Movilicémonos para hacer realidad los cambios
El 24M es una fecha que se escribirá en los libros de historia. La izquierda gana en la capital catalana infligiendo una derrota a la derecha nacionalista de CIU y al rancio bipartidismo de todo el estado. Esta victoria histórica ha sido posible, como nos recuerda Ada Colau en su discurso de triunfo, sólo gracias al esfuerzo de miles de personas comunes, trabajadores, estudiantes y pensionistas que se han dejado la piel en la campaña mas apasionada desde la caída de la dictadura.
El gran poder industrial y financiero, los de arriba, lo han intentado todo para parar esta “primavera democrática”. Difamaciones personales, insultos, intentos de desacreditar a los militantes y candidatos, y sobre todo a nuestra alcaldable. La misma música repetitiva de siempre de la clase dominante cuando percibe que la derrota está cerca. Un ruido intenso mediante la movilización de toda la prensa y las televisiones catalanas y de todo el estado, que tocó fondo en un artículo de La Vanguardia donde se intentaba explicar que Ada había sido simpatizante de Bin Laden.
Este nivel de patetismo de los ataques de los poderosos nos hizo entender que ya no podían dormir tranquilamente, nos hizo entender que la victoria estaba en nuestras manos. Esto también se reflejaba en que, cuando repartíamos hojas con el programa de Barcelona en Comú, la gente nos los sacaba de las manos o te decía “¡no hace falta que me lo des, os votaré!”. Hay que añadir la participación y el entusiasmo en todos los actos de barrio a lo largo de la campaña. A pesar de la propaganda hostil de la prensa, la gente trabajadora ilusionada por la militancia activa ha hecho posible lo que antes parecía imposible, una primera victoria de “David contra Goliat”. Experiencias como éstas cambian para siempre la conciencia de miles de trabajadores. Llegan así a la conclusión de que las cosas se transforman sólo si ellos se implican directamente, y que con el protagonismo de la gente trabajadora todo se puede.
Lo dijimos y ha pasado, si movilizamos a los barrios obreros, podemos ganar. Cuando vimos que la participación subía una media del 8,5%, entendimos que la victoria estaba cerca. En barrios obreros como Nou barris, Poble-Sec Sant Martí, Horta i Guirnardó o Sant Andreu hemos ganado con un margen impresionante. Se ha motivado al voto a grandes capas de trabajadores que hacía tiempo que no votaban decepcionados con las políticas de los gobiernos del PSC. Barcelona en Comú ha absorbido el voto de los socialistas, que han sacado el peor resultado de su historia con el 9,63% y 4 concejales. Incluso muchos militantes socialistas han votado Barcelona en Comú como voto “útil”. Barcelona en Comú gana con un 25,21% y 11 concejales gracias a la masiva participación de los barrios obreros, e incluso queda como segunda fuerza en los barrios más ricos, como por ejemplo la “Dreta de l’Eixample”. Es destacable también el excelente resultado de los compañeros de las CUP que han sacado 3 concejales con un 7,43% de los votos, aun siendo la primera vez que se presentaban para el Ayuntamiento de Barcelona. Además, ERC saca 5 concejales con el 11,01% y recupera su máximo conseguido en las elecciones del 2003.
Para poder hacer un análisis general, si sumamos todos los votos de las formaciones de izquierdas, incluyendo el PSC, llegamos a un impresionante 53,27% de votos de izquierda.
Queda claro que para gobernar, Barcelona en Comú tendrá que pactar con otras formaciones y todos los militantes nos tenemos que movilizar para vigilar el proceso de pactos. Tenemos que controlar que sea decidido democráticamente por todos los que participamos en Barcelona en Comú y que no se dé ni un paso atrás en el programa electoral.
Después de las celebraciones de esta victoria somos conscientes que esto es sólo el principio y que ahora es el momento de movilizarnos más para defendernos de los ataques que llegarán de los poderosos. Lo intentarán todo para intentar sabotear cualquier intento del ayuntamiento de aprobar reglamentaciones a favor de las clases populares y crearán inestabilidad y crispación. Debemos responder a estos ataques con la movilización constante de los trabajadores, dando siempre protagonismo a las asambleas de barrio.
Ya lo hemos dicho y lo volvemos a repetir, esto es sólo el inicio del cambio.