rompiendo Cadenas, Marea Popular, etc.)– enferma de un antikirchnerismo fanático, que no hizo sino cubrir el costado izquierdo de esta convocatoria bizarra que tuvo el apoyo explícito de la Sociedad Rural y que sólo buscaba golpear políticamente al gobierno de Cristina.
La actitud de la dirección kirchnerista ante la arremetida de la derecha y de su base social fue irresponsable. Su negativa a convocar movilizaciones populares masivas en defensa del gobierno y contra la desestabilización política dio alas a la reacción que monopolizó la calle durante tres meses.
Por eso es muy oportuna la movilización popular del 9 de diciembre a Plaza de Mayo, que debe continuar en el tiempo para exponer los planes reaccionarios de la oposición política y sindical.
La derecha y el sindicalismo opositor
La oposición política no tiene una alternativa a los problemas de los trabajadores y demás sectores populares explotados. Tampoco los dirigentes sindicales opositores. Moyano y Micheli sólo hacen exigencias al Estado: hay que derogar el impuesto a las ganancias sobre los asalariados, hay que subir las jubilaciones hasta el 82% móvil, hay que bajar el IVA de los alimentos. Muy bien ¿Y de dónde saldrá el dinero para ésto? Nada responden. Ni siquiera defienden aumentar lo impuestos a los más ricos. Esto demuestra que son unos demagogos y carecen de un programa alternativo. La verdad es que trabajan para otros y para sus intereses burocráticos particulares.
Todos los que convocaron el paro del 20 de noviembre tienen en su agenda la caída del gobierno, cada uno por sus intereses propios. Los reclamos sólo son una excusa.
Para el sector de la izquierda que apoyó el paro, el gobierno de Cristina es un gobierno enemigo, tan malvado como Macri o Duhalde. Su meta es un nuevo 19 y 20 de diciembre que, mágicamente, los pondrá al frente del pueblo movilizado.
Los dirigentes de la CTA de Micheli desean la caída del gobierno por sus intereses burocráticos particulares con la mente puesta en un gobierno FAP-UCR, claramente patronal y a la derecha del kirchnerismo, que les dé por fin el status legal que los equipare en derechos a la burocracia de la CGT.
¿Qué quiere Moyano? Un gobierno débil (preferiblemente de la derecha peronista) sin la base de apoyo popular y militante del kirchnerismo, para condicionarlo y preservar sus intereses de aparato, y con tropa propia en diputados, gobernadores, etc.
Barrionuevo yVenegas, vinculados más directamente a la burguesía, quieren un gobierno de la derecha neoliberal de Macri o de la derecha peronista. Sin las pretensiones políticas de Moyano, sólo quieren asegurar sus negociados empresariales y mantener su mano firme sobre el movimiento obrero.
Apoyar al gobierno y construir una alternativa de izquierda
Ciertamente, este gobierno no es socialista, ni lo pretende. Pero hay muchas cosas que apoyamos y nos parecen muy positivas. Sólo este año tuvimos la estatización parcial de YPF, el voto a los 16 años, la reforma progresiva del mercado de valores, incremento de jubilaciones por encima de la inflación real, etc. Otras medidas las rechazamos por atender los intereses de los empresarios, como la Ley de accidentes laborales, proyecto de Ley de Semillas, o el acuerdo inmobiliario con el gobierno de Macri en Capital Federal. Ahora bien, si cae este gobierno ¿qué alternativa hay? ¿vendría un gobierno más progresista o más reaccionario? Sin una alternativa de izquierda enraizada en las masas, la caída del gobierno conduciría a una alternativa de derecha. Sería un aventurerismo criminal empujar para derribar al gobierno y entregarle el poder a nuestros enemigos directos de clase. Baste mirar la política de Macri en la Capital para entrever lo que significaría un gobierno de la derecha: demolición de las políticas públicas de salud, educación, entrega y saqueo empresarial e imperialista, represión sindical, espionaje, racismo, etc. Esta es la verdadera alternativa política que preparan Moyano, Micheli, Barrionuevo y Venegas.
Hay apoyar críticamente al gobierno y luchar contra cualquier medida suya que vaya contra nuestros intereses. Lo fundamental es delimitar con la oposición de derecha para que no se apoye demagógicamente en nuestros reclamos para los que no tienen ninguna alternativa.
En paralelo, hay que construir una alternativa socialista en el seno del movimiento obrero y popular, principalmente dentro del movimiento kirchnerista en diálogo directo y activo con sus bases, que explique pacientemente y oponga de manera fraternal ideas, programa y alternativas frente a los intentos imposibles de la dirigencia oficialista de recrear un capitalismo “nacional” o “serio”. Una alternativa que también delimite con los enemigos internos, como los caciques y gobernadores peronistas de derecha, o la mafia de burócratas sindicales de un sector amplio de la CGT oficialista, que mañana se darán todos vuelta para irse con el enemigo.
¿Capitalismo “nacional”? No; Socialismo Sí
El capitalismo se basa en la explotación de la mayoría por una minoría que vive del trabajo ajeno. Y la realidad es que, pese a los avances habidos, la economía argentina es más dependiente que nunca del mercado mundial y la crisis económica internacional está teniendo efectos. La producción
industrial cayó un 1% entre enero y octubre. Las exportaciones e importaciones cayeron en ese lapso un 3% y un 7%, respectivamente, con respecto al mismo período de 2011. El crecimiento del PBI apenas sobrepasará el 3% en 2012 (un 9,2% en 2011). Ciertamente, el gobierno toma medidas para limitar el impacto de la crisis,pero la caída de la actividad económica reduce los ingresos estatales y esto obliga a tomar medidas de ajuste. Si la crisis se acentúa, el margen de maniobra del gobierno se reducirá y deberá enfrentar el dilema de avanzar sobre los privilegios, ganancias y derechos de propiedad de los grandes empresarios y monopolios, o acentuar el ajuste contra el pueblo trabajador.
Por eso toma urgencia la necesidad de fortalecer y desarrollar una corriente socialista revolucionaria que defienda de la manera más consecuente una alternativa superadora del capitalismo, una alternativa socialista que barra con todas las lacras de este sistema. Sumate a nuestra lucha.
Source: El Militante (Argentina)