Las elecciones europeas del 25 de mayo han abierto una nueva etapa caracterizada por la entrada masiva en la acción política de la indignación popular. Estamos viendo la primera expresión política clara del descontento social, como lo demuestran el desarrollo explosivo de PODEMOS y el giro general a la izquierda en la sociedad. Esto no cae del cielo. Es el fruto de 4 años de incesantes movilizaciones populares de masas.
Millones de personas – trabajadores, jóvenes, amas de casa, jubilados, pequeños comerciantes y profesionales – le han dado la espalda al viejo régimen y están buscando a tientas la manera de transformar radicalmente este sistema injusto e insoportable.
La dirección de Izquierda Unida (IU) ha sido incapaz de aprovechar este giro a la izquierda en la sociedad. La percepción general es que su apoyo electoral ha alcanzado sus límites y empieza a menguar, quedando muy por detrás de PODEMOS ¿Cómo puede explicarse esto? Los dirigentes de IU se han negado a realizar un trabajo de agitación con reivindicaciones valientes que entusiasmen, conformándose la mayoría de las veces con sumarse pasivamente a las movilizaciones sociales. Sobre todo, mucha gente sigue percibiendo a IU como una organización vinculada al engranaje institucional, y no como una fuerza de ruptura con el “establishment”, como sí es percibido PODEMOS.
PODEMOS ha emergido porque ha llenado un vacío político en la izquierda. En pocas semanas, ha conseguido cerca de 120.000 adherentes, y decenas de miles de personas participan en sus 900 círculos repartidos por todo el país.
El miedo cambió de bando
La clase dominante, sus medios de comunicación, y los dirigentes de los partidos de derecha (PP, UPyD, Ciudadanos) y del PSOE, han mostrado abiertamente su pánico y miedo, lanzando una catarata de insultos y calumnias contra Pablo Iglesias y PODEMOS, acusándolos de proetarras y de recibir dinero del gobierno de Venezuela.
Otra muestra de su pánico es la antidemocrática ley electoral que pretende aprobar el PP para frenar el desplome de su poder municipal tras las elecciones locales de mayo de 2015. Así, bastaría el 40% de los votos para conseguir alcaldías con mayoría absoluta. Como el voto de izquierda está más dividido, tratarían de impedir gobiernos de coalición de izquierdas, imponiendo ayuntamientos de derechas a una población que vote mayoritariamente a la izquierda.
Así, también asegurarían la continuidad del negocio de los servicios sociales municipales privatizados, en manos de las grandes empresas constructoras y otros empresarios afines al PP.
Es indispensable, por tanto, que los dirigentes de IU y PODEMOS convoquen inmediatamente movilizaciones conjuntas para denunciar estas maniobras reaccionarias que, sin duda, serían respondidas por cientos de miles en la calle.
Otro aspecto importante a destacar es la formación de las plataformas GANEMOS para las elecciones municipales, en decenas de ciudades de todo el país, siguiendo el ejemplo de GUANYEM BARCELONA, encabezada por la ex-dirigente de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Ada Colau.
Es un gran paso adelante, porque estas plataformas son organismos de frente único de diversas organizaciones obreras, juveniles, de la izquierda y de los movimientos sociales.
IU, correctamente, ya ha decidido sumarse a este tipo de candidaturas, e impulsarlas. Los referentes de PODEMOS dicen que tomarán una posición en la Asamblea Ciudadana del 18-19 de octubre.
PODEMOS y GANEMOS
Lo lógico sería que PODEMOS participara en las plataformas GANEMOS, en unidad con las demás organizaciones, e impulsarlas allí donde no estén establecidas. Sería un grave error que PODEMOS se abstuviera de participar en las elecciones municipales sin integrarse tampoco en GANEMOS ¿Cómo podrían permanecer indiferentes a la privatización o desmantelamiento de nuestros servicios sociales, a la falta de infraestructuras en nuestros barrios, a la corrupción municipal de los alcaldes y concejales de la derecha? Más grave aún sería presentar candidaturas de PODEMOS opuestas a candidaturas de GANEMOS allí donde estas ya estén establecidas, ya que dividiría el voto de la izquierda y de los sectores populares opuestos a la derecha PP-UPyD y a la política del PSOE; y más, en una situación donde la victoria de las candidaturas de GANEMOS podría ser posible en muchas ciudades y pueblos de nuestra geografía, comenzando por Barcelona.
Los dirigentes de PODEMOS cometerían un grave error si pensaran que el apoyo que están recibiendo es un cheque en blanco. Hoy más que nunca, la unidad de acción resulta imprescindible para garantizar el avance popular. Quienes aparezcan como un obstáculo del frente único en las elecciones municipales, no estarán a la altura de las necesidades del movimiento y lo pagaran caro en su apoyo social.
¡GANEMOS JUNTOS!
Pese a la fanfarria de Rajoy, la recuperación de la economía española es raquítica, como en Europa, donde Francia, Alemania e Italia ralentizan su crecimiento o se estancan. Los empleos creados tienen salarios un 20% o un 40% menores que hace 5 años. La deuda pública ya supera el billón de euros y está a punto de rebasar el 100% del PIB. Rajoy acaba de anunciar un nuevo plan para reducir el déficit público en 50.000 millones de euros hasta el 2017. Ausente una recuperación económica significativa en los años inmediatos, ese ajuste solo podrá hacerse con una nueva ronda de recortes y austeridad que infligirá más sufrimiento y dolor a las familias obreras. El PSOE – como lo prueba la política de sus homólogos en Francia e Italia – no tiene una alternativa a esta política, y en el horizonte se dibuja la formación de un gobierno de “unidad nacional” encabezado por PP-PSOE, tras las elecciones de noviembre de 2015, para llevar a cabo este plan de ajuste. Esto preparará un giro más a la izquierda en la sociedad y plantearía la perspectiva muy poco tiempo después, ante la inevitable caída y descrédito de dicho gobierno de “unidad nacional”, de un gobierno de la izquierda transformadora PODEMOS-IU-MOVIMIENTOS SOCIALES, bajo la fórmula de una plataforma del tipo de GANEMOS o similar.
Para acelerar esta perspectiva y el descrédito de los partidos del régimen, incluso para las elecciones de noviembre de 2015, la primera batalla, además de la calle, está en las próximas elecciones municipales. Y la voz de orden de todo el activismo social, de izquierda y popular debe ser construir plataformas GANEMOS, bajo la consigna de GANEMOS JUNTOS. Esta es la tarea más apremiante del momento.