Más de un centenar de personas participaron en los 3 vibrantes actos de presentación del libro “Revolución y Contrarrevolución en España”, de Félix Morrow, que tuvieron lugar en Madrid y Getafe los pasados días 6 y 7 de noviembre. Dicha presentación corrió a cargo de Alan Woods, principal referente de la Corriente Marxista Internacional y autor del prólogo del libro.
La edición de este libro por la corriente “Lucha de Clases” no es casual. No sólo supone el mejor análisis marxista que se haya escrito sobre los acontecimientos de la II República, la Revolución española y la guerra civil, sino que contiene enormes lecciones para comprender y aplicar a nuestra historia reciente, como el régimen de la Transición de 1978 actualmente en crisis, y a la situación actual y las perspectivas revolucionarias que se abren en nuestro país y a nivel internacional.
Los tres actos de presentación tuvieron lugar en la Librería “Traficantes de Sueños” del barrio de Lavapiés en Madrid, en la facultad de Filosofía de la Universidad Complutense, y en el Ágora Republicana de Getafe. Hubo también una invitación a presentar el libro en la Facultad de Ciencias Políticas, en el campus de Somosaguas, pero nos vimos obligados a declinarla por falta de tiempo, ya que el compañero Alan Woods sólo podía permanecer dos días en Madrid y su agenda ya estaba ocupada en esos días.
Como una cuestión de anécdota, mencionar que durante un reparto de octavillas en la facultad de Ciencias Políticas para anunciar nuestro acto en la facultad de Filosofía, nos cruzamos con el compañero Juan Carlos Monedero, uno de los principales referentes de PODEMOS, que se disponía a impartir clases. No sólo cogió muy amablemente nuestra octavilla sino que nos pidió que le diéramos sus saludos a Alan Woods a quien conocía de uno de sus encuentros en años pasados en Venezuela.
Aunque tuvimos que organizar estos actos con poco tiempo de antelación, ya que en los actos de Madrid sólo conseguimos la confirmación del lugar una semana antes, y eso limitó nuestra campaña de difusión, estamos muy satisfechos con la participación en los mismos, con más de un centenar de asistentes: 35 en Traficantes de Sueños, 45 en la facultad de Filosofía y 25 en Getafe. Queremos dedicar un agradecimiento especial al profesor Carlos Fernández Liria, no sólo una gran autoridad académica en la universidad sino un intelectual políticamente comprometido, quien muy amablemente se ofreció a participar junto con Alan Woods en la presentación del libro en la facultad de Filosofía.
Pero lo más importante fue el contenido de la exposición de Alan Woods y la acogida vibrante con que fue recibida su intervención en los 3 actos.
En su intervención, Alan Woods enlazó la experiencia de la Revolución española con la frustración de las expectativas populares que trajo la llamada Transición, y con la situación actual de crisis del régimen de 1978 y la emergencia de PODEMOS, una síntesis nada fácil de enhebrar en el tiempo necesariamente limitado que duró su discurso.
Alan explicó cómo la caída de la monarquía Alfonsina en abril de 1931 abrió las compuertas de la revolución en España. Contrariamente, a lo defendido por los reformistas de aquel entonces y de ahora, la tesitura en que se debatía la sociedad española de aquella época no era entre república democrática o fascismo, sino entre república socialista o fascismo. La aguda crisis económica y social que azotaba al capitalismo español hacía imposible para la clase dominante mantener los derechos democráticos conquistados por los obreros y campesinos con la república. Necesitaba aplastar a la clase obrera y a sus organizaciones porque el desarrollo y modernización de la sociedad española que anhelaban aquéllos era incompatible con el dominio de una oligarquía corrupta que se nutría de una explotación feroz de los trabajadores y del modo de vida parasitario de la burguesía terrateniente, con el apoyo de la casta de oficiales del ejército y de la jerarquía católica.
Cuando las fuerzas de la reacción comprendieron que no podían contener el ímpetu de las masas por medios “democráticos” organizaron el golpe de estado de julio de 1936.
Lamentablemente, ni durante los años de la República, ni durante el curso de la guerra civil, donde la zona republicana vivió una auténtica revolución social con la toma de las fábricas y de la tierra por los obreros y campesinos, las direcciones del movimiento obrero (PSOE, PCE, CNT, POUM) fueron incapaces de dar una dirección y de luchar hasta el final, frustrando las aspiraciones revolucionarias de las masas trabajadoras, lo que condujo finalmente a la derrota y a una brutal dictadura de 40 años.
Como Alan explicó, pese a todo, la clase obrera siempre se vuelve a levantar. Después de los años y décadas que necesitó para curar las heridas del pasado, la clase obrera española luchó heroicamente desde comienzos de los años 60 contra la dictadura franquista. Alan citó estadísticas de la época que mostraron el potente movimiento huelguístico – en condiciones de ilegalidad y dictadura- que conmovieron los cimentos del régimen y que obligaron a sus representantes, a la muerte del dictador, a negociar con los dirigentes del movimiento obrero y de la izquierda en el PCE, PSOE, CCOO y UGT. Lamentablemente, como ocurrió en los años 30, estos dirigentes prefirieron pacta con el viejo régimen y traicionar las expectativas revolucionarias por el cambio real y profundo que estaba detrás de las enormes luchas del movimiento obrero, vecinal y de la juventud. Así tuvimos la “Transición democrática” que, en palabras de Alan, fue “el fraude del siglo”. Ningún torturador ni asesino fue juzgado ni condenado, se permitió que las decenas de miles de víctimas de la dictadura siguieran bajo tierra junto a los caminos y las tapias de los cementerios, se mantuvo intacto el viejo aparato del estado con sus jefes policiales, militares y jueces reaccionarios al frente del mismo, se mantuvieron los odiosos privilegios de la Iglesia y, sobre todo, a la institución monárquica, cuyo representante, Juan Carlos, fue nombrado a dedo por el dictador Franco como su sucesor en la jefatura del Estado. Por supuesto, la oligarquía de las 200 familias que controlaban la economía, la misma que impulsó el golpe fascista de 1936 y sostuvo la dictadura franquista, siguió al frente de la sociedad como hasta el día de hoy.
Pero ahora la rueda ha dado una vuelta completa. El viejo y podrido régimen de 1978 está en una crisis completa. Los viejos partidos e instituciones en que se apoya están completamente desprestigiados, al calor de la profunda crisis económica y social que azota al capitalismo español y mundial. Nuevamente, el intento de hacer sobrevivir una sociedad gastada y degenerada, sustentada en el dominio económico de una oligarquía parásita, está llevando a la rebelión de millones. La urgencia de que la sociedad en su conjunto se apropie de la riqueza y de los recursos generados por millones de trabajadores para el beneficio común, y nos saque del callejón sin salida actual, es más inaplazable que nunca.
Justamente eso es lo que explica el impacto y desarrollo de PODEMOS, es el intento de dar una expresión política al profundo descontento y los anhelos de cambio que demandan los millones que soportamos la carga de la crisis a costa de la degradación creciente de nuestras condiciones de vida y de trabajo.
Lo que se necesita, como explicó Alan, es que PODEMOS se dote de un programa claro y concreto de transformación social, y se organice de la manera más eficiente y adecuada para garantizar la máxima participación posible de sus miembros en la elaboración de la línea política y en la toma de decisiones. De ahí que insistiera en que los marxistas no pueden limitarse a relatar y ver pasar los acontecimientos sino implicarse en PODEMOS, así como en los movimientos sociales, para contribuir a la necesaria clarificación política y programática y explicar pacientemente la necesidad de una alternativa socialista para superar la barbarie del sistema capitalista, no sólo en el Estado español sino a nivel internacional. En este sentido, Alan saludó la iniciativa de los integrantes de la corriente “Lucha de Clases” de impulsar el círculo temático “Podemos por el Socialismo” para contribuir a esta tarea.
Los mismos objetivos tiene marcada la Corriente Marxista Internacional, a la que pertenece “Lucha de Clases”, en todos los países donde está presente; de ahí que Alan terminara sus intervenciones haciendo un llamamiento a los presentes a unirse a la misma para impulsar la tarea de luchar de manera organizada por el Socialismo en todo el mundo.