Pronunciamiento de la Corriente Marxista Internacional frente al rotundo éxito de la huelga general del miércoles, sobre las tareas de la COB y las perspectivas del movimiento indígena en esta convulsiva coyuntura.
La huelga general del pasado miércoles ha congregado multitudes impresionantes en todo el país. Esto ha demostrado de la manera más clara e inequívoca que la clase trabajadora es el único verdadero aliado del movimiento campesino-indígena, el único sujeto social que pueda masificar las reivindicaciones del movimiento campesino-indígena y trasladar su lucha del campo a las ciudades. Solo la unidad entre los trabajadores explotados y las nacionalidades oprimidas puede garantizar a unos y otros la verdadera emancipación.
Reafirmar esta verdad concreta debe servir para esclarecer un panorama político confundido por las constantes infiltraciones y manipulaciones de la derecha. En Santa Cruz exponentes del Comité Cívico y de partidos de derecha cuyo único interés es desestabilizar el país para atacar el proceso y seguir explotando, humillando y vejando a trabajadores e indígenas, marcharon y tomaron la palabra a lado de dirigentes del movimiento indígena. Estas manipulaciones, a la que se prestan algunos dirigentes, debilitan la causa indígena y por el TIPNIS.
La COB no puede limitarse a denunciarlas, como correctamente ha hecho. Con sus reivindicaciones y con su programa por la defensa y la profundización rumbo al socialismo del proceso, debe separar aguas, ayudando al movimiento indígena a recuperar aquella línea de clase que fue la de dirigentes del calibre del fundador de la CSUTCB Jenaro Flores, quien afirmaba que los indígenas son “clase explotada y nación oprimida”.
La huelga general ha sido por todas estas razones absolutamente oportuna. Los trabajadores han marchado en rechazo a la represión a los indígenas, por la renuncia y el juicio a los ministros responsables políticos de las violencias y por la defensa del TIPNIS. En Potosí los dirigentes de la COD lanzaban la propuesta de un referéndum revocatorio a Evo Morales y contradictoriamente exigían al gobierno cumplir con las luchas populares. En Oruro el dirigente de la COD Jaime Solares exigía al gobierno que convoque una Asamblea Popular, para expulsar del proceso las corrientes neoliberales incrustadas en el gobierno y ponerle un alto a la derecha.
Estas contradicciones en el seno de la COB son producto por un lado del instinto de clase de los trabajadores, que frente al peligro y al fortalecimiento de la derecha, los llama a la defensa del proceso, por el otro de su siempre más profunda insatisfacción hacia el mismo. Evidencian de la manera más contundente las reservas de apoyo que mantiene la revolución y la necesidad de imprimir un radical giro a la izquierda hacia la satisfacción de las demandas populares. En cambio, el error más grande que el gobierno podría cometer frente a esta coyuntura es pensar que puede desactivar esta movilización de cualquier manera, para seguir con una rutina de conflictos en que las demandas sociales son postergadas frente a los intereses de los grandes núcleos de poder económico que siguen condicionando la vida económica, política y social del país.
El proceso peligra como resultado de una política conciliatoria con multinacionales y burguesía nativa. Política llevada adelante por una tendencia abiertamente pro capitalista y neoliberal en el seno del gobierno, sin ningún vinculo real con las luchas populares, que utiliza el saboteo productivo y el desabastecimiento provocados por multinacionales y burguesía nativa como pretexto para la capitulación a las reglas capitalistas del mercado, y, en la implementación de sus medidas antipopulares, se apoya en el aparato del Estado burgués y en los sectores más acomodados de clase media y burguesía urbana y rural.
Nosotros mismos, en los días del gasolinazo, levantamos la consigna de la Asamblea Popular. Pero en un contexto como este, donde una derecha fortalecida por el acumulo de contradicciones y errores en la política del gobierno, va recuperando en algunas regiones del país su capacidad convocatoria, esta consigna se vuelve secundaria. La tarea crucial es la necesidad de poner el programa de los trabajadores por la profundización rumbo al socialismo del proceso en el centro del debate político.
La COB, como un solo hombre, debe exigir al gobierno y al compañero Evo Morales
- Un decreto que salvaguarde al TIPNIS. Que la carretera pase por otro lado (hay ya alternativas posibles) y que el problema de las condiciones de vida de los compañeros indígenas del TIPNIS se resuelva, como es posible, sin entregar este territorio a multinacionales, constructoras y petroleras;
- La conformación de un gabinete autentica expresión de las luchas populares y de los movimientos sindicales y sociales quienes las protagonizaron;
- Completar las nacionalizaciones del gas e implementar la nacionalización de la minería, como fue exigido por la FSTMB en su último magno Congreso, para que los trabajadores y los campesinos-indígenas seamos quienes deciden del uso de nuestros propios recursos.
Para defender el proceso de cambio y enfrentar a la derecha oligárquica e imperialista, es necesario cambiar el rumbo. Romper de manera decidida con los límites del sistema capitalista y que sean los trabajadores y campesinos, los que en todos los momentos cruciales han sido la fuerza motriz de la revolución, los que realmente gobiernen.
Fuente: El Militante (Bolivia)